sábado, 24 de agosto de 2013

La pedagogía de lo cotidiano

Sabemos que la actividad educativa es vital para el desarrollo de la convivencia social ¿Qué tipo de relaciones interpersonales consideramos como “justas”? ¿Qué Pedagogía es la necesaria? En los siguientes párrafos, el autor desarrolla una propuesta de lo que llama “Pedagogía de lo cotidiano”
 


Consideramos que en un punto y aparte debemos plantear otra definición de la pedagogía de lo cotidiano: también es una propuesta, y esto significa que es un conjunto de tesis, argumentos, métodos y técnicas planteadas a la comunidad intelectual educativa, que avanza según los parámetros explicados por la teoría de los campos de producción simbólica, los logros de la antropología de la ciencia, y la sociología del conocimiento; disciplinas y conceptuaciones que permiten entender la emergencia de una teoría.

Su ubicación en el reconocimiento de los agentes de las comunidades intelectuales, y su expansión e incluso su decadencia, cuando es superada históricamente, o derrotada políticamente. En tanto los campos del trabajo intelectual son espacios activos de confrontación dinamizados por diversas situaciones y correlaciones de fuerzas, estrategias políticas, intereses y demás argucias del poder político, escenarios que nos llevan a perder la inocencia, si es que aún nos queda alguna a estas alturas de la historia.

En este sentido, la pedagogía de lo cotidiano es una conceptuación emergente, concreta en algunas publicaciones, producciones académicas y líneas de trabajo profesional en marcha, que avanza con una estrategia constructiva antes que de confrontación, orientada por una tesis simple: si construimos personas claras en sus sentimientos, conceptos, teorías y métodos, podemos generar tal cantidad de saberes y posiciones que puedan contribuir significativamente a construir una buena educación capaz de oponerse, entre otras cosas, a la ignorancia construida -el gran logro del triunfo educativo capitalista- que nos tiene sumergidos en una fetichización luminosa que nos incapacita para construir una impugnación al sistema social hegemónico, y más para edificar una realidad alternativa, a pesar que otro mundo es posible.

Estas tesis nos acercan a las últimas posiciones asumidas por Don Pablo Freire, quien llegó a concebir una pedagogía de la esperanza, y con ella convocó la fuerza de la utopía: la creencia que con su potencia simbólica nos lleva a comprometernos en la búsqueda de un mundo mejor, en tanto admitimos que el actual es perverso y modificable, si volviendo a la Ilustración no oficial6, con sus líneas materialistas y vitalistas que desembocaron en el pensamiento revolucionario de Marx, recuperamos la dignidad para oponernos al triunfo generalizado del judeo-cristianismo y del capitalismo, a pesar de su hegemonía mundial y sus múltiples fuerzas: ideológicas, financieras, económicas, políticas, policíacas y militares; éstas entendidas como el último recurso a utilizar por el Imperio para mantener el poder, si falla alguno de los previos.

Otro mundo es posible y en su construcción se requiere re- conceptuar la pedagogía y pensar nuevos rasgos de la pedagogía de lo cotidiano, particularmente su ser:

Una pedagogía lenta y materialista
La propuesta que acabamos de aludir sigue construyéndose en el diálogo y especialmente en el sostenido con filósofos españoles, entre los que destaca Joaquín Esteban Ortega. Leyendo a este pedagogo trágico y quizá desencantado en su reciente ensayo “La radicalización trágica de la pedagogía hermenéutico-analógica” y en un contexto donde reseña a A. I. Pérez Gómez en su “Introducción a John Elliot”, encuentro la idea que me hace entender una estrategia educativa usada por mí desde hace años y conceptuada sólo hasta ahora.

La Pedagogía Cotidiana es lenta en tanto busca prioritariamente fortalecer los procesos de apropiación de las personas sobre las que trabaja, y estas formaciones para la vida y el bien requieren tiempo para estructurarse u organizarse, en tanto la formación de la persona -como han demostrado las psicologías del desarrollo- es un proceso que en sus etapas, períodos, momentos y niveles produce resultados; y en cuanto se opone a las pedagogías fast track o pedagogías rápidas o del “rendimiento inmediato”, como tan bien cita Esteban Ortega, e identifican las prácticas educativas neo-liberales, las cuales deliberadamente buscan formar consumidores, buenos operarios y cuando más ciudadanos ligth & soft -ligeros y suaves-, que dejen funcionar al Imperio sin cuestionarlo y que jamás logren intuir que otro mundo es posible. Intuir la posibilidad de otro mundo surge de un ejercicio cognitivo realista y por tanto desfetichizado.

