martes, 26 de diciembre de 2017

CUBA, LA ALFABETIZACIÓN LO CAMBIÓ TODO

 La mayoría de los participantes en la Campaña de Alfabetización en Cuba se aproximan o rebasan ya los setenta años y otros se han unido en la historia a los 42 que entregaron sus vidas durante la epopeya de 1961.
Entre los fallecidos, 10 resultaron asesinados por la contrarrevolución, entre los cuales se menciona con frecuencia a Manuel Ascunce Domenech y a Delfín Sen Cedré, alfabetizadores ultimados en la entonces provincia central de Las Villas, donde también mataron, el 5 de enero, al maestro voluntario Conrado Benítez.
A la proeza y a sus protagonistas se dedica, desde el 29 de diciembre de 1964, el Museo de la Alfabetización en el antiguo Campamento de Columbia, principal fortaleza militar en Cuba desde la primera intervención norteamericana hasta cuando se convirtió en escuela, después del triunfo revolucionario, en septiembre de 1959.
Allí se preservan expedientes, objetos, imágenes y datos relacionados con el acontecimiento, su historia y sus mártires, sobre lo cual pueden obtener información también los visitantes extranjeros, miles de los cuales lo frecuentan cada año.
Fue Inaugurado por Evelia Domenech, madre del brigadista Manuel Ascunce, y en sus locales se preserva todo a partir de la intervención de Fidel Castro en Naciones Unidas, el 26 de septiembre de 1960, donde anuncio el propósito educacional que el país asumiría el año siguiente.
Sobre el acontecimiento y su historia aporta invaluable información la máster en Educación y profesora de Historia Luisa Campos Gallardo, su directora, quien destaca el papel del recién fallecido Armando Hart Dávalos, entonces ministro de Educación, tanto en la creación del museo como en la campaña alfabetizadora.
Junto con el máximo líder de la Revolución, Primer Ministro en 1991, fue impulsor del empeño que concluyó con la alfabetización de 707 mil 212 cubanos y redujo el analfabetismo del 23,6 al 3,9 por ciento en el país.
Acerca de los participantes, Campos Gallardo precisa que la institución ha contribuido a que alfabetizadores escriban sus memorias y publiquen libros como Y no hubo domingo, de la escritora y realizadora estadounidense Catherine Murphy, quien lo presentó en una Feria Internacional del Libro de La Habana.
La autora participó en la campaña y es también autora del documental Maestra, que destaca la trascendencia del hecho histórico y a Fidel Castro como autor e impulsor, mediante excelentes imágenes y fotografías que revelan, sobre todo, el protagonismo de las alfabetizadoras.
El 52 por ciento de la fuerza educacional fueron muchachas que asumieron las circunstancias de la época, en dura prueba que coincidía con la invasión por Playa Girón, en la Ciénaga de Zapata, y la Limpia del Escambray, nombre geográfico con el que también se identifica a la cordillera de Guamuhaya, en el centro sur de Cuba.
Como parte de un plan de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, aprobado por sus máximas autoridades, la contrarrevolución se había extendido en todo el país, con el propósito de derrocar al gobierno e impedir medidas sociales a las cuales se vinculaba ampliamente la educación.
Sobre el documental de Murphy, la prensa ha reflejado que, a pesar de la invasión coincidente con la Campaña, sus protagonistas disfrutaron sobremanera el significado de alfabetizar a sus semejantes y a la vez alcanzar un peldaño superior hacia el futuro.
Según la crítica, la obra refleja cómo la sociedad cubana comenzaba a relegar los componentes de la influencia patriarcal histórica y elevaba a la mujer desde la condición predominante de ama de casa y trabajadora doméstica a la de máxima protagonista de la hazaña.
Sobre la transformación, comentaba Lilavatti Díaz de Villalvilla, una de las dos brigadistas que pronunciaron discursos en la tribuna de la Plaza de la Revolución el 22 de diciembre de 1961, que después de la alfabetización su actitud evolucionó hacia la de una mujer más emprendedora y plena.
Comentaba a Prensa Latina esta profesional, nacida el 25 de julio de 1945, que asumió hablar en representación de los alfabetizadores cubanos, ajustada a su propio discurso, ante miles de sus compañeros y entre Fidel Castro y Osvaldo Dorticós, presidente de la República, como aparece en imágenes fotográficas.
Quien años después alcanzó la condición de doctora en Geología, hoy jubilada, destaca también el papel de la mexicana Margarita Dalton, quien habló en el acto, en representación de los alfabetizadores extranjeros.
Como parte de la exitosa trayectoria de esta, el diario Excélsior la relaciona con el poeta salvadoreño Roque Dalton y explica que, muy joven, viajó a Cuba luego de escuchar por la radio cómo Fidel Castro invitaba desde la ONU a contribuir con la alfabetización en la isla.
Su compañero José Agustín contó la historia vivida entonces en su libro Diario de un brigadista, aparecido en el 2010, un texto que le sirvió a Lourdes Rueda y al cineasta Joaquín Guzmán Luna para el documental titulado Despertar, acerca de la alfabetización y del papel de Margarita en la campaña.
Dalton prefirió estudiar la carrera de Historia en la Universidad de la Habana entre 1962 y 1966, condición a la que ha añadido numerosos titulados y resultados desde entonces, y hoy dirige el Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social en el mexicano Oaxaca.
El filme destaca que maestros cubanos han aplicado en su estado el método Yo sí puedo, para este tipo de enseñanza, el cual se ha extendido asimismo a varias decenas de países de Asia, África y América Latina.
Despertar se exhibió en el Festival de Cine de La Habana del 2016 y Guzmán Luna, director de siete documentales sobre Cuba después de la Revolución, comentó que la gente lloraba cuando lo vio, pues todos, de alguna forma, tienen al padre, un abuelo, un tío que fue alfabetizador entonces.
Dijo que eso marcó al país y transformó la vida en un año.
En la Campaña de Alfabetización participaron numerosos extranjeros de diversos países, quienes aparecen reflejados en las obras de estas destacadas intelectuales.
Maestros voluntarios, alfabetizadores y dirigentes de la campaña y de la educación, muy mayores ya, ofrecen evaluaciones y criterios de gran valor testimonial sobre el hecho que involucró a casi toda la población cubana, de cerca seis millones de habitantes, con grandes concentraciones de analfabetismo en zonas rurales.
Prensa Latina entrevistó a José Ramón Tápanes, matancero como Conrado, y a su esposa Felicita Zerquera, residentes en la villa colonial de Trinidad, quienes recuerdan, por ejemplo, cómo Conrado Benítez consideraba imposible que lo asesinaran por ser maestro.
Esto lo confirmó el agente de la Seguridad del Estado Reinerio Perdomo Sánchez, identificado como Cabaiguán e infiltrado en la banda de Osvaldo Ramírez, pues recibió su negativa cuando le propuso propiciarle la huida al acercarse en la noche al educador y al campesino Eliodoro Rodríguez (Erineo), prisionero también en una jaula rústica e igualmente asesinado.
