La
educación en el mercado
Todo
contribuye para formar el “compost-transgénico” con que la reforma en educación
se hace omnipresente, borra los procesos de historicidad de la escuela,
reconfigura a docentes y directivos, formatea a los estudiantes y pone la
incertidumbre como valor, en el marco del enunciado sobre “… el mundo
cambiante…” y desde una mirada sólo tecnocrática que propone la llamada
sociedad del conocimiento, es decir, la designación de la economía del capital
humano.
Y
ese es uno de los objetivos principales de la reforma corporativa de la
educación, la generación de egresados de la escuela media formados en las
competencias que el mercado necesita de manera que la escuela debe (de) formar
para la empleabilidad.
Para
esto, el discurso de la reforma ha apelado a nociones como “aprender durante
toda la vida”; “aprender a aprender”; “calidad educativa”, “inclusión”, etc. lo
que por operaciones de repetición da para convencer a la sociedad que la
reforma es progresiva y que es necesario el “reformismo permanente”.
Mientras
eso ocurre también aparecen los conceptos de “competitividad” y
“productividad”, es decir, conceptos meramente económicos como parte del corpus
lingüístico reformista, que es “vendido” declarativamente como la nueva
educación, o la educación del futuro.
La
pregunta es: ¿Formará en el pensamiento crítico y para la emancipación?
¡No,
la respuesta es no!
¿Y
si no forma en el pensamiento crítico, ni para la emancipación, cuál es su
finalidad?
Formar
sujetos adaptables, flexibles, competitivos y productivos, preocupados por no
“fracasar” y que apuesten al “éxito” de sus emprendimientos. Porque esa es la
nueva dialéctica esquizoide pendular en el movimiento entre el “éxito” y el
“fracaso”.
Seguramente
gran parte de la población está de acuerdo con que así sea, porque el
neoliberalismo ya los ha convencido de que “el mundo es el mercado” y el
capitalismo, la única posibilidad de existencia, aun cuando incluya la muerte
de la subjetividad.
Por
una parte, la devastación de la naturaleza, reconvertida en recurso y por otra
la disolución del sujeto, reconfigurado, también en recurso.
La
apropiación del conocimiento por la explotación del recurso humano para
estimular el valor agregado de los recursos naturales, todo para la
optimización de ganancias del mundo corporativo.
El
problema es porqué seguimos naturalizando y aceptando una reforma que pone al
conocimiento en general y a la educación en particular al servicio de las
decisiones de los empresarios megamillonarios y a sus “pedagogos”, empleados
para seguir generando los discursos sobre la “crisis” de la escuela y la falta
de “capacitación” de los docentes.
Hace
30 años que dicen que la escuela está en crisis, los que hace 30 años operan
para el continuismo reformista, ahora casi todos ellos “empleados” del
Observatorio Argentinos por la Educación, la fundación de los empresarios que
posee toda la información que debería tener el Estado para la construcción de
políticas, pero terceriza esa información para que las políticas públicas se
piensen en instituciones privadas.
El
mercado de la educación
Como
ya he dicho en otros trabajos, el mercado de la educación está valuado en
trillones de dólares, la prueba es que algunos de los empresarios dedicados a
los “servicios educativos” son billonarios en dólares; como el caso de Sunny
Varkey, que con su fundación brinda capacitación a los directivos de escuelas
de varios países y en otras tantas provincias argentinas por 150 mil dólares
mensuales durante cuatro años.
Además
impulsa la Global Teacher Status Index (Índice Global de Comparación de
Maestros) y firme promotor de las evaluaciones estandarizadas. También entrega
el Global Teacher Prize, un premio de un millón de dólares al “mejor” docente
del año; algunos lo llaman el “nobel de educación”.
