lunes, 3 de febrero de 2020

La Curiosidad Epistemológica para P Freire


CURIOSIDAD EPISTEMOLÓGICA

Desde sus primeros escritos, la curiosidad es un tema recurrente en la obra de Paulo Freire. La relevancia de la curiosidad para el autor se expresa claramente en el diálogo con Carlos Alberto Torres, publicado en Educação na Cidade. Frente al cuestionamiento “¿Cuál es la herencia de Paulo Freire para nosotros, educadores latinoamericanos y de otras partes del mundo?”, el autor responde: “Pienso que podrá ser dicho cuando ya no esté en el  mundo: Paulo Freire fue un hombre que amó. Él no podía comprender la vida y la existencia humana sin amor y sin la búsqueda de conocimiento. Paulo Freire vivió, amó e intentó saber. Por eso mismo, fue un ser constantemente curioso” .


La curiosidad es conocida por Paulo Freire como una necesidad ontológica que caracteriza el proceso de creación y recreación de la existencia humana. Sin embargo, cuando sobrepasa los límites peculiares del dominio vital la curiosidad se convierte en fundadora de la producción del conocimiento. Fue la capacidad de mirar el mundo de manera curiosa e indagadora, que convirtió a los hombres y mujeres en seres capaces de actuar sobre la realidad para transformarla, transformando igualmente la calidad de la propia curiosidad. En Castas à Cristina, el autor afirma que “es en nuestra condición de seres epistemológicamente curiosos que conocemos, en el sentido de que producimos el conocimiento y no apenas lo almacenamos en la memoria de manera mecánica”.

El tema de la curiosidad es desarrollado en su obra antes de hacerse presente bajo la forma de la expresión curiosidad epistemológica. Al definir la educación como un acto de conocimiento, Paulo Freire hace la denuncia de la pedagogía de la respuesta como fundamento de las prácticas de la educación bancaria (ver ficha), cuyas certezas se revelan castradoras de la curiosidad de los educandos. Al contrario, considera la curiosidad como una especie de antídoto de la certezas y propone que las prácticas de la educación liberadora (ver ficha) potencialicen el carácter desafiante de la curiosidad mediante la pedagogía de la pregunta.

Especialmente en las obras de la década de los años 1990, la curiosidad es tematizada y adjetivada como epistemológica. La creación del término curiosidad epistemológica traduce, en síntesis, el entendimiento de Paulo Freire acerca de la necesaria postura para que el acto de conocer se efectivice en una perspectiva crítica. La  curiosidad epistemológica no es cualquier curiosidad. Es la que está vinculada al difícil, pero placentero, acto de estudiar. Es propia de la conciencia crítica (ver ficha) y se desarrolla en el proceso de concientización (ver ficha). La promoción del paso de la curiosidad ingenua a la curiosidad epistemológica requiere el desarrollo de la rigurosidad metódica (ver ficha) y representa un desafío a la formación de educadores/as.

El énfasis temático atribuido a la curiosidad epistemológica en sus últimas obras puede ser entendido por la recurrencia del uso del término. Al analizarla bajo diversos ángulos, Paulo Freire trae una importante contribución a la formación de educadores y educadoras. Para una profundización conceptual  mayor, se destacan tres importantes referencias. La primera es Pedagogia da pregunta (1985), obra en la que en diálogo con el chileno Faundez refleja las experiencias político pedagógicas realizadas en África, profundizando el entendimiento de las relaciones entre curiosidad, pregunta y construcción del conocimiento.

La segunda referencia es Política e educação (1993), obra en que el autor emplea por la primera vez el término curiosidad epistemológica para expresar de mejor manera la calidad de la curiosidad a la que se refiere, anteriormente adjetivada como radical, rigurosa y exigente, entre otros. Presenta una primera definición del concepto que pasará a ser tematizado en obras posteriores: “La curiosidad de la que hablo no es, obviamente, la curiosidad “desarmada” con la que miro las nubes que se mueven rápidas, expandiéndose unas en las otras, en el fondo azul del cielo. Es la curiosidad  metódica, exigente, que tomando distancia de su objeto, se aproxima de él para conocerlo y hablar de él prudentemente” (p. 116). La tercera referencia es Professora sim, tia não: cartas a quem ousa ensinar (1993), obra en la que Paulo Freire representa la reflexión sobre curiosidad como elemento necesario al acto de estudiar, ratificando el concepto de curiosidad epistemológica. En sus palabras, “es pues, aquella que, tomando distancia del objeto, se aproxima de él con el gusto y el ímpetu de desvelarlo” .

Un análisis sobre la evolución del concepto en la obra del autor, llevando en consideración los diferentes adjetivos que fueron siendo atribuidos por él hasta la creación del término curiosidad epistemológica, puede ser encontrada en Pedagogia da conscientização: um legado de Paulo Freire à formação  de profesores (2001). También, respecto al tema de la curiosidad en la obra de Paulo Freire, es relevante consultar la obra de Hugo Assman, Curiosidade e prazer de aprender: o papel da curiosidade na aprendizagem criativa (2004). El autor destaca la tradición negativa de la curiosidad en el ámbito de las epistemologías racionalistas y enfatiza en el valor positivo de la curiosidad en las formas más complejas de pensamiento. Hay un subcapítulo dedicado al análisis de la curiosidad como “una insistencia explícita” de Paulo Freire. Hugo Assman dedica su obra “In memoriam del maestro y amigo Paulo Freire en el séptimo aniversario de su muerte, 2 de mayo de 2004”.

La curiosidad epistemológica es un elemento indispensable para la formación del/a educador/a, cuya experiencia profesional deberá promover el ejercicio sistemático de la curiosidad en el proceso de pensar y de estudiar la propia práctica.


Autora
Ana Lúcia Souza de Freitas

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