CURIOSIDAD EPISTEMOLÓGICA
Desde sus primeros escritos, la curiosidad
es un tema recurrente en la obra de Paulo Freire. La relevancia de la
curiosidad para el autor se expresa claramente en el diálogo con Carlos Alberto
Torres, publicado en Educação na Cidade. Frente
al cuestionamiento “¿Cuál es la herencia de Paulo Freire para nosotros,
educadores latinoamericanos y de otras partes del mundo?”, el autor responde:
“Pienso que podrá ser dicho cuando ya no esté en el mundo: Paulo Freire fue un hombre que amó. Él
no podía comprender la vida y la existencia humana sin amor y sin la búsqueda
de conocimiento. Paulo Freire vivió, amó e intentó saber. Por eso mismo, fue un
ser constantemente curioso” .
La curiosidad es conocida por Paulo Freire como una
necesidad ontológica que caracteriza el proceso de creación y recreación de la
existencia humana. Sin embargo, cuando sobrepasa los límites peculiares del
dominio vital la curiosidad se convierte en fundadora de la producción del
conocimiento. Fue la capacidad de mirar el mundo de manera curiosa e
indagadora, que convirtió a los hombres y mujeres en seres capaces de actuar
sobre la realidad para transformarla, transformando igualmente la calidad de la
propia curiosidad. En Castas à Cristina, el
autor afirma que “es en nuestra condición de seres epistemológicamente curiosos
que conocemos, en el sentido de que producimos el conocimiento y no apenas lo
almacenamos en la memoria de manera mecánica”.
El tema de la curiosidad es desarrollado en su obra antes de
hacerse presente bajo la forma de la expresión curiosidad epistemológica. Al definir la educación como un acto de
conocimiento, Paulo Freire hace la denuncia de la pedagogía de la respuesta
como fundamento de las prácticas de la educación
bancaria (ver ficha), cuyas certezas se revelan castradoras de la
curiosidad de los educandos. Al contrario, considera la curiosidad como una
especie de antídoto de la certezas y
propone que las prácticas de la educación
liberadora (ver ficha) potencialicen el carácter desafiante de la
curiosidad mediante la pedagogía de la pregunta.
Especialmente en las obras de la década de los años 1990, la
curiosidad es tematizada y adjetivada como epistemológica. La creación del
término curiosidad epistemológica traduce,
en síntesis, el entendimiento de Paulo Freire acerca de la necesaria postura
para que el acto de conocer se efectivice en una perspectiva crítica. La curiosidad
epistemológica no es cualquier curiosidad. Es la que está vinculada al
difícil, pero placentero, acto de estudiar. Es propia de la conciencia crítica (ver ficha) y se
desarrolla en el proceso de concientización
(ver ficha). La promoción del paso de la curiosidad
ingenua a la curiosidad
epistemológica requiere el desarrollo de la rigurosidad metódica (ver ficha) y representa un desafío a la formación
de educadores/as.
El énfasis temático atribuido a la curiosidad epistemológica en sus últimas obras puede ser entendido
por la recurrencia del uso del término. Al analizarla bajo diversos ángulos,
Paulo Freire trae una importante contribución a la formación de educadores y
educadoras. Para una profundización conceptual
mayor, se destacan tres importantes referencias. La primera es Pedagogia da pregunta (1985), obra en
la que en diálogo con el chileno Faundez refleja las experiencias político pedagógicas
realizadas en África, profundizando el entendimiento de las relaciones entre
curiosidad, pregunta y construcción del conocimiento.
La segunda referencia es Política
e educação (1993), obra en que el autor emplea por la primera vez el
término curiosidad epistemológica para
expresar de mejor manera la calidad de la curiosidad a la que se refiere,
anteriormente adjetivada como radical, rigurosa y exigente, entre otros.
Presenta una primera definición del concepto que pasará a ser tematizado en
obras posteriores: “La curiosidad de la que hablo no es, obviamente, la
curiosidad “desarmada” con la que miro las nubes que se mueven rápidas,
expandiéndose unas en las otras, en el fondo azul del cielo. Es la
curiosidad metódica, exigente, que
tomando distancia de su objeto, se aproxima de él para conocerlo y hablar de él
prudentemente” (p. 116). La tercera referencia es Professora sim, tia não: cartas a quem ousa ensinar (1993), obra en
la que Paulo Freire representa la reflexión sobre curiosidad como elemento necesario
al acto de estudiar, ratificando el concepto de curiosidad epistemológica. En sus palabras, “es pues, aquella que,
tomando distancia del objeto, se aproxima de él con el gusto y el ímpetu de
desvelarlo” .
Un análisis sobre la evolución del concepto en la obra del
autor, llevando en consideración los diferentes adjetivos que fueron siendo
atribuidos por él hasta la creación del término curiosidad epistemológica, puede ser encontrada en Pedagogia da conscientização: um legado de
Paulo Freire à formação de profesores (2001).
También, respecto al tema de la curiosidad en la obra de Paulo Freire, es
relevante consultar la obra de Hugo Assman, Curiosidade
e prazer de aprender: o papel da curiosidade na aprendizagem criativa (2004).
El autor destaca la tradición negativa de la curiosidad en el ámbito de las
epistemologías racionalistas y enfatiza en el valor positivo de la curiosidad
en las formas más complejas de pensamiento. Hay un subcapítulo dedicado al
análisis de la curiosidad como “una insistencia explícita” de Paulo Freire.
Hugo Assman dedica su obra “In memoriam
del maestro y amigo Paulo Freire en el séptimo aniversario de su muerte, 2 de
mayo de 2004”.
La curiosidad
epistemológica es un elemento indispensable para la formación del/a educador/a,
cuya experiencia profesional deberá promover el ejercicio sistemático de la
curiosidad en el proceso de pensar y de estudiar la propia práctica.
Autora
Ana Lúcia Souza de Freitas
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