Con Zuleika compartimos los avatares de la
resistencia al silenciamiento a la crítica dentro del proceso bolivariano que
intentaba imponerse en el año 2007 y 2008. Zuleika fue protagonista del
movimiento desde abajo, de crítica pública a los errores y desviaciones que
comenzaban a asomarse en el proceso bolivariano. Y ha seguido esa senda, es una
convencida de la necesidad de un cambio radical de la sociedad venezolana.
En la última etapa hemos compartido con ella en el
Foro Venezolano por el Derecho a la Educación, instancia vinculada a la Campaña
Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE). Podemos coincidir o
tener discrepancias con una u otra posición de Zuleika, pero su verticalidad y
humildad militante forma parte de lo que denominamos la corriente
histórico-social por el cambio radical. Por ello, nos pareció importante
entrevistarla para los lectores de Otras Voces en Educación
Zuleika, cuéntanos un poco tu historia de vida,
¿Cómo llegaste a la educación crítica y contestataria, a la lucha gremial?
Después de haber vivido el “Caracazo” estando en el
bachillerato, en la década de los 90 que fue de muchos acontecimientos, pero
sobre todo de mucha lucha en la calle, de protestas ante la situación vivida.
Fue hermosa la disposición de cambio que se había instalado en el imaginario de
la gente a partir de ese acontecimiento y los que ocurrieron posteriormente.
Este proceso de lucha, de rompimiento y derrota del bipartidismo permeaba hacia
un sector importante el de les más jóvenes, que en ese contexto nos volvimos
muy contestatarios y críticos.
Ya en los primeros años del siglo XXI, la
generación de nuevos docentes comenzamos nuestro ejercicio de la profesión en
un escenario complejo y contradictorio. Por un lado, mientras se alababa el
favorecimiento de les docentes a través de los contratos colectivos en el marco
de la dirección de Chávez en el Poder, nosotres teníamos que completar la
jornada laboral en la mayoría de los casos en el sector privado para completar
un ingreso que fuese suficiente para cubrir nuestras necesidades. Mientras se
hablaba con vehemencia de la transformación educativa o del Estado Docente, la
base magisterial se quedaba por fuera de los debates formales.
Esta situación en la que ejercí la docencia
influenció a un importante sector de quienes comenzábamos en el siglo XXI
nuestra praxis educativa. Marcó un rechazo hacia la actuación de las
direcciones sindicales, por el abandono que sentíamos que éramos objeto. Así
fuimos llegando a la lucha desde lejos, entrando por las hendijas, sorteando
obstáculos y, sobre todo muy desamparados de la dirigencia sindical.
Ante el incuria de la praxis sindical que actuaba
sin ningún método de comunicación con la base magisterial, nosotres nos
atrincheramos en las aulas, gente como yo practicábamos una educación
contestaria en un espacio muy pequeño, el aula y la escuela. Mientras los
gremios solo se dedicaban a aplaudir las bondades del gobierno de Chávez por un
lado, o por el otro, a oponerse de tal forma que algunos participaron de
manera activa en el antidemocrático golpe de Estado que pretendía imponer a la
cámara empresarial al frente del país en el año 2002, los docentes más jóvenes
creábamos solos en nuestros espacios educativos lo que pensábamos que era
nuestra propia transformación educativa, nos peleábamos con directores
conservadores, defendíamos con vehemencia nuestras convicciones, pero sin un
espacio orgánico o de articulación.
Pienso que esas pequeñas luchas, que para mí eran
prioritarias, fueron llevándome por aproximaciones sucesivas a “entrar sin
tocar la puerta” en un espacio de lucha de trabajadores de todos los sectores
que fue la Unión Nacional de Trabajadores (UNETE). Eran tiempos que una vanguardia
de los trabajadores echaba mano de una conquista muy importante alcanzada en el
desarrollo de lo que fue el proceso revolucionario que era la democracia
participativa y protagónica que trascendía las propias burocracias sindicales.
Aun la influencia de la actuación de la clase
trabajadora en el desarrollo de lo que fue el paro patronal, conocido como paro
petrolero se sentía y permitía la participación de la base en algún modo. La
UNETE en su momento fue el espacio que parió esta etapa fértil del proceso
revolucionario, conformada por sectores en el que también participaba un sector
crítico, contestatario que defendía la autonomía de la clase trabajadora, pero
que fue desmantelada paulatinamente y, una de las formas que utilizaron fue la
creación de sindicatos paralelos; mecanismo disfrazado de participación que
sentó las bases de un movimiento sindical sin autonomía, burocratizado,
obediente. Así la división fue entre los burócratas sindicales de la derecha
obedientes a Fedecámaras y los burócratas sindicales “revolucionarios”
obedientes al gobierno.
En esta lucha, por supuesto que hemos coincidido en
algunos espacios con direcciones sindicales que nos han demostrado que siempre
actúan por sus intereses y que la base magisterial les importa solo para decir
que tienen una cantidad de afiliados a los que no toman en cuenta.
Orgullosamente pertenezco al movimiento magisterial de base, a quienes hemos
enfrentado no solo las políticas que nos han llevado a la miseria, sino también
a los burócratas sindicales que aún siguen atornillados en sus puestos.