En su libro Una difícil conquista: la alfabetización, la enseñanza y la cultura, Pedro Etcheverry Vázquez narra cómo a Conrado lo secuestraron -en el entorno del aserradero donde radicaba- los alzados Wilfredo Medinilla Gutiérrez, Leonel Martín Fernández y Gregorio Prieto Vidal, quienes lo insultaron, lo golpearon, le ataron las manos a la espalda y luego lo encerraron junto a Erineo.
El autor, doctor en Ciencias y especialista del Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado, cuenta el papel del agente Cabaiguán, quien fue entrevistado el 5 de enero por Fidel Castro, durante el operativo de las fuerzas revolucionarias contra la banda de Ramírez, a la cual le ocasionaron varias bajas y le ocuparon documentos vinculados con la CIA.
El alzado Mirio Pérez Venegas confesó tiempo después a un Agente de la Seguridad del Estado que Conrado, con una soga en el cuello, tenía que caminar aprisa para no ser arrastrado, mientras que todos le daban con palos y lo acuchillaban, hasta situarlo debajo del árbol donde luego lo colgaron.
Cuando se pasó la soga por una rama, según Pérez Venegas, uno de los autores, los ojos del maestro miraban a su alrededor como preguntando si sus secuestradores eran personas o animales.
Osvaldo Ramírez, abatido poco después, fue quien dio la orden de colgarlo y el cuerpo del maestro, magullado, fue suspendido y bajado varias veces, como si fuera un muñeco, mientras continuaban acuchillándolo, después de muerto.



Por: Ernesto Montero Acuña/Prensa Latina

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=140284&SEO=cuba-la-alfabetizacion-lo-cambio-todo-i


miércoles, 13 de diciembre de 2017

ALBERT EINSTEIN Y SU CONCEPTO DE SOCIALISMO

El propósito del presente artículo es dar a conocer la concepción del socialismo en Albert Einstein y su participación en la lucha por la paz entre las naciones. Se concluye que el capitalismo provoca una sociedad desunida y el socialismo requiere un cambio del Estado donde las personas se interesen más en el bienestar de los individuos que en la ganancia de capital, logrando la felicidad para cada miembro de la Humanidad.

Introducción
Para comprender a Einstein es necesario conocer los referentes que tenía en su conciencia y el contexto social en que vivió, puesto que un sujeto es fisicalidad material contenida y socialidad vivida, expresadas en un bloque de pensamiento. Lo que la sociedad hizo y está haciendo de él. El hombre es lo que su sociedad y, dependiendo del ámbito social de constitución del sujeto es el abanico de referentes que constituyen su conciencia.
Einstein pensaba en la imposibilidad que “…el individuo formara o fuera capaz de formar sus conceptos sin la guía verbal de su contorno.” Por tanto, para conocer sus pensamientos e ideas, necesitamos comparar sus escritos con los que otros autores, contemporáneos o no contemporáneos de él, algunos de los cuales entendemos que Einstein leyó, para entender lo que expresaron al respecto.
Einstein pensaba en la posibilidad de la paz internacional, por tanto, pensaba también que el socialismo, al significar un Estado que realmente le interesa satisfacer las necesidades de sus ciudadanos (algo que no sucede en el capitalismo), lograría una sociedad orientada hacia fines humanos. El socialismo internacional significaría que toda la Humanidad debería apoyarse mutuamente, no existiendo la figura de dueños de los medios de producción y trabajadores, sino un manejo centralizado de los recursos en favor de todos los ciudadanos del mundo. En 1945, Einstein dijo que la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) fue la única de las grandes potencias que abrió sus puertas a los judíos cuando eran perseguidos por los Nazis.
Einstein sabía que todo cambia cuando dijo que es imposible aplicar métodos o medidas que en otro tiempo hubieran sido eficaces porque las soluciones de ayer carecen hoy de vigencia y estarán fuera de lugar mañana, sin embargo, en 1948, escribió que, algún día, todas las naciones agradecerían a la URSS por haber demostrado la posibilidad de una economía planificada a pesar de lo difícil que era en ese momento.[
Concepto de socialismo para Albert Einstein
Solamente un inventario exacto de los recursos nacionales, un plan de reconstrucción sobre la base general de la producción organizada y una distribución prudente y económica de todos los productos, pueden salvar al país. Esto justamente es lo que se llama socialismo. Luchar, estrechar nuestras filas, establecer la disciplina del trabajo y del orden socialista, aumentar el producto del trabajo, sin retroceder ante ningún obstáculo: tal es nuestra consigna. Una revolución proletaria en Europa y en América, estallará tarde o temprano y, esa revolución, liberará a toda la humanidad que sufre.
Los individuos forman una sociedad individualista y egoísta donde todos buscan su felicidad por cualquier medio sin pensar en la de los demás. Covarrubias Villa los denomina los “sujeto cosa”: hombres que se ven y ven a los demás como cosas; cosas que se pueden relacionar en términos de necesidad y satisfactor. Esto es reflejo del deterioro de la conducta por la mecanización y deshumanización de nuestra vida. Para Einstein, la situación descrita en este párrafo, no fue diferente. Vivió muchos conflictos bélicos; los más terribles sin duda, fueron la Primera y la Segunda Guerra Mundial.
Trotsky narra cómo finalizó la Primera Guerra Mundial gracias al socialismo en Rusia. En febrero de 1917, manifestantes derrocaron al gobierno zarista y Rusia se convirtió en República. El 24 de octubre de 1917, los Bolcheviques, grupos de trabajadores soviets, al mando de Vladimir Lenin y Lev Trotsky, tomaron los principales edificios de Gobierno de la capital Rusa. La Gran Revolución Socialista de Octubre fue el primer movimiento del socialismo exitoso de la historia, resultando la URSS. Lenin encabezó el gobierno y Estado de los trabajadores y el 3 de marzo de 1918, firmó el Tratado Brest-Litovsk con Alemania que, militarmente, era la Nación más poderosa, mucho más que Francia e, inclusive, más que el poderoso imperio colonial de Inglaterra. El imperialismo alemán era un enemigo consciente de su fuerza y de no firmar la paz, Rusia habría quedado en condiciones de ruina, obteniendo con esto la victoria Inglaterra y Estados Unidos. La reciente URSS necesitaba perdurar y, por eso, tenían que rehusar toda batalla superior a sus fuerzas y, así, ganar tiempo. Alemania peleaba, simultáneamente, contra Inglaterra y Estados Unidos y, eso, facilitó que aceptara pactar la paz con Rusia. En el Congreso del Partido Comunista y en el Cuarto Congreso de los Soviets, predominó el voto favorable para la firma de la paz el 15 de marzo de 1918, ratificando el tratado de paz de Brest-Litovsk. La existencia de Rusia como país independiente se logró por causa de la revolución del proletario europeo. En noviembre de 1918, la Revolución Alemana derrocó al Káiser con ayuda de los obreros espartaquistas liderados por Rosa Luxemburgo y Kart Liebknecht. La guerra pronto terminó. Posteriormente, se firmó el Tratado de Versalles.