Dentro
de estas políticas, fomenta el individualismo y la “carrera al éxito” que
proponen las pedagogías instrumentales del mercado, además de formatear con las
capacitaciones estandarizadas a los directivos de las escuelas a través convenios
multimillonarios que firma la fundación con la agencia de negocios llamado
Ministerio de Educación, que no tiene escuelas, ni paga docentes, ni convoca a
paritarias, pero sí les paga a fundaciones privadas, mientras a los docentes
los tiene con salarios debajo de la línea de la pobreza.
Estas
estrategias de comparación de docentes o de alumnos por medio de las
evaluaciones estandarizadas u opiniones de las poblaciones sobre sus maestros
son herramientas que nacen en el mundo empresarial y se desplazan a la
educación para el establecimiento de las políticas. Lo que vale para el
mercado, vale para la educación, porque en esta concepción es un gran y jugoso
mercado que fabrica los recursos humanos de acuerdo con las necesidades
empresariales.
“Se
asume que la empleabilidad garantiza la competitividad de las
empresas, además del crecimiento y la competitividad del Estado o de sus
alianzas. Los sistemas escolares se transforman, entonces (¡y se trata de una
tendencia mundial!) en fábricas de alumnos de alto rendimiento, piloteadas por
comparaciones internacionales, “benchmarks” y evaluaciones estandarizadas…”1
De
acuerdo con la European Foundation For Quality Management (Fundación Europea
para la Gestión de Calidad) y su “modelo de excelencia”, Benchmark es la
herramienta de “comparación sistémica de enfoques con otras organizaciones
relevantes para obtener información valiosa que ayude a la organización a
adoptar acciones para mejorar su rendimiento”.
“El
modelo de excelencia EFQM para los centros educativos se basa en la siguiente
premisa: los resultados de excelencia, en lo referente a los
estudiantes, docentes, empleados y otras partes interesadas, se
obtienen a través del liderazgo en la conducción de la política y la estrategia que
se imprime por medio de las personas, de las alianzas estratégicas, de la
asignación de recursos y de los procesos”.2
Pero
no solo de software vive el mercado educativo, también entra en la currícula y
genera fragmentación.
La
multinacional IBM impulsa el programa P-TECH, que de acuerdo con la información,
ya funciona en 120 países y dice la nota: “La iniciativa, según describen,
no busca un cambio de currícula, sino una adaptación que siga los
requerimientos de la industria…”3
Parece
que queda claro que seguir los requerimientos de la industria son cambios en la
currícula aunque “describan” que no.
Este
programa que además promete pasantías (remuneradas opcionales) para los alumnos
a partir de los 16 años, además “de las 200 horas de prácticas
profesionalizantes que son obligatorias en el sexto año de educación técnica”.
¿Entonces
las pasantías son opcionales?
Como
sea, el modelo internacional P-TECH se va a implementar en la Escuela Técnica 2
de Munro en la provincia de Buenos Aires.
Claro
ejemplo de cómo la educación pública se desplaza a los requerimientos de las
grandes corporaciones.
Veamos
un poco más, IBM se unió con la Cámara Argencon; Chicas en
Tecnología y la Fundación Conocimiento Abierto.
¿Qué
tiene en común además de ser socias de IBM?
La Cámara Argencon4 es el producto de una reunión
entre la propia IBM, el JP Morgan, Exxon y algunas otras corporaciones; JP
Morgan es, además, socio fundador de Chicas en Tecnología5 que tiene también cómo sponsor
de platino a “Despegar”, la empresa de Roberto Souviron que es también el
titular de la fundación Observatorio Argentinos por la Educación.
Mientras que la Fundación Conocimiento Abierto6 está en alianza con la
Organización de Estados Americanos (OEA) y con otras fundaciones corporativas,
entre ellas la tristemente célebre NED, Fundación Nacional para la Democracia,
financiada por el Congreso de los Estado Unidos. La NED tuvo participaciones en
desestabilizaciones políticas en varios países en los que operó, entre ellos
Venezuela y Cuba7.