En los últimos años he participado con mucha fuerza
en el conflicto docente que lucha por mejoras salariales, beneficios
contractuales y en defensa de la educación. A lo interno del movimiento he dado
una pelea porque las direcciones sindicales de la derecha no se apropien de
nuestra lucha y las conviertan en plataforma a favor de la política que se
aglutina alrededor de la figura de Juan Guaidó. Ha sido duro por el ataque que
se recibe de las cúpulas del PSUV, la burocracia institucional y de las
expresiones sindicales de los partidos de la derecha tradicional que están en
las federaciones y sindicatos. En eso actúan como un solo cuerpo, en mantener
la polarización que tantos réditos les ha rendido de lado y lado. La pelea del
sector de izquierda no polarizada es la determinación a existir, a estar y a
influir en el movimiento docente de base.
Zuleika ¿Cuáles son los elementos relevantes de la
crisis del sistema educativo venezolano?
Uno de los aspectos más importantes es la desarticulación
y el abandono de las direcciones gremiales a la base docente, esa ausencia
de praxis sindical y gremial deja abandonados a su suerte a centenas de miles
de docentes que luchan solos y sin apoyo contra un sistema que los aplasta. La
otra cara de este aspecto es la ausencia de un espacio tipo movimiento que sea
autónomo e independiente y que actúe frente al desmantelamiento de la educación
venezolana.
Otro elemento son las propias condiciones
materiales de existencia de los docentes. Un gremio maltratado a tal punto
de tener salarios que alcanzan la pírrica suma de 8 dólares mensuales como
promedio, a esa situación se suma en el incumplimiento de las convenciones
colectivas desestimulando aún más a los educadores, que además de ganar
salarios insuficientes ven cada día perder beneficios contractuales en el que
destaca la pérdida de las prestaciones sociales y la garantía de la atención de
la salud. Evidentemente estas condiciones deplorables son un punto importante
en la crisis educativa que ha ocasionado que miles de docentes emigren hacia el
sector informal de la economía e incluso a otros países, muchas veces
lumpen-proletarizados para poder subsistir. Es el equivalente al despido
indirecto y masivo de miles de docentes. Este es un punto álgido de la crisis
educativa actual en Venezuela.
El ausentismo escolar y la reducción de la
matricula han sido una de las consecuencias de la crisis
económica y social que se atraviesa en el país. Estudiantes cuyos padres no
pueden garantizarle el desayuno antes de la hora de entrada al colegio (7:00
a.m) simplemente no asisten a la escuela. Existe un ausentismo regular y
semipermanente que origina una reducción de la matrícula escolar en los hechos,
aunada a la que tiene su génesis en la emigración de venezolanos a causa de la
profunda crisis económica, social y política. En Venezuela el ausentismo
escolar de docentes y estudiantes está transversalizado por Las fallas en los
servicios públicos, la falta de comida y transporte, que dificultan la rutina
escolar.
Desinversión en el sostenimiento de la
infraestructura educativa y una distribución de los recursos que no redunda
en el mejoramiento y mantenimiento de los centros educativos, de recursos
pedagógicos y materiales, sostenimiento de un Programa de Alimentación Escolar
que cubra las necesidades proteicas de estudiantes, docentes excluidos del PAE.
El sostenimiento de la educación es subsidiada con el trabajo casi gratuito de
docentes, pero además también con la “colaboración” de ellos y de padres y
madres en lo que se refiere a materiales de limpieza o complemento de los
alimentos para garantizar que haya almuerzos en las escuelas donde se cumple el
programa.
La formación docente, cada vez más
divorciada de la realidad. No solo porque la educación está pensada y
planificada para la primera y segunda revolución industrial y que la cuarta
revolución industrial ni siquiera sea tema de debate en los centros educativos,
sino que la formación docente está vacía de pedagogía. En los últimos años han
convertido a los docentes en meros repetidores de contenidos, se ha
profundizado el carácter conservador del gremio docente y una educación
positivista y conductista. La escuela hoy más que nunca se ha convertido en un
depósito de niños al cuidado de maestras, que se les pretende controlar hasta
la forma cómo comunicarse con sus estudiantes.
Otro de los elementos es la pérdida de la
autonomía y la ausencia de espacios de intercambio y debate que sirvan
de sistematización del ejercicio de la profesión docente y que sean espacios de
verdadera construcción pedagógica. Hoy prevalece la imposición de
contenidos, los lineamientos bajados como órdenes. Esta práctica se deriva de
la imposición de aspectos tan abstractos y hasta antipedagógicos como lo es la
denominada e inaprensible “pedagogía del amor” en los que existe una
especie de dogmatismo mediocre de quienes han fungido de los pensadores de la
educación venezolana actual.
