La fórmula para la determinación de la acción social desde
la perspectiva de Pierre Bourdieu, asentada en la razones prácticas atraviesa
las posiciones sociales (concepto relacional), las disposiciones (o los
habitus) y las tomas de posición (las elecciones) que los agentes sociales
llevan a cabo en los diversos ámbitos de la práctica. Iniciamos
por las proposiciones de: espacio y espacio social (campo). La primera, la
define como un conjunto de posiciones distintas y coexistentes, externas unas a
otras, caracterizadas en relación unas de otras, por su exterioridad mutua y
por las relaciones de proximidad y asimismo por las relaciones de orden. La
segunda, como una aprehensión relacional del mundo social: “afirma en efecto
que toda la realidad que designa, reside en la exterioridad mutua de los
elementos que la componen”. El habitus cumple una función que, en otra
filosofía, se confía a la conciencia transcendente:
“Es un cuerpo
socializado, un cuerpo estructurado, un cuerpo que se ha incorporado a las
estructuras inmanentes de un mundo o de un sector particular de este mundo, de
un campo, y que estructura la percepción de este mundo y también de la acción
en este mundo” (Bourdieu).
Los seres aparentes, directamente visibles, trátese de
individuos o de grupos, “existen y
subsisten en y por la diferencia, es decir en tanto que ocupan posiciones
relativas en un espacio de relaciones que aunque invisible y siempre difícil de
manifestar empíricamente, es la realidad más real y el principio real de los
comportamientos de los individuos y de los grupos” (Bourdieu). El espacio
social es un campo de fuerzas, que se impone a los agentes que se han adentrado
en él, y como un campo de luchas dentro del cual los sujetos se enfrentan, con
medios y fines diferenciados, según su posición en la estructura del campo de
fuerzas. La constitución o consagración simbólica de un campo es necesaria para
crear un grupo unido “(imposición de nombres, de siglas, de signos de adhesión,
manifestaciones públicas, etc)”, que tiene posibilidades varias de alcanzar el
éxito en cuanto que los agentes sociales sobre los que se ejerce estén más
propensos, debido a su proximidad en el espacio de la posiciones sociales y
también de las disposiciones y de los intereses asociados a determinadas
posiciones.
La acotación del campo permite inferir que existen varios
campos, Claudette Lafaye en La sociología de las organizaciones, resume el
concepto de campo en la sociología de Bourdieu en los siguientes términos:
• Un campo es
un espacio estructurado —por lo tanto, jerárquico— que incorpora posiciones o
puestos cuyas características son relativamente independientes de quienes los
ocupan.
• Cada campo
se define en términos de sus retos e intereses específicos comparados con los
de otro campo; esto significa, por ejemplo, que un científico está interesado
en cosas diferentes de las que le interesan a un hombre de negocios o de la
iglesia.
• Un campo
también implica la posesión o constitución de un capital específico. Un capital
económico grande es fundamental en el mundo de los negocios pero incongruente
con el campo científico, en el que el capital relevante es de una naturaleza
distinta: una tesis, publicaciones con prestigio, reconocimiento internacional,
etc.
• Un campo
necesita de agentes sociales con disposiciones adecuadas
-lo que Bourdieu llama habitus- que puedan actuar en él, lo
cual implica el conocimiento de la reglas del juego del campo en cuestión.
• La
estructura de un campo es el resultado, en un tiempo t, del equilibrio del
poder entre los agentes o instituciones que ocupan distintas posiciones.
• Un campo
también es un espacio dinámico en que se llevan a cabo batallas por la
conservación o cambio equilibrado del poder: ocupar posiciones dominantes,
cambiar de una posición de servicio a una dominante, estabilizar posiciones
precarias, obtener reconocimiento de las posiciones de los márgenes de un
campo, descalificar otras, etc.
• Un campo no
es un espacio cerrado. En especial los márgenes de un campo están
constantemente sujetos a luchas de poder entre los agentes u organizaciones que
lo conforman.
• Dentro de un
campo determinado, la lucha que se da entre quienes ocupan posiciones distintas
presupone un acuerdo fundamental en cuanto al motivo de la lucha.
El sentido práctico, el campo es un sistema adquirido de
preferencias, de principios de visión y de división (gusto), de estructuras
cognitivas y de esquemas de acción que orientan la percepción de la situación y
de la respuesta adaptada. Bajo dicha reflexión teórica, el habitus “es una especie de sentido práctico de qué
hay que hacer en una situación determinada” (Bourdieu), lo que orienta a
los sujetos hacia la toma de decisiones ordenadas según el orden objetivo.