El socialismo comprobó que el pueblo trabajador busca la paz y quien obtiene ganancias de ella, la burguesía, es quien busca la guerra. Por tanto, es un deber del proletariado desarrollar todos sus esfuerzos para impedirla por cualquier medio y, una vez iniciada, es su deber intervenir para hacerla terminar pronto y mediante las capas populares más profundas, precipitar el fin de la dominación capitalista.
Einstein no consideraba tener mentalidad alemana ni ser el creador de la energía atómica. En 1918 escribió, “…por herencia soy judío, por ciudadanía suizo y, por mentalidad, un ser humano, sin apego especial alguno por ningún estado o entidad nacional.” En 1947, escribió que toda invención de nuestra mente y todo bien material, puede convertirse en un arma y, por tanto, en un peligro para la Humanidad, entonces, su participación en el diseño de la bomba atómica fue indirecta.
Einstein renunció a su nacionalidad alemana para no realizar servicio militar y adoptó una concepción absolutista. La concepción de Einstein puede considerarse, no de manera individual, sino social, resultado de una evolución colectiva y continua, cuyos elementos y cuyas fases están en una esencial conexión. Para Einstein, la educación socialista y el socialismo lograrían la paz entre las naciones y la felicidad entre los individuos, lo cual, parece una idea subversiva, aunque, realmente se refiere a una concepción dialéctica crítica del devenir del ser social, porque Einstein, mediante una retrospección histórica, comprendiendo el pasado y el presente, buscaba una solución para lograr la paz. La dialéctica crítica es conocimiento y visión del futuro para reconocer, mediante el presente, una posible activación hacia un futuro deseado y genera una concepción teleológica.
Debemos conocer la causa que existan conflictos entre individuos y naciones y concebir que el comportamiento de un Estado puede regularse como el de un individuo. De acuerdo con Kant, los Estados pueden considerarse como individuos en estado de naturaleza, cuya convivencia es un perjuicio para todos mientras no exista una ley externa o constitución internacional que los rija.
Según McMahan, las guerras se justifican por interés nacional; los intereses de los demás Estados son irrelevantes porque no se concibe dar mayor importancia a los intereses de la población de otro Estado que a los de sus propios ciudadanos. Los pacifistas opinan que nunca es permisible una guerra, a menos que sean víctimas de un ataque injusto o potencialmente mortal (ejercicio colectivo de los derechos individuales de autodefensa). La teoría de la guerra justa, justifica una guerra si las causas son justas ius ad bellum y los medios sujetos a limitaciones de conducta ius in bellum. Son causas justas: la defensa de otro Estado contra una agresión exterior injusta, la recuperación de derechos como algo perdido en una guerra anterior, la defensa de los derechos fundamentales del pueblo de otro Estado contra el abuso del gobierno y para castigar a agresores injustos, además, es justa la autodefensa nacional. Las limitaciones son hacer uso de violencia mínima (fuerza mínima), que haya más consecuencias buenas que malas (proporcionalidad) y que solo se ataquen personas que constituyan legítimos objetivos de ataque (discriminación). McMahan pensaba que se pueden atacar inocentes cuando son menores las consecuencias de atacar que abstenerse de hacerlo o evitar un número mayor de muertes inocentes y el terrorismo es la violencia intencionada con fines políticos contra personas inocentes, violando el requisito de discriminación. Con lo expuesto, podríamos decir que Alemania hizo una guerra justa y Estados Unidos, terrorismo porque Alemania ingresó a la Primera Guerra Mundial por defender a Austria Hungría y en la Segunda Guerra Mundial invadió Polonia por querer recuperar lo que le quitaron por imposición en el Tratado de Versalles, el cual, no debió considerarse válido como tratado de paz. Cuando Estados Unidos, por orden del presidente Truman, bombardeó Hiroshima y Nagazaki, Japón no significaba un verdadero peligro y menos las zonas civiles, además, los alemanes ya habían liberado Francia y Polonia. En Hiroshima, se utilizó la energía de menos del uno por ciento de novecientos gramos de uranio. Estados Unidos inició la construcción de las bombas por el Proyecto Manhatan, cuando los científicos Szilard, Edward Teller, Eugene Wigner y Einstein redactaron una carta el 2 de agosto de 1939 al presidente de Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, donde le alertaban que Alemania fabricaría bombas atómicas a partir de una masa de uranio. En 1945, Einstein dijo que ayudó a construirla para impedir que los enemigos de la Humanidad lo hicieran antes, puesto que dada la mentalidad de los nazis, habrían consumado la destrucción y la esclavitud del resto del mundo, si fecisti nega. Es difícil saber cuándo algo es injusto o inmoral y conforme a Gramsci podemos definir que esto es cuando no va orientado hacia el fin pensado.
Para Kant, las guerras (que hacen más hombres malos que los que mata) son causadas por la naturaleza Fata volentum ducunt, nolentem trahunt como medio para poblar el planeta (pueden ser pretextos los idiomas y las religiones) ayudándose del honor, la valentía humana y las tendencias egoístas, por tanto, solamente se solucionará con la organización del Estado porque la paz no es un estado de naturaleza status naturalissino que debe ser instaurada, en estado civil.
Para Gramsci, el grupo dirigente tiende a mantener el equilibrio de la composición social que sea mejor para su permanencia o para mejorar tales condiciones y extenderla a otros lugares, originando los conflictos con otros grupos dirigentes que aspiran al mismo fin o en cuyo perjuicio la expansión del primero deberá necesariamente producirse.
Hitler pensaba que si un pueblo renunciaba a la adquisición de nuevos territorios, debería lamentablemente recurrir a la voluntaria restricción de natalidad y un día sería dominado por otro pueblo más rezagado culturalmente pero con una mayor fuerza de acción y que los países europeos, inclusive Inglaterra, no podían compararse con el poderío que tenía Estados Unidos con su territorio, es decir, el territorio propio de la nación más los territorios ocupados por la fuerza. Para él, el Estado significaba la organización de una comunidad de seres moral y físicamente homogéneos con el objeto de mejorar las condiciones de conservación de su raza.
Muchos están de acuerdo que es mejor vivir en colectividad. Para Aristóteles, aunque el bien del individuo y el de la ciudad sean el mismo, será mucho más grande y perfecto, alcanzar y preservar el de la ciudad; porque es apetecible procurarlo para uno solo pero es más hermoso y divino para un pueblo y para ciudades y el hombre es por naturaleza una realidad social.
Todos nos clasificamos y actuamos por la forma en como entendemos la felicidad. Los aparatos ideológicos ayudan a hacer la división aún mayor. La felicidad puede ser vista de muchas formas de acuerdo con la necesidad del individuo y su modo de vida. Para el enfermo será la salud, para el pobre será la riqueza. Hay tres modos de vida: la política que entiende por bien los honores y el servicio a los demás, la teorética que los concibe como contemplación y la voluptuosa. La mayoría de la población tienen una vida voluptuosa y entienden por bien y felicidad el placer. La felicidad es algo perfecto y suficiente, es el fin de los actos y debe consistir en la virtud.
