Papel
de trabajo para la discusión. Estas reflexiones forman parte de nuestros
equipos de trabajo en los conversatorios periódicos en forma conjunta con la
Dirección General de Interculturalidad, el equipo pedagógico, el Instituto
Nacional de Idiomas Indígenas y la Comisión Presidencial contra el racismo y
otras modalidades de discriminación
1.-QUÉ
HA APORTADO LA INTERCULTURALIDAD Y LA EDUCACIÓN INTERCULTURAL A LA REVOLUCIÓN
CULTURAL, EDUCATIVA, COMUNAL, COMUNICACIONAL Y ESPIRITUAL DENTRO DE LA REVOLUCIÓN
BOLIVARIANA:
2.-¿
QUÉ POTENCIALIDADES OFRECEMOS Y DENTRO DE ELLAS, QUÉ POSIBLES APORTES?
3.-¿ESTAMOS
CONSCIENTES DE ESTOS APORTES, DE ESTAS POTENCIALIDADES Y DE LA NECESIDAD DE
PONER EN TENSIÓN ANTE LA CRISIS TODAS ESTAS MÚLTIPLES POSIBILIDADES CREATIVAS?
Pero
ante todo veamos por qué la interculturalidad es incompatible con los Estados
Imperiales e Imperialistas y los Estados Nacionales colonizados y
auto-colonizadores y atados al neoliberalismo y al consenso de Wáshington….
Veamos
las notas más características de la interculturalidad en relación a los
factores de la dominación mundial en la coyuntura política actual.
Primero:
La interculturalidad es incompatible con toda conquista, sea cual sea su
naturaleza. Toda conquista –del pasado y del presente- trata de inferiorizar y
demonizar la cultura del conquistado.
Segundo:
La interculturalidad es incompatible con el colonialismo. Al colonizado se le
clausuran todas las vías del conocimiento para negar su cultura y educación
propia: historia propia, ciencias y tecnologías, degradadas estas últimas como
elementales, “rudimentarias” o “primitivas”. Filosofías, para negar sus modos
de vida, artes y espiritualidades. El conocimiento pasa así a ser patrimonio
único de los padrastros conquistadores y colonizadores del territorio. Así
surgieron las academias y universidades reales y pontificias para formar –en la
colonia- sólo a los hijos de las castas dominantes y mantener en minoría de
edad –crío o criados- no sólo a los indígenas, indodescendientes y afrodescendientes
sino también a los mismos hijos de europeos nacidos en América, limitados en
sus derechos políticos (situación que no se resuelve hoy con una doble
nacionalidad, lo cual sigue teniendo un carácter instrumental para las grandes
potencias y hacia adentro, un refuerzo del colonialismo interno mediante
nacionalidades privilegiadas sobre los nativos).
Tercero:
La inter-culturalidad o intercambio libre, equilibrado, respetuoso y equitativo
entre pueblos y culturas diferentes, es incompatible con cualquier anexión
imperial, contraria a independencia. Sin una buena cuota de autonomía cultural,
educativa y espiritual, no hay espacio abonado para el cultivo fecundo de
relaciones de convivencia inter-cultural y de grandes despliegues
cosmo-vivientes, de consanguinidad con el universo, con los animales y las
plantas, de importantes avances creativos, inter-civilizatorios en su vocación
ecuménica: como indicadores de una descolonización en marcha.
Cuarto:
Todo imperio y en grado más extremo, todo imperialismo proclama formas de
universalidad vacías y de globalización estructural y virtual que pasan por
encima de todos los pueblos, culturas y civilizaciones sometidas, desconociendo
su existencia histórica, la convivencia con las macrosociedades en la
contemporaneidad actual y por supuesto, sus derechos humanos
(cósmico-antropológicos), culturales y educativos ( por lo cual es necesario
superar antropo-centismos, cosmo-centrismos, eurocentrismos, patriarcalismos,
formas de apartheid racista-clasistas. Apuntamos en que el racismo es
inseparable de todas las formas de apartheid social y cultural).
a)-Destacamos
que las grandes religiones monoteístas, cristianismo, islam, judaísmo y
aquellas espiritualidades como el budismo, el taoísmo, cuando se casan con el
Estado imperial y peor todavía con el imperialismo y el capitalismo neoliberal
globalizado, niegan y desconocen el derecho a la existencia de las
microsociedades en su convivencia con las macrosociedades y peor aún, en la
fase del capitalismo occidental globalizado de la era digital. Lo cual
significa la incompatibilidad con cualquier forma de inter-culturalidad y de
ecumenismo inter-civilizatorio. En el caso del cristianismo, el prójimo, el
próximo, el más cercano – vale decir el vecino en la familia grande o en la comunidad-
desaparecen en concreto ante abstracciones como “la humanidad”, “la
universalidad”, “la modernidad”, “el progreso”, “el desarrollo”, “la
globalización”.
