--Llamamos “neoeducación mercantilizante” a un ingreso en la
educación de prácticas que responden a la racionalidad neoliberal en la que se
busca colonizar el pensamiento y aplicar lógicas de mercado a los vínculos que
se construyen en la escuelas, entonces se profundizan propuestas
meritocráticas, individualizantes, que entronizan la competencia entre
estudiantes o que apelan la construcción de un sujeto que se procure por sí y
para sí lo que necesita. Proliferan de esta manera "innovaciones" que
suponen un despliegue de lo "auto": autoemprendedores, autoestima,
autogestión, autoevaluación, y podemos seguir nombrando, todo lo auto se impone
justamente sobre lo colectivo. Este tipo de educación es un caldo de cultivo
para la judicialización de las relaciones en la escuela. La desconfianza como
combustible cotidiano justifica procedimientos administrativos y de control por
sobre estrategias de participación y deliberación. La competencia parece
cotizar más alto que la cooperación y todo esto es tierra fértil para
naturalizar un clima de darwinismo educativo en el que cada cual juega su
juego, se enaltece el esfuerzo individual como única fuente de crecimiento. Y
el mérito se presenta como un asunto absolutamente despojado de las condiciones
que lo hacen factible. Un desprecio por lo colectivo que se reemplaza con la
retórica del "trabajo en equipo" en tanto exigencia exclusiva del
mercado, simulando respeto a lo diverso donde se impone una única versión y
promoviendo contactos efímeros, de escasa implicación.
Por Marcela Martinez
Judicialización de las relaciones escolares. Conversaciones con Philippe Meirieu es un libro coordinado por Gabriel Brener, Gustavo
Galli y Marcela Martínez y fue editado por Noveduc.
Fuente