La ignorancia construida nos ha formado con fetichizaciones acostumbrándonos a pensar con sueños, mistificaciones e incluso mentiras deliberadas, que nos ciegan evitando auto-conocernos y saber de la realidad y sus contextos. En este sentido el triunfo generalizado del capitalismo ha generado personas incapaces de discernir la realidad y creado estructuras u organizaciones de relación y comunicación para perpetuar las fetichizaciones y enajenaciones con las cuales nos domina el Poder tradicional y El Capital, que nos hacen pensar con sueños, mistificaciones y mentiras, alejándonos de comprender las materialidades físicas, simbólicas y relacionales que definen la vida.

Recuperando la fuerza des-fetichizadora de la pedagogía crítica la Pedagogía Cotidiana es también materialista, en cuanto se basa en la tesis de que es la vida la que determina la conciencia y no ésta a aquella, y busca ubicar y trabajar con las condiciones y determinaciones materiales donde actuamos y que nos forman. Tanto para entenderlas correctamente, como para manejarlas en la transformación de nuestra acción que produzca resultados para nuestra vida y no para el desarrollo, reproducción y fortalecimiento del capital, pues otro mundo es viable.

Las tesis expuestas bien entendidas son claras y transformadoras y pueden ilustrarse con muchos otros ejemplos sobre los engaños cotidianos con los cuales se mantiene el Sistema, y nuestra corresponsabilidad en su perpetuación.

No obstante, y habiendo presentado los contornos básicos de le pedagogía propuesta, creemos tener establecidos los argumentos para re-significar a la pedagogía en su importancia histórica y recuperando su gran valor social, y poder pasar así a:

Evitar la ilusión en el trabajo educativo
Sostenemos por lo dicho que la Pedagogía Cotidiana es una norma educativa de lo concreto, en tanto en lo cotidiano es donde se define toda la realidad, pues aquí es donde se objetiva lo histórico (y las historias vividas por las personas particulares), y donde actuamos para seguir con vida.

En la formulación de esta pedagogía partimos de la tesis central que educación es formación de la persona, apropiación de la realidad para vivir en ella, y que este ser se obtiene en el hacer de todos los días con sus diversas materialidades, por lo cual la educación estará determinada y condicionada por lo que hemos realizado, pues -por ejemplo- el número de palabras contenidas en nuestro vocabulario estará en relación directa con las escuchadas de quienes nos hablan, de los libros leídos, de las películas vistas, de nuestras horas de televisión; en fin, de la acción donde hayamos
estado insertos, que necesariamente conformará nuestras estructuras sensibles y cognitivas, pues estamos hechos de prácticas que generan significados que con su poder simbólico motivan nuestra sensación y acción, y se materializan en la comunicación que nos llega.

Esta pedagogía de lo concreto exige saber lo que hacen niños y niñas para tener una idea de sus socializaciones, y así poder evaluar lo que verdaderamente saben -o puede enseñárseles-, para evitar la ilusión pedagógica, que, entre otras cosas, nos ha hecho creer que la educación familiar y la escolar hasta la preparatoria, ha capacitado al joven que accede a la educación superior con las estructuras psico-cognitivas adecuadas para su desempeño en este nivel universitario; cuando la verdad es muy otra, y puede indagarse guiados por el tema resaltado, formulado ahora de esta forma: ¿Qué saben los estudiantes que ingresan al nivel superior de métodos de pensamiento, investigación y exposición? ¿Cuál es su formación intelectual? ¿Cuáles son sus habilidades para el trabajo propio de la educación superior?

Estas preguntas expresan el tipo de pedagogía que nos ocupa, que busca identificar y trabajar con las condiciones concretas y materiales con las cuales nos conformamos las personas y con ello se
refiere al ser, pensado con una metodología analógica, evitando la ilusión y la especulación de las pedagogías que ocupadas de cumplir el deber ser de una política educativa, de una norma institucional, de una dinámica de intereses corporativos, pueden definirse como estructurales o univocistas, en tanto se ocupan de idealidades antes que de concreciones, como son las objetivaciones con las cuales vivimos la cotidianidad.

