Es una de las categorías
centrales en la obra de Freire. Una tarea fundamental en el acto de educar,
vinculada a otros principios basilares de la práctica educativa, sería
fundamentalmente la autonomía del derecho personal en la construcción de una
sociedad democrática que respeta y dignifica a todos.
En Pedagogia da autonomia
(1996) Paulo Freire escribe y reflexiona sobre este concepto, colocándolo como
un principio pedagógico para los educadores que se dicen progresistas. Las
críticas posmodernas a los hombres autónomos se vuelven comunes. En este
contexto, Paulo Freire nos sorprende cuando en 1996, propone la discusión
sistemática de este concepto, debido a que la autonomía se encuentra en el
meollo de la tan cuestionada modernidad. Freire nos propone esa discusión a
partir de una paradoja, la paradoja de la autonomía/dependencia. Debido a que
somos seres de cultura, nosotros, hombres y mujeres, somos seres dependientes.
Así, ser autónomo es tener la
capacidad de asumir esa dependencia radical derivada de nuestra finitud, de tal
forma que estemos libres para dejar caer las barreras que no permiten que los
otros sean otros y no un espejo de nosotros mismos. “Es la autoridad del no yo,
o del tú, que me hace asumir la radicalidad de mi yo” (FREIRE, 1996, p. 46).
Por eso, una autonomía que
propicie la solidaridad y la comunidad (STRECK, 2003). Para Paulo Freire,
autonomía significa liberar al ser humano de las cadenas del determinismo
neoliberal, reconociendo que la historia es un tiempo de posibilidades. Es un
“enseñar a pensar correctamente” con quien habla con la fuerza del testimonio”.
Es un “acto comunicante, coparticipado”.
Todo proceso de autonomía y
de construcción de conciencia en los sujetos exige una reflexión crítica y
práctica, de forma que el propio discurso teórico tendrá que ser alineado a su
aplicación. De esta forma, la autonomía es un proceso de decisión y de
humanización que vamos construyendo históricamente, a partir de varias e
innumerables decisiones que tomamos a lo largo de nuestra existencia. Nadie es
primero autónomo para luego decidir. La autonomía se va construyendo en la
experiencia de varias e innumerables decisiones que se van tomando (FREIRE,
1996, p. 20).
La autonomía como maduración
del ser para sí, es un proceso, es venir a ser (FREIRE, 2000, p. 12). Por ello
la autonomía es experiencia de libertad. La autonomía también se caracteriza
por la confianza que posee el sujeto en su proceso particular, la autonomía se
construye en el desarrollo del sujeto histórico, de la democracia y de la
libertad. Paulo Freire avanza con el concepto de autonomía, o sea, la conquista
de la autonomía crítica del educador/educadora. Así afirma, “el trabajo de
construcción de la autonomía es el trabajo del profesor con los alumnos y no del
profesor consigo mismo” (FREIRE, 1996, p. 71).
Por lo tanto, Paulo Freire
nos invita a asumir el pasaje de la curiosidad ingenua hacia la curiosidad
epistemológica, nuestra opción de vida, nuestro modo de aprender y de enseñar,
nuestra forma de sentir, de decir y de actuar, nuestro vivir. Este asumir
responsable funda la autonomía (SOUZA, 2001, p. 221).
Por Rita de Cássia de Fraga
Machado
Extraído de
DICCIONARIO Paulo Freire
Danilo R. Streck, Euclides Redin, Jaime
José Zitkoski (Orgs.)
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