En enero 22 de 2020, visitó la ciudad de Monterrey el Dr. Luis Bonilla-Molina, autor del libro el Apagón Pedagógico Global (2018). El libro señala la inminente intención de organismos internacionales de pasar a escala global a una educación virtual. El covid, un hecho circunstancial, hizo posible el inicio masivo de la educación en línea. En esa visita, del doctor Bonilla, advertía a un grupo de personas que iniciábamos un curso sobre Pedagogía Crítica y Educaciones Populares, del propósito de organismos internacionales de transitar hacia la educación desde casa. Y de la apremiante necesidad de aprender a usar el celular como arma de la educación. Bonilla-Molina, preguntó: “¿manejan redes sociales: Instagram, twitter, facebook, saben hacer un video en el celular para la clase de mañana, saben usar aplicaciones de diseño, saben usar classroom?”.
Bonilla,
explica en su libro que esta tendencia contra la pedagogía se expresa en: la
fragmentación de la pedagogía, el impulso de modas temporales de algunos de sus
componentes (didáctica, planeación, gerencialismo, evaluación, currículo,
sistemas de evaluación escolar) que terminan generando una despedagogización de
la educación; en la desvaloración institucional y social de la profesión
docente que conlleva a impulsar la idea de que cualquiera, con un título, puede
ejercer la docencia, rompiendo la noción de profesionalidad, incluso
cuestionando la existencia de normales y universidades que forman docentes; un
creciente discurso de desvaloración de la escuela, del plantel educativo, con
alternativas que golpean la noción de educación pública, como lo son la
virtualización, la educación en casa o el concepto de espacios de
aprendizaje como sustitutos permanentes del plantel y aula.
Bonilla
plantea que la evaluación del aprendizaje se realiza en dos áreas cognitivas:
pensamiento lógico matemático, lectura y escritura, informativa, (conocimiento
sobre ciencias) y una instrucción mental (uso de tecnologías), creando la noción
de que el resto de los aprendizajes son de segundo orden, es decir, todas
aquellos que apuntan al desarrollo integral del ser, individual y social, y a
la construcción de ciudadanía. La estandarización de los criterios y valores de
estas cuatro áreas de aprendizaje se presentan como equivalentes a la calidad
educativa.
En 2015,
prestigiados pedagogos del mundo (256 en total) como Torres Santomé, Francesco
Tonucci, Ángel Díaz-Barriga, Gimeno Sacristán, entre otros firmaron una carta
el 9 de julio de 2015, dirigida a la Dra. Irina Bokova, en ese tiempo Directora
General de UNESCO. En la misiva entregada directamente por Bonilla-Molina, se
mostraba la inconformidad por la presencia y voz dominante de organismos
económicos mundiales en el Foro Mundial de Educación en Incheón Korea. Y donde
se solicitaba que la UNESCO retomara su papel orientador en la educación a
partir de organismos que les son propios, y que otros como el Banco Mundial, la
OCDE, el FMI y el BID, no determinaran el rumbo de los sistemas educativos, lo
cual significaba para Bonilla-Molina, un pase acelerado a un modelo de
enseñanza virtual y una descalificación de un modelo de educación en la
escuela, al pasar rápidamente a un modelo de educación en casa.
En la carta dirigida a Irina
Bokova se expresaba los siguientes:
“Vemos con enorme preocupación
que políticas destinadas a impulsar una globalización económica neoliberal y
políticas de mercado de homogeneización cultural se coloquen como piedras
angulares de la actividad educativa.
“Visualizamos una peligrosa
tendencia a que se genere un Apagón Pedagógico Global (APG) como resultado de
la fragmentación de la pedagogía como totalidad interpretativa del hecho
educativo.
“Ofensiva que se expresa en
tendencias como: la evaluación docente punitiva, la simplificación mercantil de
una modalidad de calidad educativa medible cuantitativamente con pruebas
estandarizadas elaboradas o motivadas por instancias económicas globales; así
como políticas de salarios y condiciones de trabajo inapropiadas en muchos
lugares del planeta. Todo ello evidencia la precaria valoración del rol
magisterial como constructor de sociedades democráticas, pacíficas,
equitativas, solidarias y comprometidas con la salvaguarda de la vida en el
planeta.”