b).-
En este orden de ideas, las religiones monoteístas de Occidente y otras
manifestaciones espirituales, pierden autonomía de vuelo ante los grandes
intereses materiales y espirituales del capitalismo financiero global. De allí
la importancia de las iglesias de base, de las teologías y filosofías de la
liberación en compromiso orgánico con los pueblos y comunidades.
c)
También es importante, la constante actualización del bolivarianismo y del
marxismo crítico entroncados en nuestras complejas realidades sociohistóricas y
culturales dentro de los procesos de descolonización. Donde los procesos de
construcción de la unidad continental-caribeña y la solidaridad internacional,
no desconozcan las intermediaciones de lo local, regional, nacional, incluyendo
las especificidades de los pueblos y culturas originarias, así como la
indo-descendencia y la afrodescendencia dentro de la venezolanidad.
Pasemos
a bocetear la primera pregunta generadora:
1.-
Cuáles son esos aportes de la interculturalidad a una revolución cultural,
educativa, comunicacional, comunal, diplomática de justicia y paz y al diálogo
interreligioso y ecuménico: y por supuesto, al mundo político en tiempos de
guerra no convencional.
a)
Revolución cultural como complemento de la revolución política, económica y
social. Sin lo cual no es posible promover la Independencia y la construcción
del socialismo del siglo XXI por otros mundos posibles.
b)
La interculturalidad si viene del fondo del reclamo de los pueblos indígenas
frente a la negación radical del aborigen, no se queda sólo en los referentes
de los pueblos originarios y de los afrodescendientes sino que transversaliza
al sistema educativo bolivariano en todos sus niveles y modalidades.
Resolviendo de fondo el diálogo inter-generacional y de civilizaciones,
escapando a las tentaciones del modernismo unilateral y sus posmodernidades de
romper el vínculo afectuoso y permanente entre jóvenes y adultos mayores y la
trasmisión transgeneracional de la sabiduría de las distintas culturas,
incluyendo los derechos trasnsgeneracionales al ambiente.
c)
Transversaliza nuestro proceso constituyente actual, todas nuestras políticas
públicas, desde nuestra política interior y nuestra política internacional,
pasando por todo nuestro sistema de alianzas con el mundo emergente, el Sur Sur
y los países no alineados. Tenemos la más acertada política internacional con
todo el mundo emergente, pero en el orden de la descolonización cada vez
sentimos más que necesitamos una política intercultural de la Cancillería y a
lo interno, en nuestras políticas públicas: especialmente en cultura,
educación, salud, y políticas de información y comunicación para enfrentar la
violencia horizontal: el informe Bachelet –por ejemplo- es un expediente
guerrerista, que oxigena en lo internacional y en lo interno al imperialismo y
apuntala a la oposición terrorista al tratar de crear condiciones para la
violencia horizontal. Le da continuidad a la política que venía cumpliendo
desde la Fiscalía la prófuga de la justicia Luisa Ortega Díaz, pero ahora la
impunidad se alienta desde el máximo foro internacional como paso necesario que
antecede en la memoria de la humanidad todas las invasiones imperialistas (
Afganistán, Irak, Libia, Siria: la humanidad tiene memoria Señora Bachelet,
hija de Pinochet por afinidad, quien gobernó Chile aplicando a los mapuche la
Constitución y la ley antiterrorista de la sangrienta dictadura pinochetista).
d)
Genera toda una metodología abierta en la inclusión y participación popular que
puede permitir visualizar a tiempo para enfrentar las múltiples modalidades de
violencia horizontal que frecuentemente está utilizando la derecha y el
imperialismo al manipular desde los problemas interreligiosos hasta la
problemática étnico-nacional, pasando por todo el desmontaje de las comunidades
y los sutiles intersticios de la dominación sociocultural y el desclasamiento
de los sectores populares.
c)
Establece claramente que la familia grande y la comunidad son las micro- bases
fundamentales para organizar la adaptación milenaria a los distintos
ecosistemas, producir cultura, organización social y política. Y por supuesto,
cambios y transformaciones históricas desde el mundo del trabajo en las
distintas etapas de la humanidad hasta hoy, reconociendo al mismo tiempo el
papel de los trabajadores y trabajadoras: las mujeres indígenas inventaron la
agricultura, nos recuerda la investigadora Iraida Vargas.
