El “discurso de los derechos humanos” ha sido cooptado, de alguna
manera, por los discursos del neoliberalismo, en el marco del capitalismo
vigente. Y si tienen pregnancia en el “sentir- sesgado” de sus ocasionales
adherentes (y aún más que ocasionales), es porque bajo el signo de la pos
ideología o pos verdad se niega el origen de los mismos, la lucha de los
pueblos en contra de la explotación, dando pie a discriminaciones excluyentes,
“sentir-sesgado” en el que se fundamentan múltiples argumentaciones. Es
entonces que, para el no avezado, resulta difícil distinguir entre un discurso
liberador y un discurso mercantilista.
Paulo Freire no se ha “salvado” de dicha problemática. Como tendencia,
su pedagogía ha quedado despotenciada en los lugares donde el discurso no se
sustenta en una práctica liberadora.
Intentaremos bucear en conceptos, prácticas e instituciones que
cooptan mercantilmente las significaciones freireanas. Intentaremos desocultar
sentidos fraudulentos o pseudo sentidos, en tanto justifican y legitiman,
mientras ocultan, las condiciones de opresión de la vida humana. Intentaremos,
siempre bajo un signo esperanzador, de involucrarnos en una lucha ideológica,
valorizando procesos de interculturalidad liberadora.
Parafraseando libremente al autor de “Pedagogía de la Esperanza”,
afirmamos que “sin sueños no hay esperanza, y sin esperanza no hay educación”.
“Nuestra misión: El Grupo del Banco Mundial tiene dos objetivos, poner
fin a la extrema pobreza y promover la prosperidad compartida de manera
sostenible.”
“… escucha, diálogo y ejercicio mutuo de aprendizaje, traducción y comprensión
es ineludible
en una educación que se pretenda realmente intercultural y no sea apenas
una fachada vacía de la misma.”
(Santos, Jorge Alejandro y Piovezana, Lionel, 2017:
177) [1]
¿Apenas una fachada vacía de la misma? Ni eso. Una “fachada”
implica que debajo nada hay. El problema es más grave aún, en tanto se simulan
conceptos similares pero en juegos de lenguaje diametralmente opuestos. Así, no
es lo mismo “pobreza” en boca de Freire que “pobreza” bajo la escritura del
Banco Mundial. Idéntica cuestión acontece cuando se alude al “diálogo”: no es
lo mismo “dialogicidad” en boca de Freire que “dialogicidad” bajo las redes
significativas del mercado. La banalización de la pedagogía de la liberación
consiste en su uso espurio, que se naturaliza sin ruborizarse.
Veamos el derrotero de nuestra argumentación.
“La educación no cambia al mundo, cambia a las personas que van a
cambiar el mundo. Cita de Paulo Freire. Alguna vez alguien me pregunto –
maestro ¿tú impartes clases en la FCA verdad? – a lo que contesté – No… es
mucho más. Yo formo a los LÍDERES de las organizaciones que en algún momento
habrán de TRANSFORMAR tu realidad, mi realidad, e inevitablemente la realidad
de todas y todos. AVE Con mucho respeto y estima para mis alumnas y alumnos de
la Facultad de Ciencias de la Administración Unidad Saltillo de la Universidad
Autónoma de Coahuila. México.” Lic. Edgar Aguilar Villarreal. Conste que dicha frase
asignada a Freire, solamente existe en el campo de la fantasía de alguien que
no es precisamente Freire y que lo tergiversa.
El creador de la pedagogía de la liberación jamás pretendió “formar
líderes”, mas bien lograr que las mismas comunidades de víctimas, mediando un
proceso educativo, asumieran la propia liberación de toda opresión, en pos del
“Hombre Nuevo”. Lo que antecede es ya una muestra de la banalización de su
pedagogía.
La ONG Enseña por México señala lo siguiente: “Los problemas de
inseguridad, corrupción e inequidad económica son originados por la pobre e
ineficaz labor educativa que, más que formar ciudadanos cívicos, reflexivos y
responsables, forma sujetos endebles y proclives a la continuación de las
fallas. Paulo Freire apuntó que: ‘La educación no cambia al mundo; cambia a las
personas que van a cambiar al mundo…’ En un momento como el que actualmente
atraviesa México, sumido en una de las peores crisis sociales de su historia,
resulta de vital importancia revalorizar esta frase no como un mero discurso
oportunista sino como una verdadera opción de cambio.” Es decir, aquí
aparece el verdadero contexto en el que se ubica la afirmación que se pretende
como autor a Freire, culpabilizando a la escuela de los problemas del presente
histórico, sacando de foco al origen del problema: un capitalismo de base
financiero especulativo, neoliberal y globalizado, depredador y colonizador. Es
entonces que la ONG matriz, Teach for America,
pone en boca de uno de sus adherentes: “Also, I read a book called Pedagogy of the Oppressed by Paulo Freire, and it
resonated with me how education is important, and how I wanted to make a
difference in students’ lives.”