Cotidianidad donde hay personas e instituciones, que son productos históricos y que debemos entender y operar en sus proporcionalidades propias, que nos permitan identificar lo instituido y lo posible, para que en un vaivén artístico entre uno y otro podamos concretar una acción educativa que actuando entre lo estructural y lo cotidiano, pueda formar de la mejor manera a las personas que lleguen bajo nuestro cuidado educativo, conformando en ellas las capacidades del trabajo intelectual, las cuales, desde el Método Racional de Pensamiento que impulsa la Pedagogía Cotidiana podrán optar por un mundo mejor, en tanto el que vivimos nos ha vuelto tan miopes y limitados, que somos incapaces de sentir conforme a nuestras necesidades, de pensar, investigar y comunicar nuestras conclusiones, desde posiciones buenas y virtuosas, que dejen atrás la perversión maligna de los poderes Occidentales y capitalistas, que con su gran triunfo han conseguido incluso hacernos olvidar su existencia, evitando hasta que se los llame por su nombre, y proponiéndonos fetiches que ocultan nuestras realidades, a pesar de su perentoriedad.

Una sinopsis necesaria
Las tesis expuestas suponen que el saber que estamos produciendo sobre los actuales desarrollos de la pedagogía, deben difundirse para que puedan llegar al público amplio, de tal forma que padres y madres de familia, o los futuros progenitores, puedan informarse y formarse acerca de pedagogías útiles para sus expectativas personales; que, podemos presumir, en la gran mayoría de los casos pretenden darle a sus hijos e hijas la mejor formación para la vida; y esto, hasta el presente, no ha podido conseguirse con las pedagogías estructurales, que ocupadas de idealidades, fantasías, y servidumbres con el poder Estatal, ignoran lo que sucede en la vida cotidiana, y se han mantenido lejanas de un diseño educativo para una vida mejor, que recuperando una correcta formación de la personalidad, pueda crear personas con las capacidades resaltadas por las psicologías del desarrollo, que dejen atrás la minusvalía intelectual que nos reportó la ignorancia construida.

La pedagogía de lo cotidiano es, pues, una pedagogía realista, y una filosofía de la educación que define claramente su idea del ser y la verdad, por lo cual deberíamos reflexionar sobre estas realidades, en sí confluyentes, que nos llevan a plantear, ya casi concluyendo, en la necesidad de tener alumnos trabajando para su educación, con profesores y profesoras atentos a su desempeño, políticos y administradores educativos involucrados en estas actividades, y padres y madres de familia asumiendo sus responsabilidades -en mucho, también eludidas-, que en conjunto permitirán hacer confluir las actividades de los alumnos en trabajos homogéneos y análogos, evitando la actual dispersión de esfuerzos y atención a múltiples y heterogéneas actividades escolares, que en poco han beneficiado los esfuerzos educativos emprendidos.

Concluyendo
Entiendo que muchos de ustedes perciben estas ideas y propuestas como utopías irrealizables y sueños ilusos que incluso les hacen perder su precioso tiempo, digno de ser utilizado para fines útiles y benéficos.

No obstante, para aquellos y aquellas que alberguen estos sentimientos y concepciones, les recuerdo que la educación moderna -creadora de grandes logros que nos siguen beneficiando en tantos órdenes-, alberga un sentido de deber ser, una pulsión de compromiso y realización que crea la deontología educativa, que bien puede servirnos para guiar nuestros pasos y deseos, pues a pesar de que hay mucho mal hecho, no todo está perdido y podremos alcanzar nuevas cuotas de rendimiento, incluso contra aquellos que redujeron la educación a mera escolaridad.




Extraído de
La importancia de la pedagogía desde la conceptuación de la pedagogía de lo cotidiano
Autor
Luis Eduardo Primero Rivas,
Universidad Pedagógica Nacional

1 comentario:

Carlos Nuñez dijo...

El problema que tenemos en España, son los recortes en educación. Esta crisis esta haciendo mucho daño a la educación en todos los tramos...

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