Por
Miguel Andrés Brenner
Facultad de Filosofía y Letras – UBA
Noviembre 2021
Importa una gestión de crisis en
el sistema educativo.
Importan poblaciones preparadas,
escuelas seguras.
Importa desarrollar políticas
intersectoriales
para impulsar el autocuidado y la
prevención de riesgos,
formando una cultura preventiva
mediante el desarrollo de
hábitos de protección, así como de
establecimientos educativos
y de alumnos para que estén mejor
preparados
ante la ocurrencia de una
catástrofe.[1]
RESUMEN
Planteamos
el interrogante inicial sobre el cuidado en zonas de vulnerabilidad, cuyas certezas
e incertezas, considerando la perspectiva del conocimiento, que establecen las
condiciones de posibilidad de una grieta epistemológica, bajo la problemática
de la institución de un pretendido paradigma empírico neuroético desde el que
nos formulamos la pregunta por la escuela. Así, proponemos la lucha por una
alfabetización crítico/digital a partir del lugar de las víctimas, apelando a
un polilogos intercultural, sosteniendo dramáticamente la previa e
imprescindible alfabetización pedagógico-política lecto-escritural en calidad
de inédito-viable.
Palabras
clave: inédito-viable, grieta epistemológica, panóptico empírico-neuroético
A
MODO ACLARATORIO
Entre
el epitafio y el cuerpo del trabajo, hay un hiato que entiendo como
“incorrecto” en una escritura académica. Apelé al mismo para dejar abierto interrogantes.
Y entre el cuerpo del trabajo y su complemento, hay una necesidad para dejar
aclaradas cuestiones que excederían al cuerpo del trabajo.
PREGUNTA
INICIAL ACERCA DEL CUIDADO
La
pregunta inicial que formulo es acerca del cuidado, que también es motivo para
pensar la escuela. Es el término del momento, porque “se” habla del cuidado. Pero,
¿hasta qué punto la actual “obsesión verbal” por el mismo nos conlleva a interrogantes
otros? Es que tras las palabras o hay un mero juego de discriminación
conceptual (plano de las ideas) o un mero juego de discriminación negativa
(plano de la materialidad de las contradicciones, de la negación del otro). Obviamente,
el lugar de la pregunta es crucial al respecto del cuidado: si es el dolor de
las víctimas o el artilugio del poder hegemónico, si es desde la dignidad
humana como condición de posibilidad de toda valoración o si es desde el
requerimiento de regresar a los cauces de la consabida normalidad en la vida
cotidiana del utilitarismo bajo el signo del capitalismo que se verbaliza en el
saludo de despedida “cuidate” o “be careful”, con el implícito no hacerse cargo
del otro, intencionado o no. O liberación de nuestros pueblos o mera gestión de
la crisis.
ZONAS
DE VULNERABILIDAD
Es
que nos hallamos inmersos en zonas de vulnerabilidad dentro de la incertidumbre
provocada por la crisis global, sea financiera, climática, social, alimentaria,
entre otras. De ahí que en los discursos de nuestro presente sea lugar común un
término tal como “tejido social”, provocativo y seductor, aunque indicativo de
las condiciones de fragilidad de nuestras existencias como pueblo.
ENTRE
CERTEZAS E INCERTEZAS.
PAULO
FREIRE, PEDAGOGÍA MILITANTE
Mientras
en el mundo los mercados financieros pretenden certezas, ellos establecen las
condiciones para la incertidumbre. Mientras desde la inseguridad en todo
sentido se establece la fragilidad social, en la escuela básica el pensamiento
tiende a ser lineal, sin los vaivenes y desafíos del pensamiento crítico, aún
obviando el creativo caos o desorden como paradigma surgente tanto en las
ciencias naturales como en las ciencias sociales. No pretendemos una simple resiliencia
adaptativa a los cánones institucionales escolares establecidos, cuando el
Volcán Etna (valga la metáfora) irrumpe sus lavas por doquier haciendo de la
vida casi un suspiro imposible. Es que la rigidez institucional hace que lo
instituido sea más potente que lo instituyente, pero lo instituido sin el
anhelo de dignidad teniendo en cuenta las condiciones de existencia del común
de los mortales.