Aristóteles, de manera satírica, nos describe cómo instrumentos de trabajo:
Siempre ha existido quien gobierna y quien es gobernado. El hombre (siervo) y la mujer (hembra) buscan unirse, creando la prole. Ambos difieren por naturaleza porque ella no hace nada que se asemeje a un cuchillo. Un señor los gobierna para su conservación. Son bárbaros las hembras y los siervos porque tienen un mismo grado de honra y dignidad y entre ellos no hay quien gobierne, su relación es de siervo y sierva. Unidos con otros, forman una compañía llamada barrio, colonia o población, también llamados omogalagtas (significa criados con una misma leche, pues son los hijos y los hijos de sus hijos). La compañía compuesta por muchos barrios se llama ciudad y se juntó para vivir más cómodamente. Antiguamente, las ciudades eran regidas por reyes y ahora también las naciones. La ciudad es algo natural y el hombre, por su naturaleza, es animal político o civil y tiene naturalmente el deseo de vivir en compañía. Quien los unió fue autor de los mayores bienes porque el hombre, puesto en su perfecta naturaleza, es el mejor de todos los animales, pero apartado de la ley y de la justicia, es el peor de todos.
Para Rousseau, una sociedad es un derecho de agrupación de individuos, no natural, sino fundado mediante convenciones o contratos. La más antigua de todas y la única natural, es la familia. Se denomina Estado y puede componerse de ciudadanos, participantes de la autoridad soberana y súbditos, sometidos a las leyes del Estado (igual que Aristóteles, Rousseau, concibe al Estado como es actualmente, unos gobiernan y otros son gobernados). En el Estado, el hombre pierde su libertad natural y obtiene a cambio el derecho a todo lo que desee y pueda alcanzar. No es despojado de sus bienes, se le asegura su legítima posesión por derecho de propiedad y su conservación mediante libertad y fuerza. Cuando, en el Estado, el goce de derechos del ciudadano, es a costa de los deberes del súbdito, sucede la ruina del cuerpo político. La soberanía es inalienable e indivisible; es el ejercicio de la voluntad general del pueblo para dirigir al Estado para que gobierne de manera igualitaria a todos los ciudadanos para el bien común. El poder soberano, debe ser colectivo y no individual porque la voluntad particular tiende por su naturaleza al privilegio y la voluntad general a la igualdad. Si existe el consentimiento del pueblo para simplemente obedecer, se disuelve por este acto y pierde su cualidad de pueblo, ya no hay soberano sino señor y el cuerpo político queda destruido. Debe existir la enajenación interior de cada asociado con todos sus derechos a toda la Humanidad. Erróneamente se declara la guerra o la paz como acto de soberanía.
Para Kant, el Estado civitas debe formarse según los conceptos de libertad, dependencia e igualdad. Según cuantos tienen el poder soberano forma imperii, se divide en: uno, autocracia, varios, aristocracia y si son todos, democracia. Las formas de gobierno forma regiminis son dos: la republicana donde se separa el poder ejecutivo del poder legislativo y la despótica donde las leyes son la voluntad del gobernante.
Para Aristóteles, existen tres regímenes: la monarquía de la realeza que puede convertirse en monarquía de la tiranía que es el peor régimen, la aristocracia que puede convertirse en oligarquía donde los gobernantes distribuyen los bienes de la ciudad y el poder soberano siempre a los mismos para enriquecerse, de modo que los que gobiernan son pocos y malos en lugar de los más dignos y, la timocracia que puede convertirse en democracia. La timocracia es un gobierno de la multitud donde todos los propietarios son iguales, en ella los ciudadanos son iguales y equitativos y gobiernan por turno y por igual.
De acuerdo con John Dewey, la democracia no solamente significa una forma de gobierno, sino que es un modo de vivir asociado, de experiencia comunicada juntamente, donde los individuos refieren su propia acción a la de los demás y consideran la acción de los demás para dar pauta y dirección a la propia, además, en la democracia se deberían eliminar las barreras de clase, raza y territorio nacional que impiden que el hombre perciba la plena significación de su actividad.
Para Hegel, el Estado es el lugar de la supremacía ética inherente a su racionalidad superior.
Para Marx, el Estado es una mala enajenación que permite la explotación del hombre por el hombre. El hombre es ser genérico, miembro imaginario de una soberanía imaginaria, despojado de su vida real e individual y lleno de universalidad irreal, donde no es un ser social, sino individual y egoísta. El gobierno del Estado es una junta que administra los negocios de la clase burguesa. En el sistema capitalista, para las empresas, la cuota de producción no se puede atribuir a ningún trabajador individual, sino, al conjunto de obreros, el hombre colectivo, lo mismo sucede con la sociedad porque se le da mayor valor al conjunto total que a sus componentes.
Tomás Moro, expresó que:
  • Bajo el disfraz de justicia, el gobernante aparenta desear el bienestar del pueblo, pero lo único que desea son sus impuestos.
  • Cada uno tiene lo que la generosidad del gobierno le ha confiscado.
  • Todo le pertenece al gobernante, incluso las personas.
  • Al gobernante le interesa, por su propia seguridad, que el pueblo posea lo menos posible a fin que no se engría con sus bienes y libertad porque tanto la riqueza como la libertad, hacen tolerar con menos paciencia las leyes duras e injustas y, por el contrario, la pobreza y la miseria desaniman y quitan a los oprimidos el deseo a la libertad.
  • Los gobernantes se eligen para el bienestar del pueblo y no para su bienestar propio, por tanto, deben buscar y procurar el bienestar del pueblo al abrigo de toda injusticia por encima de su propio bienestar, como el pastor que busca apacentar sus ovejas y no su comodidad, puesto que vivir entre placeres y comodidades mientras los demás sufren y se lamentan a su alrededor, no es ser gerente de un reino, sino guardián de una cárcel.
Un pueblo puede, en cualquier momento, cambiar sus leyesy, en su caso, la Constitución no crea al pueblo, sino que el pueblo crea la Constitución y, como su esencia es la democracia, es indispensable la organización política del hombre para emancipar a los ciudadanos de la hegemonía del poder de la burguesía.
Baruch de Spinoza, filósofo nacido en 1632, en Amsterdam, al igual que Einstein, fue judío y, también, al igual que Einstein, sus creencias teológicas y ontológicas religiosas, no fueron llevadas al fanatismo, tal fue así que a Spinoza lo excomulgaron los judíos de su época, maldiciéndolo. Spinoza fue considerado uno de los grandes racionalistas de la Filosofía del Siglo XVII, junto con el francés René Descartes.