Lo
que parece ser tan simple como un programa tecnológico, no lo es tanto cuando
investigamos todo lo que subyace al interior de la reforma. El modelo educativo
internacional que “desembarca” en una escuela pública, como dice la nota del
portal, es en realidad una muestra del desembarco conquistador en la era de la
economía del conocimiento.
Pero
los caminos de sujeción colonial son muchos, también en estos días aparecía la
noticia sobre la Licenciatura en Ciencias de la Educación en el Departamento de
Santa Rosa en la provincia de Mendoza, pero no se realiza el convenio con
ninguna universidad Pública sino que el municipio lo realiza con la UCA8.
Así
que mientras unos “desembarcan” con los espejitos de colores tecnológicos,
otros lo hacen de la mano de la iglesia católica para formar licenciados en
educación, nada menos.
Las
instituciones públicas de los estados, tanto el nacional, como los provinciales
se disuelven para permitir, con la bandera reformista en mano, la sustitución
que se inscribe en los procesos de exoprivatización y endoprivatización de los
sistemas públicos de educación.
Eso
sí, también durante esos días, han puesto a funcionar a sus guardias pretorianas,
policías y gendarmería, en este caso el gobernador Juan Manuel Urtubey,
devenido en candidato a vicepresidente del Frente Consenso Federal 2030, para
reprimir las protestas de los Docentes Autoconvocados de Salta por reclamar la
actualización de los salarios pulverizados por la inflación, las tarifas
energéticas y los precios de los alimentos y medicamentos.
¿La
educación en las elecciones o las elecciones en educación?
Para
finalizar esta breve descripción de lo que sucede en educación, del avance de
la reforma privatizadora del sistema y del pensamiento de las políticas
públicas, es necesario en épocas de elecciones que los candidatos nos digan qué
van a hacer con la educación. Del oficialismo ya lo sabemos, va a acelerar el
rumbo privatizador de la desposesión educativa.
En
una reforma que lleva 30 años de aplicación y profundizando la crisis que los
mismos reformadores crearon para transformarla en un suculento negocio por una
parte, y en un proceso de desubjetivación creciente por la otra; en una eficaz
herramienta de colonialidad.
No
sé ven propuestas de fondo que diferencien a los partidos del establishment. De
la oposición tradicional no surge la idea de renacionalizar el sistema por una
falsa idea de federalización que sirve para que el estado desfinancie a las
provincias que no se puedan hacer cargo de sostener el sistema. No surge de la
oposición tradicional ninguna crítica al avance de fundaciones y ong
corporativas que destruyen la soberanía educativa en todas sus dimensiones,
incluso la económica porque los dineros públicos que salen para pagar los
convenios con esas organizaciones privadas no están en la educación pública.
Desde
una posición crítica, aquellos que luchamos por la educación pública, gratuita
y científica, es necesario contribuir a visibilizar estas políticas de entrega,
que no son nuevas. Mostrar el proceso que funciona dentro de la misma lógica
con la que se mueve el extractivismo y el agronegocio, procesos de desposesión
y degradación crecientes.
Algo
queda claro, nada tienen que hacer los empresarios en el sistema educativo, no
necesitamos que nos piensen, no necesitamos funcionarios corporativos que estén
en el Estado y en su empresa diciendo lo que es mejor para la educación,
mientras le “venden” al estado sus “servicios educativos”; ni lacayos técnicos
que durante 30 años intervinieron en la esquizofrénica reforma, pero lavan sus
culpas diciendo que la crisis es responsabilidad de los docentes y se
resguardan en el Observatorio Argentinos (CEOS) por la Educación o promocionando
plataformas digitales en la Feria del Libro.
Habrá
que concientizarnos como las asambleas ambientalistas: “¡No a la megaminería
contaminante!”; “¡No a los agrotóxicos!”
¡Basta
de reforma! ¡No a los empresarios en educación!
Por:
Darío Balvidares
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