jueves, 30 de agosto de 2018

CONCIENCIA (Intransitiva, transitiva ingenua y transitiva crítica) Freire

Suponiendo la perspectiva fenomenológica, según la cual la conciencia se caracteriza por la intencionalidad, que es esta “misteriosa y contradictoria capacidad humana de distanciarse de las cosas para hacerlas presente”, o de ser la “presencia, que tiene el poder de volver presente” (FIORI, 1970, p. 14), en el libro Educação como Prática da Liberdade, Freire discurre sobre la conciencia “intransitiva”, “transitiva ingenua” y “transitiva crítica”, (pp. 59-60).


Al proponer una forma de educación que propicie la reflexión radical, la reflexión sobre el propio poder de reflexionar y que lleva a la libertad de decisión, Freire analiza los “grados de comprensión de la realidad” y su relación con el condicionamiento histórico cultural”. Él denomina “intransitividad de la conciencia” a la condición del ser humano que está inmerso en su realidad y que aún no tiene la capacidad de objetivarla. La conciencia intransitiva es el grado de conciencia característico de sociedades cerradas, cuyos individuos no sobrepasan el “horizonte biológico” de su forma de vida.

Sus preocupaciones se restringen a lo vital biológico. Es la conciencia de los seres humanos, cuya “vida es mera biología”, que aún no se hizo biografía. Se les escapa la comprensión de problemas que se sitúan más allá de su esfera biológicamente vital y por eso, aún no son capaces de asumir el compromiso histórico (FREIRE, 1978, p. 60).

Sin embargo, potencialmente, en la medida que es dotado de su fuerza intencional, de su tendencia a trascender, la conciencia humana continúa abierta, pudiendo superar gradualmente la intransitividad y ampliar su campo de percepción. Puede ampliar su poder de captación y de respuesta a las cuestiones de su mundo y a su capacidad de diálogo con los otros en el mundo, hasta alcanzar otro nivel: el de la conciencia transitiva.

La conciencia “transitiva ingenua” ya ve la contradicción social, pero aún se mueve en los límites del conformismo, adoptando explicaciones fabulosas para los fenómenos. Ella no es capaz del pensamiento autónomo porque no se arriesga a investigar las causas verdaderas y por ello no es capaz de aventurarse en la dirección del cambio. Es el tipo de conciencia dependiente, que transfiere la responsabilidad de la solución de los problemas a los otros. Eso significa que la conciencia transitiva no es inmediata ni necesariamente crítica.

En el primer momento del tránsito ella es aún ingenua, caracterizándose por la interpretación simplificadora de los problemas y por imaginar que el pasado fue mejor que el presente, además de subestimarse a sí misma. La conciencia transitiva ingenua tiende al gregarismo y a la masificación. Por el hecho de satisfacerse con explicaciones fabulosas y de conducirse por la emoción, ella tiene dificultades para el diálogo, para la argumentación racional y con frecuencia, aparece irracionalmente sectaria y fanática.

Continuando su tránsito por el desarrollo de la capacidad de diálogo, la conciencia transitiva puede elevarse a la condición de conciencia crítica. A su vez, esta se caracteriza por la profundidad con la que interpreta los problemas y por el compromiso socio político.

Debido a que es estructuralmente intencional (ZITOSKI, 1994, p. 55), la conciencia crítica también se caracteriza por el pensar autónomo y comprometido, que conduce al compromiso.  Ella no es nunca sectaria, al contrario, mientras más crítica, más democrática y dialógica es la conciencia (p. 95). La conciencia transitiva crítica substituye las explicaciones mágicas y en su lugar adopta principios y relaciones causales para interpretar la realidad.

Ella está predispuesta a rever su posición y se da cuenta de los prejuicios que deforman las interpretaciones. La responsabilidad por sus actos, la actitud argumentativa dialógica y la receptividad frente a lo nuevo son sus características. Pero el proceso de tránsito hacia la conciencia crítica no es idealista, éste sucede solamente en el proceso más grande de transformación social, económica, cultural, acompañado de un trabajo educativo crítico, dialógico, democrático, en el que desarrolla su capacidad de pensar, de deliberar, de decidir y hacer opciones conscientes de acción.

Según el profesor Fiori (1992, p. 68), el cambio de la conciencia no precede a la transformación del mundo, ni la sucede. Las dos son concomitantes, porque no existe mundo sin conciencia, así como tampoco puede haber conciencia sin mundo. La conciencia transitiva crítica es comprometida, ella significa el mundo en un comportamiento corpóreo: es “logos y praxis” transformadora.


Por Luiz gilberto Kronbauer
Extraído de
DICCIONARIO Paulo Freire
Danilo R. Streck, Euclides Redin, Jaime José Zitkoski (Orgs.)


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