lunes, 5 de agosto de 2013

La Enseñanza bajo las disertaciones críticas de Foucault

Foucault propone una forma de mirar la realidad ¿Cómo veríamos la Enseñanza desde esa óptica? ¿Cómo consideraríamos el saber pedagógico? ¿Qué implicaciones trae para la Enseñanza?
 


La analítica efectuada desde una arqueología del saber y genealogía del poder, propuesta por Michel Foucault, propone una actitud de la sospecha, a partir de una mirada profunda sobre la historia que en el fondo son historias, pues “no podemos dejarnos engañar”, al detenernos solamente, en la historia de los grandes episodios y los grandes héroes, dado que la historia se constituye en los sistemas de lenguaje entretejidos por toda la humanidad en su devenir, en la urdimbre que se teje en el día a día, en las pequeñas cosas, en los órdenes del discurso y en los enunciados de lo cotidiano. Es necesario realizar un análisis de las unidades discursivas enunciadas por los sujetos, para develar los entramados de verdad, saber y poder que los sustentan.

El anterior planteamiento sirve para mirar la realidad de los órdenes discursivos que se tejen en la escuela, en el sistema educativo, de forma que permitan desentrañar las verdades, los saberes y los poderes que se entrelazan en esta. Al tiempo, a partir de la propuesta foucaultiana, se debe comprender al sujeto desde una mirada ética como estética de la existencia, esto es como ser reflexivo crítico sobre sí mismo (no se le debe negar esta posibilidad), simultáneamente como obra de arte, creativo, creador y recreador de su propia existencia, de su propia historia y la de sus contextos.

Desde el punto de vista de la arqueología del saber y la genealogía del poder propuestos por Michel Foucault, se erige en la enseñanza como categoría fundamental la del saber pedagógico, pues esta explica que un objeto, un concepto un sujeto se producen en una condición de saber, es decir, primero que todo en un campo abierto y plural y no en una disciplina.

¿Qué hace posible la existencia de la pedagogía? Una mirada crítica cimentada en la valoración y el debate constante sobre las múltiples prácticas, formaciones discursivas, dispositivos didáctico pedagógicos, lenguajes, el saber o los saberes pedagógicos que se constituyen a partir de las mismas acciones e interacciones comunicativas que se presentan en la praxis cotidiana, compuesta por la cultura, la sociedad y la personalidad (mundo de la vida), del devenir de la comunidad educativa.

Se hace necesaria una mirada histórica que permita detallar dichas prácticas, formaciones, dispositivos, saberes y, fundamentalmente, las condiciones de posibilidad que, desde las dinámicas de lo cotidiano: sus lenguajes tanto verbales como no verbales; sus enunciaciones, sus órdenes del discurso singulares y el entrecruzamiento que existe entre estos y las urdimbres económicas, políticas, culturales, sociales generales en las que se han originado.

Ver y pensar la pedagogía como un saber implica mirar formaciones discursivas, prácticas y sujetos, esto permite el acercamiento a las dinámicas, a los problemas, los hechos y los procesos de la pedagogía: análisis de la enseñanza del maestro, de la escuela, de la didáctica, del dominio disciplinar, entendidos como dispositivos, formaciones discursivas, prácticas, con lo cual se quiere pensar siempre como objetos formados, construidos, inventados, fabricados, por sociedades, presiones económicas, morales y políticas, por esquemas de conocimiento y no solo como ideas, sino también categorías, formas de racionalidad, en fin como palabras.

A partir de la categoría saber pedagógico, el sistema educativo, la escuela y el aula se entienden como institución donde priman un poder, un saber y una verdad, por cuanto los docentes como sujetos históricos, intelectuales, cuestionadores son constructores de órdenes de discurso y son responsables de la resignificación de la historia desde las dinámicas propias que exige el ser humano, en general, y la comunidad educativa, en particular, a partir del reconocimiento de sus propios intereses, necesidades y conocimientos, así como también del reconocimiento de los intereses, las necesidades y los conocimientos de los estudiantes, vivenciados desde las situaciones particulares del aula, donde se entrecruzan multiplicidad de lenguajes que develan símbolos, significados y sentidos provenientes de condiciones de posibilidad constituidas y constituidoras de historia.

El saber pedagógico se constituye en la constante interacción entre los órdenes del discurso del currículo oficial en constante interacción con los tejidos referenciales, simbólicos y culturales que constituyen el tejido territorial del currículo oculto, más la reflexión crítica constante que se debe efectuar sobre estos, para no aceptar las rutinas como normales y ser constructores de un devenir histórico educativo centrado en la edificación permanente de acontecimientos, esto es, de dinámicas de transformación constante centradas en la creación de lo extraordinario, en el extrañamiento, que consiste en no dejar que lo rutinario se convierta en familiar.



Extraído de:
Actitud y pensamiento crítico.
La problematización de los contextos en la construcción del conocimiento*
Luis Ernesto Vásquez Alape
Universidad de La Salle, Bogotá, Colombia

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