miércoles, 26 de octubre de 2011

Legitimación en educación

La Educación genera un sistema complejo, con muchas personas y de difícil administración. Más allá de la normativa expresa, queda establecido “lo correcto” y “lo indeseable”, o sea que hay dispositivos de legitimación. En este artículo se describen los distintos estamentos que apuntan a establecer un orden.

Niveles de legitimación
Los grupos que detentan el poder institucional, con el fin de asegurar su consolidación, continuamente elaboran una cubierta correlativa de legitimaciones extendiendo sobre ella una capa protectora de interpretaciones, tanto cognitivas como normativas.

Semejantes legitimaciones son las que se desea puedan aprender las nuevas generaciones durante el mismo proceso que las socializa dentro de los marcos del orden institucional. Para que dicha socialización sea más efectiva es necesario que las nuevas generaciones se vean obligadas a seguir las pautas que establece alguien con autoridad y a quien necesariamente deben obedecer; se acostumbra a recurrir para ello también a un cúmulo de medidas coercitivas las cuales, a ser posible, se suelen aplicar de manera selectiva.

Es analíticamente posible distinguir diferentes niveles de legitimación, aunque debemos tener siempre presente que, como es obvio, estos niveles van a funcionar en la realidad superponiéndose.

Un primer nivel es el de la legitimación incipiente que aparece tan pronto como se transmite un sistema de objetivaciones lingüísticas de la experiencia humana. Por ejemplo, la transmisión de un vocabulario de parentesco deja constancia ya de una estructura de parentesco. Este es un nivel todavía «pre-teórico», basado más en evidencias automáticas que fruto de un esfuerzo de reflexión. Las «explicaciones» legitimadoras fundamentales entran, por así decir, a formar parte del vocabulario que se posee y pueden tener asimismo repercusiones en los comportamientos de esas personas que lo utilizan. Un niño, por ejemplo, al que se informa que otra niña es su «prima» legitima esa misma relación de parentesco y, a partir de ahí, establece con ella contactos personales más apropiados. A este primer nivel corresponden todas las sencillas afirmaciones tradicionales referentes al «así se hacen las cosas», que son las primeras respuestas y generalmente más eficaces a los porqués del niño.

El segundo nivel de legitimación contiene proposiciones teóricas en forma rudimentaria. Acostumbran a ser esquemas explicativos sumamente pragmáticos y se relacionan directamente con acciones concretas. En este nivel son comunes los proverbios, las sentencias, las máximas morales, refranes, y también aquí podemos incluir las leyendas, cuentos populares y fábulas, que suelen transmitirse en forma poética.

El tercer nivel de legitimación corresponde a las teorías explícitas, en forma de un corpus de conocimiento diferenciado y que vienen a ser el fundamento en el que cada grupo institucional se apoya para poder justificarse. Estas legitimaciones proporcionan marcos de referencia bastante amplios para los comportamientos de los miembros que integran tales grupos. En razón de su complejidad y diferenciación, la transmisión y utilización de esos conocimientos y destrezas suele encomendarse a personal especializado y con dedicación exclusiva que utiliza para ello procedimientos formalizados de iniciación. De esta manera la legitimación comienza a trascender la aplicación pragmática y a convertirse en «teoría pura».

El cuarto nivel de legitimación lo constituyen los universos simbólicos. Son modelos teóricos que integran zonas de significado diferentes y abarcan todos los procesos que se desenvuelven en cada una de las instituciones existentes en una sociedad. De esta forma, la sociedad entera adquiere sentido. Los procesos simbólicos son procesos de significación que se refieren a realidades que trascienden las de la experiencia cotidiana; nos permiten ordenar la historia y ubicar todos los acontecimientos colectivos dentro de una unidad coherente que incluye el pasado, el presente y el futuro. El universo simbólico se concibe como la matriz de todos los significados social y subjetivamente reales; toda la sociedad histórica y la biografía de cada ser individual se ven como hechos que ocurren dentro de ese universo (BERGER y LUCKMANN).

En todo este proceso de legitimación un papel crucial lo desempeñan el cuerpo de especialistas; es decir, aquellas personas poseedoras de conocimientos y destrezas especializadas y que todo el mundo reconoce como tales. Esta matización acerca del reconocimiento público es importante, pues es a estos especialistas a quienes es normal recurrir para solicitar ayuda y consejo, y a los que se les erige como fuente de legitimación pública para imponer o sancionar opciones concretas.


Extraído de
El curriculum oculto
Jurjo TORRES SANTOMÉ
Catedrático de Didáctica y Organización Escolar Universidad de A Coruña

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