Entre
tanto, circula una multiplicidad de discursos en virtud del aniversario de los
100 años del nacimiento de Paulo Freire, con un docente de base que en la
escuela pública explaya relatos con los que los alumnos en tanto logren
adaptarse reactivamente, se mimetizan al suponer responder a la perspectiva de
su docente, así sentirse seguros, seguridad imaginada, cuando la comunidad
imaginada es un interrogante práxico, empero militantemente deseado.
Ya
nos lo decía Freire (1996: 25), educar implica un a favor de qué y para quién,
como así educar también implica un contra qué y contra quiénes, lo que hay que
hacer manifiesto[2].
A tal efecto se requiere lo que denomino “desobediencia pedagógica como astucia
pedagógica” (Brenner, M.A.: 2016)[3],
o a lo que Mignolo, Walter (2010)[4]
designa “desobediencia epistémica” o bien Orlando Fals Borda afirma como
originar espacios intersticiales a modo de desobediencia epistémica – una
ciencia rebelde y subversiva, motivo de esperanza en aquel inédito-viable
enunciado y anunciado por Paulo Freire, superando el escepticismo implicado por
las “situaciones límites” de Karl Jaspers. Ya el citado Fals Borda “dos anos
setenta propunha que a ‘dissidência’ acadêmica teria por sujeito prioritário a
denominada ‘anti-elite’ intelectual, investigación militante (decolonial)”.[5]
GRIETA
EPISTEMOLÓGICA
Nuestra
época es la de las Fake News o de las Deep Fake, ante las que Paulo Freire
tendría un posicionamiento ético político militante, cuya perspectiva
didáctico-pedagógica brilla por su ausencia en la praxis del aula de nuestras escuelas,
donde se continúan enseñando “verdades” como si la época de la “posverdad” no
existiera, como si la “opresión de los algoritmos” a partir de la inteligencia
artificial fuese ausente, con sus patrones de conducta predeterminados,
orientados desde la colonialidad del poder, del saber, cuya discriminación étnica,
social, racial, feminista es una especie de “leit motiv”, donde la identidad de
los pueblos ya no cabría, pues la identidad es reemplazada por la categoría
“perfil”[6]
con un sentido manipulador (la noción de perfil permite al algoritmo, a los
programadores y analistas, sustituir al sujeto real con el registro de la
actividad online del sujeto) o de gubernamentalidad algorítmica[7],
donde se pretende redefinir la experiencia social a partir del acopio y
modelado de datos de los usuarios. Cuando ponemos un “me gusta”
a publicaciones de otros en Redes Sociales/Digitales o escribimos en las
publicaciones de otros en dichas Redes -viendo y compartiendo videos, memes,
flyers-, cuando usamos aplicaciones al modo Tik Tok, cuando en alguna
plataforma virtual fruncimos el ceño, etc, tengamos en cuenta que cada una de
estas interacciones están siendo grabadas y monitoreadas en tiempo real. A ello
hay que considerar el geolocalizador de movimiento desde el que hasta nuestros
mínimos pasos son detectados. Sería pertinente mencionar a Jean Baudrillard,
quien sostiene la presencia de una hiper-realidad más real que lo que suponemos
la realidad empírica. Baudrillard publica sus escritos en el 1977, por lo que
habría que actualizarlo a las condiciones de las actuales tecnologías del
poder.
Tan grave es la situación
que me animo a mencionar una ruptura particular, no ya la ruptura
epistemológica categorizada por Gastón Bachelard, sino una “grieta
epistemológica” que trasciende hasta al mismo “giro lingüístico”. Pareciera no
interesar la verdad, pero escolarmente el currículum simulado en la escuela
sigue mostrando su interés, desconociendo los recientes avatares tecnocráticos
del presente en las Redes Sociales/Digitales. Grieta tal se sustenta en el
“giro emocional” de base neuronal con su supuesto de universalidad no situada,
pues el cerebro y las neuronas serían unos y únicos, en tanto que las emociones
que señalan la alteridad son las de fuerte carga agresiva, y sus consecuentes
políticas de discriminación y de miedo al otro.