Aquí en
Monterrey, con el modelo educativo de las competencias vino la moda de los
sistemas de calidad administrativos, las series ISO, procesos de gestión de la
calidad, instrumentos para sostener la confianza de los clientes en el mercado,
pusieron momentáneamente a los administradores como sujetos claves de la
educación. En estos modelos la escuela se veía como un proceso administrativo y
el espacio como un lugar óptimo donde el alumno se convertía, así nombrado, en
un cliente. Muchos planteles se dedicaron a construir amplios espacios,
invirtieron en edificios, en remodelaciones, en su mantenimiento. Estos modelos
resultaron también un distractor, una cortina que no permitió ver con
perspectiva el rumbo que tomaría la educación; mientras empresas como Pearson
Educación, google for education, tomaban la delantera creando
plataformas y estrategias para la educación en línea.
El 5 de
julio de 2019, medio año antes de la pandemia, future of the classroom
(Google) presenta una investigación de cómo será la educación en los
próximos años. 1) Responsabilidad digital, el maestro deberá apoyar y guiar el
uso del celular. 2) Pensamiento computacional, el famoso modelo STEM,
reduccionista de las habilidades necesarias para el mercado laboral como las
ciencias, tecnología, ingeniería, y matemáticas. 3) Aulas colaborativas, ya no
estáticas. 4) Pedagogía innovadora, entendiendo por ello el uso de tecnologías.
5) El desarrollo de habilidades socioemocionales para adaptarse al mercado
laboral. 6) Aprendizaje dirigido por los estudiantes. 7) Tutores y escuelas,
donde ya se visualiza a los padres como tutores del aprendizaje. 8) Tecnologías
emergentes en la educación.
La escuela,
sobre todo antes de la pandemia, metafóricamente hablando, en términos de
Bonilla, era como una máquina newtoniana, compuesta por piezas pedagógicas
(currículum, evaluación, didáctica) a las cuales se les modificaba algo para
actualizarlas y que siguiera respondiendo a las “necesidades sociales”. Sin
embargo, ante los adelantos tecnológicos que vivimos, esa máquina que era la
escuela, no responde a esos adelantos. Y tampoco responde a esa demanda casi
ninguna escuela o universidad en el mundo. La nueva maquinaria, la escuela,
requiere un Reseteo a escala Global (Schwab, 2020) desde el neoliberalismo, en
el que se prevé el cierre de universidades y, por supuesto, el despido de
docentes.
El
tránsito de cómo debe ser la escuela, acorde a las innovaciones después y
durante lo que dure el confinamiento, está provocando en este momento fuertes
tensiones entre sindicatos, profesores, alumnos e instituciones en toda
Latinoamérica. Tampoco resulta aceptable una educación a través de las
televisoras comerciales, como una forma de reconocer el derecho de las niñas y
niños, adolescentes y jóvenes a la educación, pero sin respetar, por parte de
las autoridades, los derechos laborales de los docentes.
Educadores
y educandos son un binomio (presencial) insustituible de la educación, los niños
y niñas tienen el derecho a la educación y a partir de ello el Estado preparó a
especialistas en educación. La educación por televisión infringe el derecho
humano a la educación conquistado históricamente, pues tiende a disminuir y
diluir al docente y a considerar la educación como una simple transmisión de
conocimientos que puede realizarse en gran medida a través de máquinas.
Este
rechazo a la despedagogización, plantea desde la Pedagogía crítica:
1. La
defensa de la educación pública y gratuita, es decir, la desprivatización de la
educación impulsada por el modelo neoliberal;
2. La
democracia y la participación en los centros educativos de profesores y
estudiantes, padres y madres, en todos los aspectos;
3.
Mejorar sustancialmente las condiciones de trabajo de las y los docentes, y
sobre todo respeto a los derechos laborales;
4.
Organización, concienciación social y lucha.
por Guadalupe Mauricio Hernández
Guadalupe Mauricio Hernández. Doctora en Filosofía con Orientación en
Arquitectura y Asuntos Urbanos, es docente en la Escuela Industrial y
Preparatoria Técnica Pablo Livas de la UANL. guadalupemazapil@gmail.com
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