miércoles, 27 de enero de 2021

La CRITICIDAD en Paulo Freire


¿Qué significa "citicidad" en la obra de P Freire?

Para Freire la criticidad es la capacidad del educando y del educador de reflexionar críticamente la realidad en la que se encuentran insertos, posibilitando la constatación, el conocimiento y la intervención, para transformarla. Esa capacidad exige un rigor metodológico, que combine el “saber de la pura experiencia” con el “conocimiento organizado”, pero sistematizado. Su principal objetivo es hacer que las personas y las clases oprimidas, que aceptan ese desafío, puedan pensar cierto y se constituyan como sujetos históricos y sociales que piensan, critican, opinan, tienen sueños, se comunican y dan sugerencias (FREIRE).


En Pedagogia do oprimido (1987), Paulo Freire concibe pensar cierto   como la condición primera para superar la curiosidad ingenua y construir un conocimiento crítico como base de la praxis transformadora. En ese sentido, acción y reflexión son dos polos del movimiento dialéctico del pensar cierto   que, juntas, dan oportunidad al diálogo y al debate sobre el mundo. Por lo tanto,  pensar cierto   es el pensar crítico que debe dar fundamento a una pedagogía de la liberación, que, al problematizar las condiciones de la existencia humana en el mundo, desafía para la lucha y la búsqueda de superación de las condiciones de vida deshumanizante. Según Freire, esa lucha sólo puede partir de los oprimidos y necesita ser reforzada con los auténticos humanistas que, al solidarizarse con ellos, luchan juntos por un mundo más justo.
El educador necesario para este proyecto debe poseer una posición de sujeto, y no de  simple objeto de su historia. Y defender de forma coherente, un proceso de liberación que favorezca la vocación ontológica del ser humano de ser más, como una forma ética de comportarse y dar testimonio: “a quien sea (…) que los hechos sociales, económicos, históricos no se dan de tal o cual manera porque así deberían darse. Además, no están inmunes a nuestra acción sobre ellos” (FREIRE, 2000, p. 60). El educador también debe reflexionar y perfeccionar permanentemente la práctica educativa mediante un diálogo intenso y abierto con los educandos y un análisis crítico de la propia realidad, a favor de la autonomía de los educandos y del propio educador.

En ese proceso de reflexión crítica de la curiosidad ingenua, para que se convierta en curiosidad epistemológica, de acuerdo con lo que Freire desarrolla también en el libro Pedagogia da autonomía (1977), el educador debe crear condiciones para la construcción del conocimiento por los educandos, a partir de la definición conjunta de los contenidos a ser trabajados y del establecimiento de un diálogo crítico-problematizador, buscando formar “personas críticas, de raciocinio rápido, con sentido de riesgo, curiosas, indagadoras” (FREIRE, 2000, p. 100). Esos educandos deben ser capaces de realizar una lectura del mundo que les permita comprender y denunciar la realidad opresora y anunciar su superación, efectivizado por la acción política.

Según Zitoski (2006), en el libro Pedagogia do oprimido (1987), Paulo Freire desarrolla los dos  momentos de la llamada “revolución cultural” que construye ese “nuevo mundo”, que en último análisis surge del ejercicio de la crítica reflexiva de las personas y de las clases oprimidas. En un primer momento, los oprimidos son desafiados al “parto doloroso” de retirar al “opresor de sí”, a través de un proceso de concientización  como un acto de conocimiento de una educación como práctica de la libertad. La concientización  se da “en la relación sujeto-objeto (…). El sujeto se convierte en un ser capaz de entender en términos críticos, la unidad dialéctica entre él y el objeto”. O sea, “no hay concientización fuera de la unidad teoría-práctica, reflexión-acción” (FREIRE, 1981, p. 139). En un segundo momento Paulo Freire defiende una nueva pedagogía de la lucha política, que se opone a la teoría de la acción anti dialógica de los dominadores, dirigida a conquistar a los oprimidos, dividirlos para mantener la opresión, manipularlos e invadirlos culturalmente. Al contrario, Freire defiende una nueva pedagogía de la lucha política, que se opone a la teoría de la acción anti dialógica para superar la opresión y la dominación social, fundada en la colaboración, unión, organización y síntesis cultural.

De esa forma, la acción transformadora de la realidad, como un ejercicio de criticidad en dirección a la praxis política, se conforma a partir de prácticas educativas que despiertan la curiosidad epistemológica de los educandos y contribuyen a la construcción de un nuevo proyecto, de un nuevo sueño de sociedad y mundo a favor de las personas y de las clases oprimidas.



Autor
Carlos Eduardo Moreira


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