Desde este lugar nos
planteamos qué es la realidad, cuando el mismo “diálogo” se negaría en la
“situación límite”, negando a también su consideración como “inédito-viable”,
donde ya la misma realidad que es, al mismo tiempo sería otra, sin importar la
cuestión. Y si el docente carece del posicionamiento didáctico político requerido,
sería en tal sentido un analfabeto puro. Se anularía todo polilogos en favor de un
sistema escolar supeditado a la dictadura de la normativa, obviando que “la ley
mata y el espíritu vivifica”.
Salvo que históricamente se den luchas comunitario/populares
a fin de lograr condiciones desde las que se establezca la dignidad humana, una
de las pocas seguridades que tenemos es que viviremos en un mundo que será más
digital, en principio para beneficio de los sectores sociales incluidos y,
accesoriamente, para los sectores sociales excluidos, aunque para todos ellos,
unos participando de alguna manera de los supuestos beneficios, otros
considerados basura humana, desechos sociales, y bajo el signo del control o
gubernamentalidad.
Pero, en tal sentido,
¿quién va a controlar los nuevos sistemas de información y los sistemas de
seguimiento que permiten conocer prácticamente todos los deseos y anhelos
frustrados, todos los desplazamientos de una persona? ¿Quién va a controlar la
tendencia globalizada de digitalización masiva de la vida?, ¿serán las grandes
empresas tecnológicas o los Estados asociados? Obviamnte, ello bajo la actual
apoteosis del denominado Proyecto Brain en danza.
¿CARECE YA DE SENTIDO LAL
ÉTICA?, ¿Y ENTONCES QUÉ LE CABRÍA A LA ESCUELA?
Desde el llamado “The
Human Brain Project” (HBP) se intenta percibir cómo el ser humano piensa, lo
que implica, gracias a cierto tipo de neurociencia, indagar en el pensamiento
con la posibilidad de su manipulación/digitalización. Puede decirse que esto no
es nuevo, empero sí lo es y más gravísimo aún. Hay dos proyectos independientes,
aunque en la misma trama, el norteamericano y el europeo. Ciertamente, los
objetivos que se exponen de ese Proyecto son bondadosos, pero en manos de
quienes manejan los hilos del ejercicio del poder resultan muy peligrosos para
la condición humana. Entonces, el panóptico de Bentham (Foucault) y el
panóptico digital (Byung-Chul Han) quedarían superados en tanto panópticos con
la aparición de un nuevo panóptico, el “panóptico empírico neuroético” (leer el
cerebro, manipular/digitalizar los criterios éticos de la forma de pensar y
hacer, mediante la inserción de microchips), en tanto base para un
neurofascismo novedoso y dramático a la vez. ¿Congeniar lo empírico, que tiene
que ver con lo experimental, con la ética del ámbito de la filosofía práctica?
¿No sería, acaso, una incongruencia?
Es que se consigna la
cualidad de empírico por cuanto las investigaciones se adecuan a las prácticas
de las ciencias experimentales, donde las técnicas de laboratorio y de
observación son claves en el intento de cuantificar toda variable cualitativa,
cuantificar todo lo humano bajo el signo de lo universal, con la intervención
de ciertas mitopoiéticas materialidades de las neurociencias, los “big data” y
la inteligencia artificial[8].
Sin embargo, pareciera
una incongruencia la simbiosis entre empiria y ética, entre experimento
singular de laboratorio y principios éticos. Empero, existen investigaciones
cuya tendencia es la de “gestionar las conductas éticas” de los seres humanos,
y de ahí el término panóptico empírico neuroético. Aunque, independientemente de sus logros efectivos en
el tiempo, lo que importa es la “tendencia hacia la apoteosis de la
manipulación”, propia de un sistema cuyo “espíritu” es el Mercado dentro del
neuroneoliberalismo capitalista, que incide en todos los ámbitos y también, por
ende, en el pedagógico, por lo que en un reciente trabajo hemos mentado el
concepto “neuroneoliberalismo pedagógico capitalista fascista”[9].