Nuestro tiempo histórico, neoliberal capitalista, se caracteriza
discursivamente por la traducción de los lenguajes liberadores a una semántica
de los discursos propios del mercado, careciendo en tal sentido de vergüenza
alguna, aunque tampoco desde la academia conocedora de Freire se da batalla
teórica contra tal falsedad, y quizá por cuanto su estudio es más una cuestión
de erudición que de un espíritu práctico/liberador. “La educación es un acto de
amor, por tanto un acto de valor”, es otra de las frases que, con el mismo
sentido, se le asigna a Paulo Freire.
Propedéuticamente, hagamos de cuenta, en el mundo de lo hipotético, que
Freire se haya expresado de esa manera. Igualmente, el eterno retorno de lo
falso se halla en el tapete. ¿Por qué? Pues se lo descontextualiza.
Paulo Freire, en su Pedagogía del Oprimido[5],
formula un marco teórico desde el que la interpretación tiene valor, y señala
entre otros:
“…los trabajos educativos… deben ser organizados con los oprimidos, en
el proceso de su organización.” (Freire, 1970: 35)
“Sólo cuando los oprimidos descubren nítidamente al opresor, y se
comprometen en la lucha organizada por su liberación, empiezan a creer en sí
mismos, superando así su complicidad con el régimen opresor.” (Freire, 1970:
45)
“…contenido programático de la educación… acrecentar la lucha
revolucionaria.” (Freire, 1970: 78)
“…no establecemos ninguna dicotomía entre el diálogo y la acción
revolucionaria, como si hubiese un tiempo de diálogo y otro, diferente, de
revolución. Afirmamos, por el contrario, que el diálogo constituye la “esencia”
de la acción revolucionaria.” (Freire, 1970: 121)
“conceptos como los de unión, organización y lucha, son calificados sin
demora como peligrosos. Y realmente lo son, para los opresores, ya que su
“puesta en práctica” es un factor indispensable para el desarrollo de una
acción liberadora.” (Freire, 1970: 127)
“…unidos y organizados, harán de su debilidad una fuerza transformadora,
con la cual podrán recrear el mundo, haciéndolo más humano.” (Freire, 1970:
131)
Vayamos a la expresión señalada más arriba, cuando se pone bajo la pluma
del autor del libro “La educación como práctica de la libertad”: “la
educación es un acto de amor, por lo tanto un acto de valor”. En realidad,
Freire (1969: 114) dice otra cosa: “La educación es un acto de amor, por tanto,
un acto de coraje. No puede temer el debate. El análisis de la realidad. No
puede huir a la discusión creadora, bajo pena de ser una farsa.” Esta
proposición le otorga un significado diferente a la expresada en primer lugar,
donde se reemplaza “coraje” por “valor”. Coraje es sinónimo de valor. Pero,
“valor en sí mismo” ingresa en el mismo abstracto canon interpretativo
que el “amor”, dentro de una teoría de los valores, fuera de toda praxis
transformadora, revolucionaria, enmarcada en el espíritu de la pedagogía de la
liberación.
Ciertamente, en el período de la concreción de su obra teórico-práctica,
“La educación como práctica de la libertad”, un aire desarrollista aparece en
el pensamiento freireano, aunque dentro de una democracia que tiene como
soporte la lucha contra las clases dominantes, “absurda e inmoral” (Freire,
1969: 100) para aquellas. Es que oponerse a una “auténtica” democracia es
“hacerla instrumento de los poderosos contra los débiles” (Freire, 1969: 148).
Empero, en su significación más prístina, debemos interpretar al primer
Freire ante todo desde su obra “Pedagogía del Oprimido”, donde formula un
discurso fuertemente liberador, revolucionario, utópico.
La discursividad falseada tiene sus referentes en nuestro país. Así,
v.gr., la vicedirectora del Instituto Nacional de Formación Docente, INFOD,
Florencia Mezzadra, quien hace referencia a la “pedagogía dialogante” de Paulo
Freire, cuestión que raya en el ridículo, como si se bautizara al Banco Mundial
con el nombre de Carlos Marx o al Fondo
Monetario Internacional con el nombre de Che Guevara,
exabruptos que tenderían a “normalizarse” en el tiempo.