Einstein, decía creer en el Dios de Spinoza, idéntico al orden matemático del Universo. Spinoza en su libro Ética demostrada según el orden geométrico, decía que el todo es una sustancia y que nosotros, como seres humanos, somos modos de esa y por esa sustancia global, que denominaba Naturaleza o, bien, de otra manera, esa sustancia es Dios. Para Spinoza, la beatitud alcanzada en el tercer género de conocimiento hace que el hombre que se guía por la razón se sienta parte de la felicidad universal y controle los afectos producidos por las afecciones. El odio puede ser destruido por el amor y los hombres, por naturaleza envidiosos, pueden cambiarse mediante la educación. Somos parte de la naturaleza que no puede concebirse por sí sola, sin las demás partes. En la parte cuarta de la Ética, Spinoza, dice que, si dos individuos se unen entre sí, componen un individuo doblemente potente que cada uno de ellos por separado, por tanto, nada es más útil al hombre que el hombre y nada pueden desear los hombres que sea mejor para la conservación de su ser que el concordar todos en todas las cosas y sus almas se formen como una sola alma y sus cuerpos como un solo cuerpo, esforzándose, todos a la vez, cuanto puedan, en conservar su ser y buscando todos la utilidad común porque los hombres que se gobiernan por la razón, aquellos que buscan su utilidad bajo la guía de la razón, no apetecen para sí nada que no deseen para los demás; lo denominaba: individuo compuesto universal Quasi unam mentem. Pensaba que mientras los hombres estén sujetos a las pasiones y no vivan bajo la guía de la razón, no podrán concordar en naturaleza porque si bien es cierto, el hombre es un animal social que logra más fácilmente lo que necesita mediante la ayuda mutua y uniendo sus fuerzas puede evitar los peligros que lo amenazan. El bien supremo de los que obran según la virtud, es decir, bajo la guía de la razón, es común a todos y todos pueden gozarlo igualmente y esto es conocimiento de Dios. Este deseo de hacer bien que nace de la vida según la guía de la razón, donde lo que se desea para sí, se deseará también para los demás, lo denominó moralidad. Al deseo del hombre que vive según la guía de la razón a unirse por amistad a los demás, lo denominó honradez y dijo que la verdadera virtud no es otra cosa que vivir según la guía de la razón, pero como los hombres están sujetos a afectos que superan por mucho su potencia o virtud, son contrarios entre sí, aun, cuando precisan de la ayuda mutua. Para que los hombres puedan vivir concordes y prestarse ayuda, es necesario que renuncien a su derecho natural y se presten recíprocas garantías que no harán nada que pueda dar lugar a un daño ajeno. Los hombres están sujetos a los afectos y ningún afecto puede ser reprimido a no ser por un afecto más fuerte y contrario a él y cada quien se abstiene de inferir un daño a otro, por temor a un daño mayor. Por tanto, como por medio de la razón, no pueden reprimirse los afectos, es necesario que se haga por medio de la coacción de las leyes y por el poder del Estado civil, en el que el bien y el mal son decretados por común consenso y donde todos están obligados a obedecer al Estado.
Rousseau, en 1750, describió el Estado ideal:
  • Ni demasiado grande para poder ser gobernado ni demasiado pequeño para ser autosuficiente.
  • No requiere tantas leyes.
  • No tiene costumbres ni supersticiones muy arraigadas.
  • No se mete en problemas con otros pueblos y no vive con el temor de ser invadido.
  • Todos sus miembros se conocen.
  • No necesita de otros pueblos ni otros necesitan de él.
  • No es rico ni pobre y puede bastarse a sí mismo.
También, dijo que los Estados como los hombres, tienen juventud y madurez que debemos esperar antes de someterlos a las leyes. Si las costumbres y los prejuicios están arraigados, no se pueden cambiar porque el pueblo no puede consentir que eliminen sus males, como esos enfermos estúpidos y sin valor que tiemblan ante el médico. Los hombres hacen el Estado y el territorio los alimenta, si éste no alcanza, se necesita de un territorio de un Estado vecino, lo que causa las guerras ofensivas. Hitler pensaba que el pueblo alemán debía existir en un mismo Estado y cuando éste no tuviera la posibilidad de asegurar al pueblo la subsistencia, el pueblo tendría la justificación moral de adquirir posesión sobre tierras extranjeras, por tanto, el arado se convertiría en espada y la guerra deberá llevarse a cabo para la posteridad del pan cotidiano.
En 1795, Kant escribió que los problemas de un Estado siempre tienen solución, aún, cuando se trate de un pueblo de demonios y basta con que éstos posean entendimiento, pero, en 1904, Felipe Trigo escribió lo contrario afirmando que “…con degenerados, ni es posible improvisar una sociedad democráticamente perfecta, ni siquiera, quizás, imaginarla para el porvenir.”
Einstein, en 1948, reconoció la importancia de la actitud moral y el uso de la razón. Decía que un pueblo que honra la falsedad, la difamación, el fraude y el asesinato, no puede subsistir durante mucho tiempo. En 1950, dijo que el comportamiento del individuo depende de la sociedad en que vive y, por tanto, debe aceptar sus normas, pero cada quien es responsable y tiene el poder y el deber de decidir y actuar conforme con su razón. En 1953 dijo que, “…sin una cultura ‘ética’, no hay salvación para la humanidad.” En 1954 escribió que no pueden excusarse actos criminales, inclusive aquellos ordenados por el gobierno porque la conciencia está por encima de cualquier autoridad o ley. Aristóteles escribió que las acciones, cuando son voluntarias, si se hacen con ignorancia o sin malicia son equivocaciones, cuando se hacen sin saber cuál sería el resultado lo nombró infortunio y cuando se hacen con conocimiento, pero no de un modo deliberado, por ejemplo a causa de la ira o demás pasiones naturales en los hombres que son cualquier afecto que genera placer o dolor y afectan nuestras facultades y generan hábitos y, por tanto, virtudes y vicios, las denominó acciones injustas. Pensaba que quienes realizan equivocaciones o acciones injustas obran injustamente, pero no por ello son injustos o malos porque la causa no es la maldad, pero si lo hacen proponiéndoselo entonces si se trata de personas injustas y malas. También decía que, cuando las acciones, son involuntarias, unas son perdonables y otras no. Cuando se cometen con ignorancia o por ignorancia son perdonables; cuando la ignorancia no es la causa, sino una pasión que no es natural ni humana, no son perdonables. Igualmente, Platón pensaba que los reinos serían felices si los reyes filosofaran y los filósofos reinaran. Pensaba que los gobernantes, crecían equivocados desde niños con ideas perversas y viciadas, por tanto, necesitan ejercitar la filosofía.
Estos pensamientos, nos ayudan a concebir que la paz será la guerra en estado latente mientras no exista un elevado nivel de conciencia dominante en la Humanidad, por el uso de la razón y no por respeto o temor como Berkeley pensaba. Razón fundada, en concebir que todos somos parte del sistema o conjunto de cosas creadas, pues, como seres humanos nacemos unidos a una conciencia individual, unidos a nuestros padres, a la sociedad y unidos también con todas las formas que existen en el universo durante el periodo y espacio que nos toca vivir; una ideología o filosofía común para el bien común. Comprender que el “…ser humano es síntesis de naturaleza y sociedad en indisoluble unidad” y que, como parte de un todo, tenemos como fin “…el sustento y solaz de nosotros mismos y de las demás criaturas.”