d)
La educación intercultural sirve y ha servido para cuestionar la actual lógica
de la cientificidad del sistema global dominante y poner en claro las múltiples
intermediaciones de la organización social y política de los pueblos y
culturas, que hoy pretende desconocer de un plumazo la etnogenocida y ecocida
planificación del capitalismo neoliberal. Las guerras no convencionales y asimétricas
nos está obligando a reivindicar y revitalizar los idiomas indígenas y las
ciencias y tecnologías de los pueblos, culturas y clases dominadas,
descubriendo importantes potencialidades ocultas en la resistencia indígena. En
este orden de ideas estamos llamados de urgencia a desarrollas aquellas áreas
estratégicas prioritarias de la ciencia occidental dominante para no dejarnos
acorralar y desarmar; pero al mismo tiempo –como le ocurrió en su tiempo a los
vietnamitas- estamos obligados a continuar redescubriendo los múltiples modelos
científicos y tecnológicos de nuestros pueblos, que nos permita combinar la
resistencia indígena con la emancipación y liberación, lo cual pasa
necesariamente por consolidar nuestra Independencia, como lo vieron en tiempos distintos
Bolívar y Chávez y desde otros paradigmas pero en la causa común del
socialismo, el mismo Fidel.
e)
En relación a las revoluciones comunicacionales de las últimas dos o tres
décadas, las relaciones de interculturalidad a pesar de sus asimetrías en una
sociedad de clases, castas y estamentos (revalorización de sus patrimonios
ancestrales, innovaciones y creatividades). Desde los años 80 en que se
desarrollan algunos intentos de “autocrítica de la ciencia”(occidental), varios
gobiernos y los mismos imperios comienzan a investigar sobre los sistemas de
información y comunicación de los pueblos indígenas y particularmente, el papel
que han cumplido en los procesos de liberación, pero también en el mismo
desarrollo interno de las actuales revoluciones comunicacionales de la era
digital, pasando por el estudio de los idiomas maternos, sus metalenguajes y la
descomunal sabiduría chamánica de todos los tiempos. Todo ello a pesar del
constante epistemicidio – o destrucción del conocimiento milenario- por parte
del colonialismo occidental. En este sentido, la revolución bolivariana al
desafiar la apestante “ideología del fin de la historia”, ha abierto una serie
de compuertas de entrada para refundar –por la vía de la descolonización
progresiva- la interculturalidad del conocimiento y el restablecimiento de los
derechos de la Madre Naturaleza, en una relación distinta del quehacer
cultural, educativo y espiritual.
f)
Frente al atrevimiento hiper-alienante de la dictadura mediática mundial de
sustituir, hasta en la casa las relaciones familiares, comunales, solidarias y
amorosas de la comunicación humana y las relaciones concretas con la gente y
con el cosmos, los animales, las plantas, el paisaje, la educación
intercultural viene ofreciendo una serie de alternativas, restableciendo la voz
directa de los múltiples sujetos inmersos en los complejos procesos
inter-societarios.
g)
En el orden religioso, inter-religioso y espiritual, los pueblos indígenas,
como lo ha reconocido el Papa Francisco y algunas Teologías de la Liberación,
católicas, protestantes, islámicas, judaicas-no sionistas, algunas filosofías
orientales como el budismo, el taoísmo, entre otros, vienen cuestionando las
distintas manifestaciones de fundamentalismos e intolerancias, las agresivas
cruzadas religiosas proselitistas de “la única verdadera” y los mitos de
“pueblo escogido”, “destino manifiesto”, los cuales se asumen como los
mitos-motores del colonialismo de los imperios y del imperialismo. En este
sentido las espiritualidades de los pueblos, de naturaleza no-proselitistas y
asumidos a lo interno más como con-vivenciales, cosmo-vivenciales, antes que
expansivos-dominantes, pueden por tanto ser tomados como referencias para el
diálogo inter-religioso, el diálogo inter-cultural fortaleciendo la diplomacia
de los pueblos y la diplomacia de paz de los países emergentes frente al
imperialismo norteamericano y los imperios occidentales.
En
la revalorización de las microsociedades indígenas, caribes, arawacas y de
lenguas independientes es necesario romper con esa visión eurocentrista de
altas, medias y bajas culturas americanas. Lo cual favorece la perspectiva
expansiva de Occidente, sin ningún respeto tampoco por las llamadas altas y
medianas culturas mesoamericanas y andinas.
h)
Los pueblos indígenas hemos aportado la mayor diversidad agroalimentaria del
planeta. El reservorio de plantas alimenticias y medicinales se hace cada vez
más penoso, cuando el niño y niña y la misma juventud indígena, desconocen
todavía las potencialidades que ofrece su entorno para enfrentar la actual
guerra asimétrica. Sin la papa no hay revolución industrial. Sin el maíz, el
heroico Ejército Rojo no hubiese podido derrotar el nazi-fascismo de Hítler.
2
y 3. Las preguntas generadoras 2 y 3 las dejamos para la investigación y donde
los proyectos educativos por pueblos indígenas y la educación intercultural
bilingüe, la educación intercultural afro venezolana, la educación
intercultural de nuestros campesinos, la agricultura urbana, como brazos de la
descolonización de la revolución bolivariana –pero no los únicos- pueden
arrojar sorprendentes resultados.
Por:
Saúl Rivas Rivas
Fuente:
https://www.aporrea.org/cultura/a280510.html
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