lunes, 9 de abril de 2018

Michael W. Apple, educador y crítico de la educación chilena: “Chile es como un experimento perverso y permanente del neoliberalismo”


El académico de la Universidad de Wisconsin y autoridad mundial de la pedagogía crítica evalúa la palada final con que el gobierno de Piñera sepultó la sanción al lucro en la educación y el proyecto que acababa con el CAE. “No hay evidencia alguna de que una política educativa como esa genere desarrollo. Ni siquiera en la Trump University”, declara.

A un ritmo despiadado entre conferencias en universidades y think thanks chilenos dedicados a la educación, Michael W. Apple, dice alegrarse de estar una temporada lejos del radio de influencia de Donald Trump en EEUU. El principal teórico de la pedagogía crítica del mundo, académico de la Universidad de Wisconsin vino a nuestro país a presentar su más reciente libro titulado “¿Puede la educación cambiar a la sociedad?”. Una pregunta que -asegura- no es para nada retórica. Más bien es una excusa para advertir sobre la molestia que los grupos dominantes sienten ante las más recientes victorias de los educadores.
Hace poco, Apple se ha enterado de que el Tribunal Constitucional sepultó el artículo 63º de la Ley de Educación Superior que sancionaba el lucro en la educación y que el Ministro de Educación, Gerardo Varela, notificó que el gobierno optará por retirar el proyecto enviado por la expresidenta Michelle Bachelet que reemplazaba el CAE Por un crédito estatal diferenciado por ingresos. El pedagogo dice estar sorprendido, pero no del todo ante la figura de la retroexcavadora. “Cualquier tipo de avance en materia de políticas públicas referidas a la educación, son los que provocan que el neoliberalismo y la derecha estén restando recursos a la educación pública. Recursos que sí tienen las escuelas y universidades religiosas. Esto ha provocado, entre otras cosas en EEUU, el auge del homeschooling, que llevan adelante padres descontentos con el sistema escolar y que deciden educar a sus hijos en casa. A su vez esto impulsa la paradoja de jóvenes que llegan a la universidad replicando ideas racistas, antievolutivas y fundamentalistas propias de comunidades cerradas”, lamenta.
“En todo el mundo la derecha ha sido hábil en conectarse con los temores reales de la gente y creo que nosotros no hemos sido tan hábiles. Es cosa de escuchar al presidente Piñera: él se comunica a través de un español muy simple, no cita a grandes autores, ni obras relevantes y eso le da una ventaja respecto a los grupos oprimidos para quienes las escuelas siguen siendo lugares de importancia. Las personas más pobres saben que si no lo logras completar la enseñanza secundaria no podrás ser útil al sistema”, sintetiza el estadounidense sobre el poder del discurso progresista.
La negación de los dinosaurios y del Big Bang
Este sistema de valores es -para Apple- un proyecto tan cultural como político y que genera una tremenda violencia simbólica. Algo que no es ajeno a nuestro país, cree el experto. “Chile es como un experimento perverso y permanente del neoliberalismo, un invento en constante cambio y prueba. El neoliberalismo opera a través de instituciones legitimadas para poner a las personas en escenarios que siempre cambian y donde la falta de memoria colectiva es una herramienta que le es funcional”, dice como respuesta al título de su libro. “¿Puede la educación cambiar a la sociedad?”, pregunta de nuevo el conferencista invitado por la Facultad de Pedagogía de la UAHC.
“Un enfoque como éste permite ver el mundo de otra manera y entender quiénes ganan ante ciertas realidades cuando, por ejemplo, las madres y dueñas de casa, realizan un trabajo capital, complejo que no es remunerado ni reconocido”, ejemplifica Apple. Recomienda que la comunidad dentro y fuera de la escuela vea el mundo a través de los ojos del neoliberalismo, un sistema asesino y despiadado con las minorías sexuales, étnicas y los más pobres que está dando un brusco giro a la derecha en materia educativa, piensa.