Einstein proponía para lograr la paz, categorías como federación internacional de Estados (Kant) y socialismo (Marx) como régimen económico-político, donde la educación socialista serviría como un intelectual orgánico.
Platón, en la República, menciona un Estado ideal compuesto por Reyes filósofos, soldados y población civil. El socialismo es la idea de una sociedad ideal, con base en la propiedad común de bienes y medios de producción, la eliminación de clases sociales y el cambio de un gobierno autocrático o aristocrático por una administración timocrática.
Los franceses Gabriel Bonnot, Pierre Joshep Prodhon, Louis Auguste Blanqui, Éttiene Gabriel Morelly en su libro Código de la naturaleza, Louis Blanc, Claude Henri de Rouvroy conde de Saint Simon, Jean Meslier en su libro Mi testamento, Francois Noel graco Babeuf, Gerrard Winstanley en su libro La ley de la libertad, Francois Marie Charles Fourier, Étienne Cabet en su libro Viaje a Icaria, los ingleses Robert Owen y Tomás Moro con su libro Utopía, Willelm Weitling en Alemania, el suizo Jean Charles Leonard Simonde de Sismondi, el italiano Tommaso Campanella en su libro La ciudad del sol, entre otros, son manifestantes del socialismo.
Tomás Moro, en Utopía, razonaba que Platón no quería legislar aquellas ciudades que no querían poner sus bienes en común para salvar la república como principio de igualdad de bienes, por tanto, pensaba que, mientras exista la propiedad privada y el dinero, no se podrá gobernar con justicia y vivir con prosperidad a menos que la justicia se refiera a que las mejores prebendas vayan a manos de los peores y que la prosperidad de un Estado se refiera a que unos cuantos rapaces, malvados e inútiles acaparen todos los bienes mientras otros honestos, sencillos y que contribuyen más al bien público que a su interés personal, se mueran en la miseria. Para que haya igualdad, debe curarse la sociedad eliminando la propiedad privada y no buscarle remedios que sirvan como aquellos cuerpos enfermos que se sostienen con base de medicinas porque jamás conocerán las personas el bienestar mediante este régimen de comunidad de bienes. Por tanto, la riqueza debe repartirse entre todos para que a nadie le falte nada y eso generaría que no fueran necesarias tantas leyes. Además, no debe pensarse que esto generaría personas perezosas por no poder adquirir las cosas como de su propiedad, sino pensar que, con esto, la existencia sería más grata porque no se necesitaría dinero o prenda alguna para adquirir algo porque habría abundancia de todo para todos y no habría temor a que alguien quisiera acaparar más de lo que necesita para cubrir sus necesidades porque no le faltaría nada y lo que hace deseosos y rapaces a los animales es el miedo a las privaciones y lo que hace al hombre codicioso y avaro es el orgullo de superar a los demás por el lujo de una riqueza superflua, lo cual quedaría nulificado al eliminar la propiedad privada.
Esto lograría hombres unidos más fuertemente por la benevolencia que por tratados, por el corazón que por palabras. Se eliminaría la parcialidad y la avaricia de los tribunales que desintegran toda justicia del Estado. Quienes hablan de República, buscan su interés personal. En Utopía, como no hay intereses particulares, se toma como interés propio el patrimonio público, con lo cual, el provecho es para todos. Las instituciones en Utopía buscan como fin esencial: rescatar el mayor tiempo posible en la medida que las necesidades públicas y la liberación del propio cuerpo lo permiten, a fin de que todos los ciudadanos tengan garantizados su libertad y el cultivo de su espíritu, en lo cual consiste la verdadera felicidad. En otras Repúblicas, los ciudadanos conciben que si uno no se preocupa de sí, se moriría de hambre, aunque el Estado sea floreciente y eso le lleva a pensar y obrar de forma que se interese por sus cosas y descuide las cosas del Estado, es decir, de los otros ciudadanos. En Utopía, como todo es de todos, todos se preocupan de que los graneros del Estado estén llenos para que no le falte nada a nadie, las cosas se distribuyen con equidad, no hay pobres ni mendigos y aunque nadie posee nada, todos son abundantemente ricos. Además, existe una cantidad suficiente de hospitales para poder albergar a todos los enfermos y no haya aglomeraciones ni incomodidades y para permitir que puedan separarse a los que tengan enfermedades contagiosas. Hospitales dotados con el instrumental y medicamentos necesarios y con excelentes médicos. Para Moro, la virtud, es vivir según la naturaleza obedeciendo a la razón y esto nos da la felicidad por los placeres del espíritu y no la causada por las peores pasiones que consideramos placeres y que para muchos son sus razones para vivir y se logra practicándola y con una buena conciencia. Y sino, imaginemos una comunidad donde si el matrimonio se disuelve por adulterio o por los hábitos insoportables de la pareja, se dará permiso al ofendido para volverse a casar y el otro será condenado a vivir en la esclavitud de la infamia y el celibato y donde los crímenes, no se eliminan por medio de leyes penales, sino estimulando la virtud con honores y recompensas. Gramsci decía que el Estado educa y mantiene cierto tipo o nivel de civilización y de ciudadano, desapareciendo costumbres y actitudes y difundiendo otras por medio del derecho, la escuela y otras instituciones y actividades y que esto es un error del Estado porque solamente es un instrumento de racionalización y de taylorización, dedicándose únicamente a presionar, incitar, solicitar y castigar, pero nunca a premiar lo bueno y por eso el derecho es el aspecto represivo y negativo de la actividad positiva que tiene existencia en el Estado.
Karl Marx y Friedrich Engels, en 1848, publicaron el Manifiesto Comunista, calificando todo el socialismo anterior como socialismo utópico. En él, explican que, en ese tiempo, las personas eran instrumentos de trabajo, cuyo coste variaba según la edad y el sexo. El poder político era la violencia organizada de una clase para la opresión de otra. Ese poder se concentraba en la persona del presidente, quien tenía bajo su mando todo el poder armado y en la burguesía. La historia de la lucha entre clases ha sido siempre la historia de las sociedades. Es inevitable la desaparición del régimen capitalista construido totalmente por la burguesía y el triunfo del régimen socialista provocado por el proletariado. En el socialismo, la sociedad entera logrará su emancipación de la explotación, la opresión y la lucha de clases, emancipando al hombre y su conciencia. Se cambiarán los modos de producción, para lo cual, las naciones más desarrolladas, serían las primeras en adoptar algunas medidas propuestas por Marx y Engels como las siguientes:
  • Expropiación de la propiedad y el empleo de la renta de la tierra para los gastos del Estado.
  • Abolición del derecho de herencia.
  • Confiscación de la propiedad de todos los emigrados y sediciosos.
