Créditos equivalentes
a préstamos inmobiliarios, matrículas exorbitantes y un sistema de
endeudamiento organizado por el Estado: la educación ha estado en el centro de
los conflictos sociales que se han sucedido en Chile a lo largo de los últimos
30 años.
“Actualmente
yo no sé cuánto debo, porque con los intereses debo más del monto total que
costaba la carrera. Va sumando y sumando y tuve que contratar un
crédito para pagar los intereses de mi primer crédito”, dijo Paulina Gómez,
periodista de 34 años.
Dos
semanas después del comienzo de las protestas en el país, durante una reunión
ciudadana -como tantas que tienen lugar todos los días en Santiago- sobre el
tema del endeudamiento estudiantil, los testimonios se suceden y pintan el
mismo cuadro: relatos de deudas de varias decenas de miles de dólares que
crecen como consecuencia de tasas de interés que asfixian.
Aval
del estado
“A
finales de los 90 los recursos del Estado eran insuficientes para los estudios,
lo que generó este endeudamiento”, explicó Gonzalo Muñoz,
especialista en educación y profesor en la Universidad Diego Portales.
Fue
en esa época en la que nació el CAE (Crédito con Aval del Estado), un
dispositivo financiero que calza perfectamente con el modelo neoliberal
instalado en Chile y que es el centro de la ira de los manifestantes.
Guillermo
Jobia, un jurista de 24 años recientemente recibido, dijo a la AFP que pagó por
estudiar el equivalente a una casa, y eso siendo becario. “Estoy endeudado
hasta 20 millones (unos 27.000 dólares) y creo que no voy a terminar de
reembolsarlo, al menos que gane, no sé, una cosa imposible aquí”.
La
mayoría de los jóvenes chilenos trabajan durante su formación, pero en empleos
precarios de baja remuneración en un país en el que el salario mínimo es de
unos 420 dólares.
A
Paulina la agencia encargada del cobro de las deudas la acosa con cartas y
llamados telefónicos, incluso en su lugar de trabajo. “Los políticos de este
país que se pongan los pantalones y que nos den una solución definitiva para
acabar con esta angustia”, reclama.
Hoy,
Paulina, está preocupada por los estudios de su hijo de 10 años. “En
Chile la enseñanza pública es horrible: 40 alumnos por clase con una sola
maestra”.
La
educación en Chile es como una serpiente de mar que reaparece con cada movimiento
social desde el fin de la dictadura, en 1990, como sucedió en 2006, con la
rebelión de los pingüinos.
Fuente
de la noticia: https://www.laopinion.com.co/mundo/la-educacion-es-foco-de-conflicto-social-en-chile-186540#OP
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