En la trayectoria de Freire y de los grandes
socialistas hay una dimensión ontológica que no puede ser puesta de lado sin
correr el riesgo de perder la dialéctica. El fundamento de la realidad, del ser
social e incluso del ser individual, es el trabajo, la actividad del hombre.
Esa dimensión ontológica no impide que en las relaciones conflictivas y
contradictorias de nuestro tiempo, hegemonizadas pero no totalizadas por el
capitalismo, determinados grupos o clases sociales tengan prisa por organizar
relaciones para colocarse en posición de ventaja en la sociedad, en detrimento
de la mayoría de las personas, de su alienación.
Esta idea es expresada por Isvtán Mézáros en La Teoría
de la Alienación en Marx, a través de órdenes de mediación complejos: la mediación
de primer orden —actividad que constituye el ser— y la mediación de segundo
orden, que proviene de las condiciones históricas definidas por el capitalismo.
(Mézáros, 2006, p. 108ss).
Esta idea puede ser encontrada en el prefación a
Pedagogia da esperança, donde Freire, indignado con la “´democratización´ de la
sinvergüencería, expresión coyuntural de los procesos de alienación, también
reafirma la esperanza como necesidad ontológica”. (FREIRE, 1997, p. 10). La
alienación -expresada como invasión cultural, domesticación, opresión, pueden
ser las motivaciones más fuertes para el mejoramiento del trabajo educativo
desarrollado por el pensador pernambucano.
Las formas de alienación son denunciadas
constantemente en toda su obra. Se entiende como pérdida de la condición de
sujeto en la sociedad. Pérdida efectiva en los procesos históricos que reducen
a las poblaciones a condiciones de vida deshumana, a la subordinación, a
posiciones de explotación que disminuyen la capacidad de los hombres de ser
más. Pero su contrapunto acompaña al propio movimiento de denuncia. Pedagogia
da Esperança. Um reencontro com a pedagogia do oprimido es un libro escrito con
rabia, con amor, sin lo cual no hay esperanza. Una defensa de la tolerancia,
que no se confunde con la connivencia, de la radicalidad; una crítica al
sectarismo, una comprensión de la pos modernidad progresista y una negación a
la conservadora, neoliberal. (FREIRE, 1997, p. 12) Y, entre la deshumanización
y la posibilidad de ser más persona, Freire transita sus iniciativas de
emancipación, sus enfrentamientos históricos y escribe sus experiencias y
reflexiones en la expectativa de que la perspectiva de humanización impregne de
forma generalizada las escuelas de países como Brasil, principalmente las
situadas en la periferia de los grandes centros y en el medio rural.
Para Freire la alienación sólo tiene razón de ser en
su enfrentamiento práctico y emancipador. En El camino se hace caminando,
Freire escribe: Espero que muchos de nosotros estemos aprendiendo cuánto es
difícil hacer historia, y cómo es importante aprender que estamos siendo hechos
por la historia que hacemos en el proceso social dentro de la historia.
(FREIRE; HORTON, 2003, 0. 204)
Por: José Fernando Kieling
Extraído de
DICCIONARIO Paulo Freire
Danilo R. Streck, Euclides Redin, Jaime José Zitkoski
(Orgs.)
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