lunes, 9 de marzo de 2020

Freire: Domesticación


DOMESTICACIÓN

Se trata de una categoría determinante en el contexto de los escritos, locuciones, seminarios, charlas y manifestaciones de Paulo Freire. Se vincula directamente con otras categorías extremadamente relevantes, que permean todo el pensamiento de este autor, como opresor-oprimido, pedagogía del oprimido, alienación, educación bancaria, acomodación, invasión cultural. Presente desde el inicio de su obra, principalmente en la primera parte de Pedagogia do oprimido, también atraviesa el contenido de los últimos textos escritos, como Pedagogia da indignação.


El término domesticación puede ser definido como un proceso a través del cual se crea una conciencia pasiva de sumisión tanto a las personas como a un sistema, sea social, sea económico o educacional. A pesar de constituir una actitud personal de aceptación sin cuestionamiento de la propia vida y de la realidad, implica una sujeción a un determinado orden social establecido, tomándola como definitiva y permanente y por lo tanto inmutable. A nivel macro social, lleva a la legitimación de una visión neocolonialista, aceptando la dependencia internacional, tomándola como “natural e inevitable”.

Conduce a la acomodación de la persona a los valores vigentes, creando una actitud de internalización de los valores dominantes, lo que impide cualquier cuestionamiento o verbalización capaz de contestar al sistema. Lleva a la pérdida de la subjetividad, haciendo que la persona pierda la capacidad de construcción de un pensamiento crítico, renunciando a su palabra sobre sí mismo, sobre la historia, sobre el mundo. En educación, es la propia negación de la pedagogía de la autonomía. Eliminar cualquier problematización y reacción tanto frente al presente como con relación al futuro, en una actitud de desesperanza y fatalismo frente a la realidad, asumiéndola como estática y definitiva.

En el proceso de educación, el educando es visto como un ser pasivo y sin dominio de la realidad: “a) El educador es quien educa; b) los educandos son los que son educados; (…) c) el educador es el que piensa; los educandos los pensados; (…) j) el educador, finalmente, es el sujeto del proceso; los educandos meros objetos”. Paulo Freire analiza el proceso con la negación del humanismo y de la dialogicidad: “En verdad, la manipulación y la conquista, expresiones de la invasión cultural, y al mismo tiempo instrumentos para mantenerla, no son caminos de liberación. Son caminos de “domesticación”.

El proceso de liberación consiste en transformar la domesticación en camino de concientización: en la medida que surge la conciencia de la contradicción, ésta debe despertar a un proceso de descubrimiento de sí mismo y del mundo: “Su “domesticación” y la domesticación de la realidad, de la cual se les habla como algo estático, puede despertarlos como contradicción de sí mismos y de la realidad”, ambos en proceso de devenir constantes. Siendo que la domesticación es una característica propia de los animales, que no tienen comprensión humana, y por lo tanto se someten a las condiciones impuestas, Paulo Freire, prácticamente siempre emplea el término entre comillas. Ella constituye una negación de lo humano en su plenitud. Se aproxima del entrenamiento en que hay una reproducción mecanicista de actos, sin consciencia de su significado más profundo.

La indignación consiste en la capacidad de superar la dominación- domesticación, construyendo una conciencia y buscando su superación y la emancipación personal y social, transformando la realidad y luchando con la esperanza de construir un nuevo orden y nuevas estructuras. “Como ser humano jamás acepté que mi presencia y mi pasaje por el mundo, estén preestablecidos. Mi comprensión de las relaciones entre subjetividad y objetividad, conciencia y mundo, práctica y teoría, fue siempre dialéctica y  no mecánica”. La domesticación es negación de la subjetividad pues no permite el surgimiento del sujeto como agente creador y transformador de la historia. Se niega intrínsecamente la propia dialéctica. “Incluso cuando se piensa dialéctica, la suya es una “dialéctica domesticada”, como diría Gurvitch. La domesticación convierte a las personas en reaccionarias, pues “pretende frenar el proceso, “domesticar” el tiempo, y así, a los hombres”.

En los textos y en el pensamiento de Paulo Freire hay conceptos elaborados a partir de otros autores como George Gurvitch, Hannah Arendt, Jean-Paul Sartre, Franz Fanon y Antonio Gramsci, entre otros.


Autor Ricardo Rossario

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