Y adoptamos el significado de la neuroética[10]
en lo que hace al conocimiento de la arquitectura funcional del cerebro,
pretendiendo dar cuenta del pensamiento y el juicio moral, hasta el extremo de
manipular este último. Según afirma López Moratalla, Natalia (2016): Los
procesos neurobiológicos que subyacen al juicio ético es el centro de atención
de la neuroética. Importa conocer cuales áreas cerebrales se activan y cuales
se silencian mientras las personas “deciden cómo actuar ante un dilema moral”,
a fin de saber de qué manera está impresa en la dinámica del cerebro la
dotación ética de cada hombre y común a todos los hombres, amén del rol central
de las emociones en el juicio ético.
Desde tal consideración,
hablar de la pedagogía freireana nada más que como una pedagogía del diálogo es
incorrecto, pues una educación liberadora parte de las problemáticas reales que
acucian a los sujetos comunitarios de la educación para, tomando conciencia
dialógicamente, organizarse y abocase a la lucha en contra-de quienes nos
oprimen. Es por ello que, reiterando conceptos trabajados más arriba, Freire
señala una educación contra qué, contra quién, y a favor de qué, de quién.
LA ALFABETIZACIÓN CRÍTICO
DIGITAL DE LOS DOCENTES DESDE EL SUELO DEL SUFRIMIENTO DE LAS VÍCTIMAS,
APELANDO A UN POLILOGOS INTERCULTURAL
Es
imperativo de nuestro presente histórico un ciclópeo esfuerzo, recreando de
alguna manera los “círculos de cultura”, a fin de establecer nuevos tipos de
palabras generadoras, intentando superar pueblos silenciados que no pronuncian comunitariamente
su propia palabra.
A
tal efecto, desde las problemáticas de una vida en común, base de una imprescindible
alfabetización política lecto-escritural, resulta imperativo aprender a leer el
mundo simbólico digital, crítica y creativamente. Obviamente, sin la primera, si
se diera nada más que la segunda, cabría la cualificación de una mera
manipulación instrumental.
Complemento
Cuando hablo de
“grieta epistemológica” estoy queriendo significar la inutilidad de una
academia que disfruta de sus propios discursos, donde ya no hay ciertas
comunidades de científicos que, estableciendo sus propios criterios de objetividad,
puedan dialogar con ciertas otras comunidades de científicos.
Desde el punto de
vista educativo, en la escuela, en una multiplicidad de casos, difícilmente
pueda explicar un docente a sus alumnos qué es la realidad, y aún aceptar de
sus alumnos qué entienden ellos por realidad.
Más que el
conocimiento, prevalece la emocionalidad, con tintes agresivos hacia los otros,
otros que generarían miedo. Hasta determinados enunciados supuestamente
científicos son aceptados a partir de la señalada emocionalidad. No existe
pluralidad de voces y menos el diálogo. Nuestros alumnos viven y conviven en
tal panorama. Entonces, ¿cómo lograr que interpreten la realidad en que viven?
Aún, parecieran ser argentinas distintas quienes viven en el ámbito que expone el
Canal Todo Noticias y quienes viven en el ámbito que expone el Canal C5N.
Conste que a muchas camadas jóvenes no les interesa actualmente lo que se
transmite en dichos canales, pero sí les interesa las informaciones que los
alientan en las redes digitales/sociales, a las que no les importa ni la misma
información, sino a la adhesión a ciertas creencias que potencian al
antidiálogo, el odio y el miedo al otro. ¿Será la muerte de la argumentación?
No olvidemos que
la inteligencia emocional parte de un cerebro universal, basamento éste de la
misma inteligencia argumental (Daniel Goleman).
Vivimos una
época de gramática inclusiva y exclusión semántica [i],
¿No será, quizá, indicativo de la tragedia de la misma argumentación?
Reiterando, la
opresión de los algoritmos se sustentan en la necesidad de generar creencias
que fomentan la emocionalidad del odio y la ruptura de todo diálogo, a la que
denominamos “grieta”.
Ejs. relativos a
la grieta.
·
Políticamente,
no es que no haya acuerdos si en el 2019 Evo Morales dejó de ser presidente de
Bolivia, sino si fue o no un golpe de Estado, con argumentaciones sustentadas
en creencias.