A su vez, la actual Directora del INFOD, Cecilia Veleda, conjuntamente
con Axel Rivas y Florencia Mezzadra (2011: 116, 117), afirman que…
“…se ayudará a los futuros docentes a entender los dispositivos de la
reproducción social y el rol de la escuela y de sus propias prácticas en este
proceso. También es clave que la formación docente rescate concepciones
pedagógicas con fuerte tradición en el pensamiento y la acción educativa, como
la pedagogía crítica o la educación popular, desarrolladas por autores como
Paulo Freire (2006), Michael Apple (1970), Henry Giroux (1999, 1997) y Donaldo
Macedo (1994, 2000), entre otros. Estos autores focalizan su preocupación en la
enseñanza de los sectores históricamente marginados del sistema educativo y
plantean cuestiones fundamentales para la justicia educativa, como la
vinculación entre la reflexión y la acción, el sentido ético y político de la
educación, el papel del diálogo, la democratización del proceso educativo, la
definición participativa del currículum, la multiculturalidad, el
empoderamiento del alumnado, entre otras definiciones necesarias para la
práctica de la justicia educativa.”
Aquí se asume el “perfil ético político de la educación”, por lo que la
resemantización de dicho término hace que no sea suficiente su uso por quienes
rechazan el neoliberalismo, en virtud de un concepto que se traslada sin más de
un juego de lenguaje (freireano) a otro juego de lenguaje (mercantilista)
diametralmente opuesto. No hacemos, aquí, alusión a la citada “vinculación
entre la reflexión y la acción”, puesto que aunque se pretenda de Paulo Freire,
no lo es, ya que este autor refiere no a una “vinculación”, sino a la “unidad
teoría-práctica”, que es diferente.
Siguiendo en la misma perspectiva crítica, podemos entrever que en la
página web de la película “La educación prohibida”, un canto a la privatización
de la escuela, se mezclan confusamente corrientes pedagógicas distantes, tales
como la del Home Learning y la de Paulo Freire, donde se valoriza la “pedagogía
dialógica” afirmada, supuestamente, por el educador brasileño. Conste que dicha
película fue financiada y patrocinada por la ONG ASHOKA con fuertes relaciones
con el gobierno de los EE.UU., cuyos sostenedores en Argentina son: Acíndar,
Banco Hipotecario, Bayer, BMW, Embajada de los Estados Unidos, Diario La
Nación, HSBC, Laboratorio Boehringer, Johnson, Universidad de San Andrés, Wal
Mart, Wester Union, etc.
Hasta el mismo Banco Mundial es elogioso hacia la obra de Freire,
identificándola con un pensar muy fecundo en el “campo de la comunicación para
el desarrollo”:
“…
in particular has greatly influenced the field of communication for
development, as it has emerged in recent years: Paulo Freire.” “… en particular influyó mucho
en el campo de la comunicación para el desarrollo, tal como ha surgido en los
últimos años: Paulo Freire.”
En el mismo sentido, la Fundación Luminis –de fuertes alianzas con
instituciones del poder hegemónico, patrocinó el concurso de experiencias
innovadoras con el Premio Paulo Freire año 2016.
Continuando con los usos espurios de Freire, recordamos que en el
enfoque neoliberal capitalista, uno de los anhelos sería
implementar su preciada “perla” en educación, constituida por las
“escuelas concesionadas”, en lengua inglesa “charters schools”.
Son escuelas donde el Estado subsidia a la demanda (se entregan bonos o vouchers por alumno y, según la cantidad de ellos,
es el dinero que cada docente y escuela recibe), se accede y renuevan los
cargos por contrato, sean de directivos o docentes, a partir de proyectos que
se monitorean y su incumplimiento puede ser motivo de rescisión contractual,
mientras que el pago de los salarios es por productividad, y la responsabilidad
gerencial es asumida desde alguna organización de la sociedad civil
–ONG-, o miembros de la comunidad concordantes con este perfil. Es el modelo de
escuelas preferido en los Estados Unidos de América, que implica una
descentralización y privatización total del sistema educativo con los dineros
del erario público. Este modelo de mercado, insólita y engañosamente,
puede funcionar bajo el nombre de la pedagogía liberadora de Paulo Freire, por
ej., “The Paulo Freire Charter High School” en el
Estado de Nueva Jersey de los EE.UU., que se justifica con un modelo pedagógico
que incluye…
…la pregunta, la investigación, la reflexión y acción mediante el
aprendizaje de una efectiva participación ciudadana a fin del mejoramiento de
la comunidad, en función de la “justicia social” en educación.
