Las conjunciones entre Anuncio/Denuncia expresan una
sintaxis que no puede ser considerada de menor importancia. Llego a decir
incluso que cualquier cartografía de la obra de Paulo Freire, considerando en
ella la propia estética de su existencia, sin las lógicas del anunciar,
denunciando, o del denunciar, anunciando, que la impregnan, se convierte en un
mapa simplificado.
En esa expresión transbordan fuerzas dialógicas no
solo las relaciones de poder, sino también sinergias afectivas, amorosas, que
la saturan y la renuevan en incesante devenir, al tiempo que recrean a quien
las engendra, quien las desdobla, quien las pronuncia, y en ese ejercicio
político de diferir, van reinventando políticamente otro mundo.
Para producir anuncios/denuncias, Paulo Freire se
sumergió en las culturas mestizas, plurales e híbridas de los oprimidos y de
los opresores, intentando romper los aislamientos y las dicotomías, para
invertir en esperanzas que habitan entre lugares poco investigados. Esas
investigaciones fueron confirmando que “no hay denuncia verdadera sin
compromiso de transformación, ni éste sin acción” (FREIRE, P., 1987, p. 78).
De ahí el tratamiento con el que destacó los “inéditos
viables”, posibilitando que las “situaciones límite”, consideradas como
determinantes frente a las cuales no restaría nada más sino la resignación,
fueran confrontadas con los anuncios de “soluciones practicables,
desperdiciadas” (FREIRE, P., 1987, p. 107).
Una ilustración, de esa forma propia de denunciar
anunciando, se puede encontrar respecto a nuestra pertenencia geográfica y
política al sur, mostrando posibilidades de realinear nuestros registros de
orientación, promoviendo una reversión del nortear para el “surear”,
llamándonos la atención hacia mil maneras con las que fuimos habituados a
hablar, a pensar y a escribir, negando nuestras realidades históricas (FREIRE,
P., 1993, p. 24).
Hablando como un poeta, Paulo Freire desliza para
surear, anunciando potencialidades que no quieren ser desaprovechadas y
denunciando formas ideológicas de orientación que nos deprimen.
Simultáneamente, Freire critica formas auto referenciadas de comunicación e
instiga la perspicacia de sus interlocutores, inquietando el sentido ordinario
de las palabras, y sin maniqueísmos, amplía el “surear” (FREIRE, A. M., p.
218).
Otra marca importante del anuncio/denuncia es que el
énfasis freiriano busca distanciarse tanto del hablar por sí mismos como del
hablar por los otros, haciendo prevalecer el hablar con los otros, incluso
admitiendo el hablar para los otros, como posibilidad de que los oprimidos
produzcan sus “contra sentencias” (MLAREN; SILVA, 1998, p. 69).
Toda esa prioridad de la praxis freiriana al anunciar
denunciando, no se desprende de su biografía política y existencia. En lugar de
asumir las tormentas como un sufrimiento individual, para hacer contrarrestar
su heroísmo con ellos, Freire los fue asumiendo, como nordestino, pernambucano,
brasileño y oprimido, tomándolos como una producción política fabricante de
bloques históricos de negación a una existencia plural que afecta y sofoca a
las clases populares, a la sociedad, en todas sus relaciones, impidiendo que la
libertad y la justicia se fortalezcan. Por lo tanto, sumergido en este contexto
de desigualdades,
Paulo Freire se fue articulando con fuerzas sociales, que
invertían en el fortalecimiento popular y social, tales como las iglesias
cristianas que se inter articulaban con las acciones del Consejo Vaticano II
(1965), (TORRES, 1998, pp. 78-82) y también con los movimientos en los cuales
los estudiantes, trabajadores del campo y de la ciudad se unían con
intelectuales y artistas en acciones decisivas por las reformas de base, en que
la cultura popular era valorizada, al tiempo que se desarrollaban
enfrentamientos a múltiples esquemas de injusticias (LINHARES, 1993).
Internacionalmente, la Revolución Cubana abría caminos
para la primera experiencia socialista en América Latina y con las guerras de
Vietnam y de los países africanos en vías de descolonización, mostraban una
indudable bravura, tanto en relación a los Estados Unidos como a los países
europeos. La propuesta pedagógica freiriana se alimentó de todo eso,
denunciando para anunciar, y continuó floreciendo en Paulo Freire, apareciendo
en su obra póstuma, 61 cuando nos reafirma que el pensamiento profético “no
habla apenas de lo que puede venir, sino, hablando de cómo está siendo la
realidad, denunciándola, anuncia un mundo mejor” (FREIRE, P., 2000, p. 119).
Por Célia Linhares
Extraído de
DICCIONARIO Paulo Freire
Danilo R. Streck, Euclides Redin, Jaime José Zitkoski
(Orgs.)
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