En las escuelas privadas de EEUU, las principales cunas de líderes, conviven el ABC del capitalismo con la negación de los dinosaurios y el big bang. Ideas que se propagan por el mundo a la velocidad de la postverdad y las teorías de que la Tierra es plana. “En mi país hay textos de historia muy, muy conservadores donde puedes leer cosas aborrecibles como: “los esclavos eran personas que venían a EEUU desde África en busca de trabajo. Desde luego eran “invitados” para ocupar esos puestos de trabajo”. Otros, incluían anexos donde se hablaba ligeramente sobre la “contribución de la mujer y otros grupos minoritarios a la sociedad norteamericana”. La persona que escribió este tipo de cosas como material escolar debería estar en la cárcel”, considera el profesor.
-Usted siempre se ha declarado un pesimista de la forma en que Chile conduce su política educativa. El hecho de que se haya detenido el proyecto que prohibía el lucro en la educación y el que creaba un crédito estatal diferenciado, ¿qué reflexión le generan?
-Que en tan poco tiempo se le haya entregado tanto espacio a quienes desean lograr más ganancias a costa de la educación para mí es un desastre. No hay evidencia alguna de que una política educativa como esa genere desarrollo. Ni siquiera en los EEUU y la administración de Trump -que ya tenía su propia universidad con fines de lucro, la Trump University-, se ha legitimado algo así desde un gobierno. Me refiero a desregular un sistema que ya existe. Claro, ahora habrá un precedente del daño que estas políticas mercantiles generan con la destrucción en la educación y el aumento de las brechas de pobreza que crea más deuda para los estudiantes y sus familias y que quizás sea útil a otros gobiernos. Esta explotación del cuarto sector de la producción genera un doble efecto en estos estudiantes de menores recursos porque no sólo deben pagar estos préstamos a la banca, sino que más tarde verán cómo pierden sus seguros de salud ya privatizados o cómo dejan de ser sujetos de crédito para esos mismos bancos, una vez egresados con la deuda. Esa desregulación es muestra de cómo un Estado elude su responsabilidad ante una deuda que debería ser, en muchos casos, adoptada por él.
-Usted ha realizado gran parte de su trabajo de investigación en Finlandia, un modelo educativo para muchos. ¿Qué omisiones cree que se cometen cuando se postula a este país como la solución a la crisis educativa?
-He escuchado a muchos países e instituciones que proponen mirar hacia lo que se hace en Finlandia. Un país donde casi la totalidad de los profesores tienen, como mínimo, grados de magister; donde existe una gran integración del sistema escolar y los sueldos duplican o triplican el del promedio en Latinoamérica. En Finlandia los profesores tienen poderosos sindicatos y se les paga de una manera respetable. Eso es algo que hay que considerar antes de cualquier aventura, ya que cuentan con una gran autonomía para operar. Se suele pasar por alto también que la gran red de seguridad social de ese país, producto de una sólida socialdemocracia, se traduce en un muy buen sistema de salud, bajas tasas de pobreza y buenos puestos de trabajo. Entonces, si Chile o cualquier país deseasen mejorar su educación acudiendo a esta formulación, lo principal sería optar a un sistema como ese en su conjunto antes de cualquier otra consideración.
En esa comparación, también hay algo relevante que tenemos que recordar sobre Finlandia, y esto es que tienen muy pocos inmigrantes. Hay políticas sobre el tema que han sido bastante inflexibles pero que se están cambiando. No estoy de acuerdo con ellas, pero esa es también una buena razón que les ha permitido concentrarse en que sus escuelas funcionen tan bien y con ese nivel de respeto hacia sus profesores. Creo que Chile, si lo desea, puede seguir desde una buena distancia a Finlandia. Conozco muy pocos países que en algunos aspectos humanos y sociales funcionen mejor que Finlandia, y creo que el trato a sus migrantes es uno de ellos.


Fuente
http://www.theclinic.cl/2018/04/06/michael-w-apple-educador-critico-la-educacion-chilena-chile-experimento-perverso-permanente-del-neoliberalismo/

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