Cumple con una función que “… se confía a
la consciencia trascendente: es un cuerpo socializado, un cuerpo estructurado
que se ha incorporado a las estructuras inmanentes de un mundo o de un sector
particular de este mundo, de un campo, y que estructura la percepción de este
mundo y también la acción en este mundo” (Bourdieu).
Significa que el espacio de las posiciones sociales se
traduce en un espacio de toma de posición a través del espacio de las
disposiciones o del sistema de desviaciones diferenciales en las propiedades de
los agentes (en sus prácticas y en los bienes que poseen). La categoría de
campo le permite a Pierre Bourdieu, aseverar que la reproducción de la
estructura del capital cultural tiene como base las estrategias de las familias
y la lógica específica de la institución escolar. Las familias son cuerpos
impulsados por una tendencia a perpetuar su ser social, con todos sus poderes y
privilegios, las posiciones independientes de los poderes temporales y
espirituales establecidos, corren parejas con el desarrollo de una burguesía,
cuyos intereses en materia de reproducción están estrechamente vinculados con
el colegio. La “nueva clase” eleva sus intereses particulares a un grado de
universalización superior e inventa una versión que llama “progresista”.
Philiphe Perrenoud, en coincidencia con el desarrollo
teórico de Bourdieu, subraya que con el proceso de escolarización, y el paso de
los años, los individuos participan con frecuencia en varios campos:
• El campo de
las relaciones con los padres, en el que cada individuo es, y continúa siendo,
hijo de sus padres. Con el paso del tiempo puede comenzar una nueva familia y
volverse él mismo padre.
• El campo de
la cultura, los valores y las representaciones sociales, por lo menos desde la
edad en que uno es capaz de comunicarse y entender.
• El campo de
la ley y la justicia: incluso antes de nacer los niños son sujetos con
derechos.
• El campo de
la religión, si la familia de un individuo es creyente o si el individuo mismo
se vuelve creyente.
• El campo de
la salud, en cuanto uno depende de la medicina y la seguridad social.
• El campo del
consumo, primero a través de los padres y paulatinamente por cuenta propia.
• El campo
político, en cuanto se llega a la edad en la que puede participar o ser sujeto
de decisiones.
• El campo de
los medios y la información en una sociedad en la que, si no es más que un
consumidor, no se escapa de las industrias de cultura y comunicación masiva.
• En el campo
de la comunidad, en cuanto se tiene la edad para unirse al club, asociación,
sindicato o partido.
• En el campo
del trabajo, primero en caso y después en relaciones laborales y del trabajo
pagado, en ocasiones desde la infancia.
• El campo de
la educación y la formación, desde el nacimiento dentro de la familia y después
en la escuela desde la edad de dos a cuatro años.
En la jerarquía que caracteriza a los campos, el acto de
clasificación escolar es un acto de ordenación en el sentido que instituye una
diferencia social de rango, son miembros de un orden. Los agentes sociales al
optar por una carrera o disciplina, “no
son partículas sometidas a fuerzas mecánicas y que actúan bajo la imposición de
causas; como tampoco son sujetos conscientes y avezados que obedecen a razones
y que actúan con pleno conocimiento de causa como creen los defensores de
Rational Action Theory” (Bourdieu). La posición del teórico francés es que
los sujetos son agentes actuantes y conscientes dotados de un sentido práctico.
Para ser actor en un campo “X”, “debe haber una suerte de familiaridad con el conocimiento, valores,
reglas, ritos, códigos, conceptos, lenguaje, leyes, instituciones y objetos
específicos del campo en cuestión. Por esta razón, entrar en un campo nuevo
exige un proceso de socialización cuya duración es variable, en algunos casos
está bien organizado, en otros no y por lo general depende de la posición
específica dentro del campo” (Simona). Esto significa que se necesitan
distintos tipos de socialización para incursionar en cualquier campo, nos
encontramos con la noción de espacio social, que contiene el principio de una
aprehensión relacional del mundo social, que se impone al individuo con medios
y fines diferenciados según su posición en la estructura del campo,
contribuyendo a conservar o a transformar la estructura.
Extraído de:
Competencias docentes: de la práctica reflexiva al cambio
del habitus académico
Autora
Karina Rodríguez Cortés
Candidata a Doctora en Ciencias Sociales, con especialidad
en Educación y Sociedad por la UAM-Xochimilco. Maestra
en Investigación y Desarrollo de la Educación por la Universidad
Iberoamericana. Licenciada en Pedagogía por la Universidad
Pedagógica Nacional. Ha sido docente en licenciaturas,
diplomados y maestrías en diferentes
instituciones de educación superior en México
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