  • Centralización del crédito en manos del Estado por medio de un Banco nacional con capital del Estado y régimen de monopolio.
  • Centralización en manos del Estado de todos los medios de transporte.
  • Multiplicación de las empresas fabriles pertenecientes al Estado y de los instrumentos de producción.
  • Roturación de los terrenos incultos y mejoramiento de las tierras, según un plan general.
  • Obligación de trabajar para todos.
  • Combinación entre la agricultura y la industria para desaparecer la diferencia entre la ciudad y el campo y eliminar la aglomeración poblacional de la ciudad.
  • Educación pública y gratuita para todos los niños.
  • Abolición del trabajo infantil.
  • Régimen de educación combinado con la producción material.
Con todo esto, surgiría una asociación en que el libre desarrollo de cada uno será la condición del libre desarrollo de todos. Lo que produzca la sociedad será organizado para distribuirlo entre todos los miembros para cubrir las necesidades, eliminando la división de la sociedad en clases sociales. Gramsci pensaba también que “…una ideología, nacida en un país más desarrollado, se difunde a países menos desarrollados.”
Posteriormente se nombró su idea como socialismo científico o marxismo y se denominó materialismo histórico a la explicación que la realidad histórica política e intelectual, los cambios sociales, la estructura social y las ideologías de una época, son determinadas por el modo de producción económica y de cambio y materialismo dialéctico a sus pensamientos que el mundo está en constante cambio y, por tanto, la situación actual puede sustituirse por otra mejor. Lenin, Trotsky y Gramsci, entre otros, continuaron como exponentes del socialismo científico. Lenin y Trotsky deseaban el socialismo no solamente para Rusia, sino para toda la Humanidad.
De acuerdo con Marx, requerimos adoptar el socialismo en lugar del capitalismo, cuya finalidad no es la satisfacción de las necesidades del pueblo, sino la valorización del capital, es decir, la apropiación de plustrabajo, la producción de plusvalía, la producción de ganancia. Además, en el capitalismo, el Estado tiene un interés económico superior a los derechos políticos. No se producen suficientes medios de subsistencia para satisfacer a la población, ni demasiados medios de producción para la población capaz de trabajar, solamente, los suficientes para seguir con la explotación de los obreros. Los tres hechos fundamentales de la producción capitalista son la concentración de los medios de producción en pocas manos, (no como propiedad de los trabajadores siendo éstos solamente potencias sociales de producción) la mala organización y división del trabajo y el mercado mundial. El socialismo debe ser internacional, pero a favor de las necesidades y los derechos de las personas y no del capital.
Rousseau había pensado que, “…la solución del contrato social está en encontrar una forma de asociación que defienda y proteja de toda fuerza común a la persona y a los bienes de cada asociado.” Al contrario, en el socialismo, el proletariado (que tiene una vida peor que la de un esclavo, porque debe venderse todos los días por hora, pero no tiene su subsistencia asegurada) debe abolir la hegemonía del poder de la burocracia, como primer paso deberá tomar el poder del Estado y, posteriormente, deberá eliminar el aparato de Estado y su forma privilegiada de organización: la democracia burguesay la propiedad burguesa (dándole más importancia a los individuos que a los bienes). Claro que el pueblo jamás ha estado en posesión del poder, sino sujeto a lo opresión de las otras clases y, por tanto, carece de confianza política en sí mismo, que es la condición necesaria para la victoria. Para Marx, solamente cuando los trabajadores se vieran como iguales, libres y fraternales con sus conciudadanos, como clase dominante, se podría cambiar la apolítica sociedad civil.
Trotsky aclaró que la teoría de Marx no implica, de ningún modo, que los acontecimientos creen condiciones ventajosas para el proletariado y que, si los marxistas no son partidarios del formalismo democrático, es porque en una sociedad dividida en clases, las instituciones democráticas no anulan la lucha de una clase contra otra, además las clases pudientes tienen siempre a su disposición millares de medios para alterar y adulterar la voluntad de las clases laboriosas Por tanto, sólo los trabajadores pueden lograr un nuevo orden de las cosas, porque las clases acomodadas, incluso aquellas que están privadas del poder, no abandonarán las posiciones de vida que tienen, sino es mediante la lucha del proletariado. La propiedad privada de las tierras y de los medios de producción, es una cuestión que interesa y sirve solamente a las clases explotadoras. Engels, en el prefacio de la edición inglesa de 1888, escribió que “…la emancipación de la clase obrera debe ser obra de la clase obrera misma”.
Conforme sea abolida la explotación de un individuo por otro, será abolida la explotación de una Nación por otra. Al no haber pleitos entre clases en una Nación, desaparecerá la hostilidad de las naciones entre sí. Después de todo, las naciones han sido creadas por intereses de la burguesía y todos los males son causados por el régimen social actual. 
Engels, en 1847, escribió los principios del comunismo:
La administración de la industria y de la producción en general, no serán de individuos particulares en competencia, sino, de toda la sociedad en beneficio de toda la sociedad, con arreglo a un plan general y con la participación de todos los ciudadanos.
  • En lugar de competencia habrá asociación.
  • En lugar de la propiedad privada existirá la comunidad de bienes.
  • Cierre de todos los bancos privados.
  • Destrucción de todas las casas y barrios insalubres o mal construidos.
  • Igualdad de derecho de herencia para los hijos legítimos y los naturales.
Cuando todo se encuentre en manos de la Nación, la propiedad privada dejará de existir y el dinero se hará superfluo, la producción aumentará y los hombres cambiarán tanto que se podrán suprimir también las últimas formas de relaciones de la vieja sociedad. Como cada Nación depende de lo que ocurre en otra, el cambio no será nacional, sino que se producirá simultáneamente en todos los países.
Nadie, de manera natural, puede enajenar su libertad y menos la de sus hijos. Renunciar a nuestra libertad es renunciar a nuestra condición de hombre y despojarnos de nuestra moralidad. Por tanto, es un deber el desear ser libres a través de una nueva forma de vivir, donde toda la Humanidad nos preocupemos por subsistir de manera integral e igualitaria, donde todos tengamos las mismas posibilidades de desarrollo interior y exterior.