Ya no tan lejos, se encuentra nuestro país tamaña dislocación con las denominadas “comunidades de aprendizaje. En el decir de la ONG
Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el
Crecimiento, CIPPEC, “Las Comunidades de Aprendizaje
están basadas en la pedagogía del educador y pedagogo brasileño Paulo Freire,
en la interacción y sobre todo en la transformación del contexto. El objetivo
es que a partir de la transformación de la escuela se pueda llegar a la
transformación de la comunidad” , donde se auspician las
denominadas “actuaciones de éxito”, y que se
proponen a partir del año 2015 como experiencia piloto, bajo el apoyo de la
misma CIPPEC, la fundación de la empresa Natura y la Universidad de Barcelona,
en los establecimientos de nivel primario Nº 77 “Pedro Goyena”, Nº 1254 “Tomás
Espora”, Nº 1314 “Victoria Olga Cossettini” de Rosario y la escuela Nº
153 “Gral. Las Heras” de Alvear, con una participación de más de 2.000 personas
entre alumnos, docentes, directivos, asistentes escolares y familiares, donde
los padres no pagan ningún arancel, por lo que para ellos la educación es
gratuita, aunque bajo la alianza entre el sector privado, una universidad
española y el gobierno de la provincia de Santa Fe.
También, durante el año 2015, se crean en la capital de la provincia de
Salta la escuela primaria de modalidad intercultural bilingüe nº 4100 de la
localidad de Yacuy, la escuela primaria nº 4647 Dr. Mariano Boedo y el
bachillerato salteño para adultos nº 7169. En este tipo de escuela, por
definición de la misma, con la supuesta finalidad de ayudar a enseñar, ingresan
en el aula escolar familiares, amigos y amigas, vecinos y vecinas del barrio,
miembros de asociaciones y organizaciones vecinales y locales, personas
voluntarias, a partir de lo que se daría el ingreso a las ONGs., así, por
ejemplo, como ocurre con los pasantes de la ONG “Enseñá por Argentina” en
algunas escuelas estatales de la Ciudad de Buenos Aires, a pesar de la crítica
del sector gremial Ademys. La idea es que ingresen miembros de la “sociedad
civil”, lenta pero firmemente, valga otro caso, el Proyecto REMA (recuperación
de materias) del 2016 en la Ciudad de Buenos Aires, impulsado por la
Subsecretaría de Coordinación Pedagógica y Equidad Educativa, que fomenta el
ingreso de personas fuera del Estatuto del Docente para “fortalecer” los
aprendizajes de los alumnos que lo requieran.
Concluyendo. Bajo el manto de un pregonado Paulo Freire absolutamente
distorsionado, vaciado o “lavado”, los discursos del neoliberalismo asumen sus
conceptos, dentro de un plexo más amplio, como lo son las categorías de los
“derechos humanos”. Así, aludiendo al pedagogo brasileño, la ultra
neoliberal ONG Mexicanos Primero afirma: “Paulo Freire decía que
necesitan tanto de formación técnica, científica y profesional como de sueños y
utopía”, y también “Paulo Freire insistía en que
los educadores tenemos la obligación de nunca perder la esperanza, de ser
optimistas para conquistar un futuro mejor. La propuesta pedagógica contiene
elementos que alimentan el optimismo, /sin perder/ el ojo crítico.” Conste que dicha ONG, cuyo fundador
Claudio X. González también CEO del Grupo Televisa, fue la primera y principal
propulsora de la precarización laboral de los docentes mexicanos en los últimos
años.
Gracias a un Paulo Freire prístino, no falseado ni lavado, sí
revolucionario, podemos decir que el soñar es la condición de la esperanza,
esperanza que se traduce en lucha justa, esperanza activa desde una comunidad
de víctimas que se asuma como tal, que vea, juzgue y transforme animada por el
espíritu de la utopía. La educación que propone Freire es praxis
revolucionaria. Se manifiesta en la organización de los oprimidos y su lucha
por la liberación. Su meta es el Hombre Nuevo. Dicha
pedagogía se potencia en el plexo de una interculturalidad liberadora.
Por
Miguel
Andrés y Brenner y L.,
UBA
Argentina. Octubre de 2017
Fuente
http://www.educacionfutura.org/los-usos-espurios-de-freire-o-e-la-banalizacion-de-la-pedagogia-de-la-liberacion/
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