·
Judicialmente,
no es que no haya acuerdos si el último ex presidente de Argentina o si la
actual vicepresidenta tiene sobre su cabeza varias causas judiciales, sino si
es persecución política o no, con argumentaciones sustentadas en creencias.
·
Educativamente,
no es que no haya acuerdos si la ausencia de presencialidad existió o no, sino que
si por su extensión fue o no una tragedia cultural provocada intencionalmente,
con argumentaciones sustentadas en creencias.
·
Sanitariamente,
no es que no haya acuerdo acerca de si la pandemia existió o no, más bien si
hubo o no criminalidad en las decisiones gubernamentales, con argumentaciones
sustentadas en creencias.
·
Criminalistamente,
no es que no haya acuerdo o no acerca de si el fiscal Alberto Nisman está
muerto, lo que no hay acuerdo es sobre cómo murió, siendo que hay quienes están
seguros de que murió de una manera y quiénes de otra, con argumentaciones
sustentadas en creencias.
·
No
es un imposible trabajar académicamente a modo de ateneo ante un caso médico
complicado, pero es un imposible en la actualidad trabajar académicamente
cuestiones judiciales o políticas o económicas o educativas entre camadas de
importantes intelectuales, cada uno de ellos en las antípodas de la llamada
grieta.
[1] UNESCO. Planeamiento educativo con sensibilidad a las crisis. Boletín nº 3.
Octubre, 2021
[2] Freire,
Paulo (1996). “Pedagogía de la autonomía.” Sao Paulo, Brasil. Ed. Paz e Terra,
disponible en: http://cidac.filo.uba.ar/sites/cidac.filo.uba.ar/files/revistas/adjuntos/UNIDAD%207%20-%20Freire%20Paulo%20-%20Pedagog%C3%ADa%20de%20la%20autonom%C3%ADa.pdf (consulta: 20/04/2020)
[3] Brenner,
Miguel Andrés (2016). “Desobediencia pedagógica como astucia pedagógica.” https://otrasvoceseneducacion.org/archivos/64595 (consulta 10/10/2021)
[4] Mignolo,
Walter (2012) “Desobediencia epistémica. Retórica de la modernidad, lógica de
la colonialidad, y gramática de la descolonialidad.” Buenos Aires. Ediciones
del signo. https://antropologiadeoutraforma.files.wordpress.com/2013/04/mignolo-walter-desobediencia-epistc3a9mica-buenos-aires-ediciones-del-signo-2010.pdf
[5] Martins Moraes, Alex (2013).
“Ciencia rebelde y desobediencia epistémica. Un breve encuentro con Orlando
Fals Borda.” Instituto Humanitas Unisinos, Brasil.
[6] Ábrego
Molina, Víctor.H. y Flores Mérida, Antony (2021). “Datificación crítica.”
Revista Administración Pública y Sociedad. Facultad de Ciencias Sociales de la
Universidad de Córdoba. Nº 11. Enero-junio 2021. https://revistas.unc.edu.ar/index.php/APyS
(consulta: 10/10/2021)
[7] Ábrego
Molina y Flores Mérida (2021). Ibid. https://revistas.unc.edu.ar/index.php/APyS
[8] Brenner, Miguel Andrés (2021: 61-83). “Epidemia del
neuroneoliberalismo pedagógico.” En Pizzi, Jovino y Cenci, Maximiliano Sérgio
(orgs.). “Glosario de Patologías Sociales.” Pelotas, Brasil. Editora
UFPel. http://guaiaca.ufpel.edu.br:8080/bitstream/prefix/7723/1/Glos%c3%a1rio_de_patolog%c3%adas_sociales_ebook.pdf (consulta 10/10/2021)
[9] Brenner,
Miguel Andrés (2019). “De la educación emocional.” https://www.alainet.org/es/articulo/198131
(consulta: 10/10/2021)
[10] Brenner, Miguel Andrés (2020).
“Innovación educativa.” https://abacoenred.com/wp-content/uploads/2019/06/INNOVACI%C3%93N-EDUCATIVA.-EL-NEURONEOLIBERALISMO-PEDAG%C3%93GICO-POL%C3%8DTICO.pdf (consulta: 10/10/2021)
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