En 1949, Einstein escribió que la anarquía económica de la sociedad capitalista es la fuente de todo mal. Manifestó que los Estados fueron creados mediante conquistas, los vencedores se hicieron dueños de la educación y dividieron la sociedad en clases sociales. Mediante el egoísmo, los impulsos sociales deteriorados, la inseguridad, el individualismo y la falta de goce de la sociedad, se ha arraigado la conducta social de indiferencia y hostilidad. Dijo que el socialismo puede ayudar a avanzar de la fase depredadora del desarrollo humano hacia un fin ético social. Manifestó que la sociedad es un abstracto que significa la suma de relaciones, pensamientos, luchas, herramientas, lenguaje, ideologías, trabajo y progreso de nuestros contemporáneos y de los integrantes de las generaciones anteriores. En el capitalismo, quienes producen, por ley, no gozan de lo que trabajaron porque los medios de producción, son propiedad privada que no es compartida con los trabajadores por los pocos propietarios, quienes compran su fuerza de trabajo y los hacen producir nuevos bienes que se convierten en propiedad del propietario; relación injusta porque su salario no está determinado por el valor real de los bienes que produjo, sino por uno que muchas veces no cubre sus necesidades mínimas. Además, la poca demanda de fuerza de trabajo en relación con el amplio número de trabajadores compitiendo por trabajar debido al desarrollo tecnológico y el aumento de la división del trabajo, origina una oligarquía del capital privado cuyo poder no se puede controlar incluso en una sociedad organizada políticamente de forma democrática. En ésta forma de gobierno, los miembros de los cuerpos legislativos, representantes y encargados de proteger los intereses del pueblo, son seleccionados por los partidos políticos y financiados por capitalistas privados y, por tanto, no defienden a los grupos no privilegiados de la población, sino que protegen los intereses y ambiciones de los mismos capitalistas, controlando directa o indirectamente los medios masivos de información y comunicación y la educación que se imparte en las escuelas, haciendo imposible que el ciudadano piense, reflexione y use sus derechos. En México, por ejemplo, la Reforma Educativa se inició por propuesta de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Einstein escribió que la producción está orientada hacia el beneficio, no hacia el uso y no está garantizado que todos los que tienen capacidad y quieran trabajar puedan encontrar empleo, existiendo muchos desempleados y quienes trabajan, viven con el miedo constante de perder su empleo, generando una competencia ilimitada, un desperdicio de trabajo y la eliminación de la conciencia social, lo cual Einstein consideraba como el peor mal del capitalismo. Mencionó que hay ciertas condiciones que no pueden transformarse, sino mediante una división de trabajo eficaz, un aparato productivo centralizado para que exista autoabastecimiento mediante el establecimiento de una economía socialista. Es necesario cambiar el sistema educativo para que, en lugar de inculcar al estudiante una actitud competitiva y de adoración del éxito codicioso como preparación para su carrera futura, se realice un sistema educativo orientado hacia metas sociales que promueva las capacidades naturales del estudiante y procure desarrollar en él un sentido de responsabilidad para sus compañeros hombres en lugar de la glorificación del poder que se da en nuestra sociedad actual. Einstein escribió que una economía planificada no es todavía socialismo y requiere solucionar algunos problemas sociopolíticos extremadamente difíciles los cuales no mencionó y terminó su artículo con la siguiente reflexión: ¿cómo es posible evitar que la burocracia llegue a ser todopoderosa, protegiendo los derechos del individuo y asegurando un contrapeso democrático? 
Actualmente, algunas organizaciones sindicales, mediante luchas políticas, logran una mejora mínima a través de sus contratos colectivos de trabajo, pero, para quienes no tienen la oportunidad de pertenecer a estos sindicatos, el trabajo es aún más complicado porque no cuentan con las mismas prestaciones y estabilidad laboral, además, algunas de estas organizaciones sindicales, son muy radicales y no permiten la libre competencia de trabajo, haciendo imposible que alguien con deseos de trabajar se dedique a alguna actividad económica. Inclusive Hitler que estaba en contra del marxismo, pensaba que si la acción sindicalista tiende y logra el mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores, obra nacionalistamente, en favor de la patria y que mientras existan patrones con escasa comprensión social o sentimientos de justicia y equidad, no solamente es un derecho, sino un deber el que los trabajadores, velen por los intereses del conjunto frente a la codicia o el capricho de uno solo ya que la finalidad suprema de la razón de ser de los hombres no reside en el mantenimiento de un Estado o de un gobierno sino en la conservación de la especie humana y si esta se encuentra en peligro de ser oprimida o eliminada, la cuestión de la legalidad pasa a plano secundario porque el derecho humano debe primar sobre el derecho político.”
Conclusión

La pérdida total o parcial y gradual de la libertad y la igualdad es provocada por la falta de fraternidad entre los seres humanos en la sociedad lo que comprueba la tremenda falta de inteligencia y sabiduría. Esto origina que no exista amor, justicia, felicidad, tolerancia, seguridad, entre otras cosas necesarias para que podamos vivir armónicamente, en paz. La simple instauración del socialismo sin estos tres principios básicos, no logrará una organización de la vida en sociedad de manera exitosa. La educación y no la simple instrucción, puede lograr abrir el camino para que la Humanidad adquiera y adopte, a largo plazo, estos principios de manera interna y externa, logrando que las generaciones futuras, crezcan y se desarrollen en una sociedad mejor y, así mismo, ayudarán a desarrollar la conciencia individual y social del ser humano próximo. El socialismo y la educación socialista pueden generar un cambio ético y político, por tanto, es necesario cambiar los esquemas mentales de los jóvenes sin importar el modo de construcción y transmisión del conocimiento, mientras se practique la ética y la moral y se enseñe a pensar y reflexionar y no solamente se enseñe para la práctica laboral porque no es suficiente la libertad exterior que puede lograrse a través del socialismo, hace falta también la libertad interior del individuo para que actúe.
Necesitamos la felicidad y la libertad con responsabilidad para todos los individuos mediante la justicia, por tanto, con igualdad, por medio de lazos de fraternidad, entendida como los lazos de amistad, concordia y benevolencia entre todos cuantos puedan conocerse y aún, entre desconocidos, todo esto de manera internacional.
El Socialismo no se refiere únicamente a la voluntad; requiere la moción y el entendimiento de la conciencia social mediante la constitución histórica, fundada en las virtudes de la moral y la ética. Después de todo, la felicidad no es un premio que se otorga a la virtud, sino la virtud misma y no gozamos de ella porque reprimamos nuestras concupiscencias, al contrario, podemos reprimir nuestras concupiscencias porque gozamos de ella. Vivir conforme con la virtud no requiere del placer como añadidura, el placer está por sí mismo.
Por su forma de pensar, podemos deducir que Einstein tuvo filiación kantiana y marxista con características del socialismo crítico-utópico descrito por Marx y Engels. Dialécticamente, podemos referir que Einstein construyó sus esquemas mentales conforme con varios referentes de los científicos y filósofos que le antecedieron.
La idea de Einstein se asemeja más al bloque histórico ético político, homogéneo, sin contradicciones internas, propuesto por Gramsci donde el hombre, a través de la aplicación efectiva del abstracto querer (razón), acciona su voluntad para el bienestar común. El hombre, concebido como bloque histórico de elementos individuales y subjetivos y elementos materiales con los cuales se halla en relación activa, puede transformar el mundo externo con su mejoramiento ético, porque la síntesis de los elementos constitutivos de su individualidad se desarrollan con una actividad frente a sus relaciones externas, desde aquellas con la naturaleza hasta aquellas con los otros hombres en varios grados, en los distintos círculos sociales en que se vive, hasta la relación máxima que abraza a todo el género humano.


Fuente: http://vinculando.org/sociedadcivil/albert-einstein-y-su-concepto-de-socialismo.html
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