Quisiera detenerme en un punto importante y que en
mi concepto tiene relevancia suprema. En las escuelas y liceos venezolanos
prevalece una ausencia de democracia. Pasamos de ser un
gremio en el que se ha impuesto una forma de supervisión que no tiene nada que
ver con un acompañamiento pedagógico del quehacer educativo. Les supervisores
se han convertido en una especie de policías del pensamiento. La diversidad de
opiniones es mal vista y, lo que es peor aún, no importa la ideología política
siempre y cuando sea silente y obediente. Esta actuación también se ha
impuesto en la práctica en los liceos a través de la Organización Bolivariana
de Estudiantes (OBE) que se ha convertido en la forma de imponer mecanismos de
captación de jóvenes al partido de gobierno PSUV que es el único partido que
tiene permitido entrar de manera abierta en los liceos y escuelas. La
confiscación de la participación también a través de la Organización
Bolivariana de Familia y que ha servido para que las expresiones del partido y
del gobierno de la base actúen en contra de docentes que levanten la voz ante
las condiciones deplorables en las que viven. Es la imposición de hecho de un
pensamiento único, disfrazado de liberación, de transformación. Este es un tema
que no se aborda con la seriedad que requiere y que merece que lo analicemos
pero que también actuemos en contra de que la escuela se convierta en la forma
de implementación de pensamiento único y de partido único en les estudiantes y
por ende en la juventud.
¿La relación entre el gobierno y los gremios en
Venezuela es fluida? ¿Por qué?
Como aquella vieja canción de Rubén Blades
que dice que “todo es según el color del cristal con que se mida”.
Si la mirada es desde un sindicato nacional como lo es SINAFUM y que es correa
de transmisión de las políticas que en contra de los maestros se imponen, la
relación entre gremios y gobierno es excelente, bueno y fluido.
Si la mirada es desde las federaciones que se dicen
opositoras al gobierno pero no tiene miramientos para acordar a espaldas de
maestros y maestras y que son corresponsables de la miseria en la que está
subsumido el gremio docente, ellos dirán que es una relación que se convierte
en fluida en tanto ellos presionan y que “gracias a su gestión han
logrado beneficios para los docentes”. Pero esta “buena” relación
entre las burocracias sindicales ha sido nefasta para la base magisterial.
Pero si hablamos de la relación del gobierno con la
base magisterial, no solo ha sido nula, sino que es una relación que divide al
gremio. La relación con los que apoyan la gestión ministerial es de jefes a
subordinados. Su relación se centra en “bajar lineamientos y defender su
ejecución con mano dura” en que sus afectos se conviertan en un ejército de
soldados que coadyuven a “hacer entender con autoridad la llamada pedagogía del
amor”. Ni tan siquiera con sus afectos de base tienen un nivel de comunicación,
es la lógica de la obediencia, hablando en sus propios términos sería la
“pedagogía de la obediencia”.
Con el resto del gremio que está en desacuerdo con
los lineamientos emanados desde la cúpula, la relación también es nula, pero
con quienes guardan silencio y no promueven pensamiento crítico. Para el sector
contestatario, la relación del gobierno y el gremio es de persecución,
hostigamiento y abuso de poder a través de lo que es la expresión de la
ampliación del Estado burgués en la base: sus ejes circuitales, de lo que
llaman “fuerzas vivas de la comunidad” o el “Poder Popular” en la que
participan UBCH (del PSUV), miembros del CLAP (También del PSUV), integrantes
de llamados Colectivos (integrantes o aliados del PSUV), maestros “camaradas”
afectos al gobierno y que en ocasiones actúan por encima de la propia dirección
en los centros educativos y los propios cuerpos directivos. En ese caso
la relación pasa de ser nula a ser de maltrato institucional.
¿Consideras que la formación de los y las futuras
maestras(os) se corresponde a las necesidades del país y los desafíos
pedagógicos del siglo XXI?
Alrededor de la formación docente hay mucho debate.
Evidentemente que la formación de los docentes en Venezuela no corresponde ni a
las necesidades del país ni mucho menos a los desafíos pedagógicos del siglo
XXI. En primer lugar porque como veníamos advirtiendo la carrera docente ha
sido tan desvalorizada que no existe una demanda en los sectores de jóvenes que
entra a las universidades para estudiar la carrera docente, que además en los
últimos años se dedicó a graduar una gran cantidad de docentes en educación
integral para el nivel de primaria, olvidándose de las carreras de educación
con especialidades, lo que ha traído como resultado que haya áreas
verdaderamente críticas en relación al número de docentes como es el caso de
las ciencias exactas o de idiomas.
Pero además los programas de formación que han
acogido en sus aulas a los aspirantes a docentes no tienen una praxis
pedagógica en la que se alimente el debate, las formas de aportar ante el
desafío que se presenta sino que más bien pareciera que responde a la
necesidad de llenar el vacío que ha dejado el déficit de docentes, graduaciones
exprés en la que los contenidos se basan en entelequias como la pedagogía del
amor.
No se forma para brindar herramientas de
aprendizaje, para enseñar a aprender y mucho menos para tener una educación
como continuo humano. Se educa para repetir contenidos, se cree que lo
transformador es hablar de manera superficial de temas como el de la
resistencia indígena, creen que es muy revolucionario celebrar el aniversario
de Alí Primera de manera descontextualizada. Es la repetición de contenidos
bajados como lienamientos escolares desde la burocracia ministerial con una
visión trágicamente divorciada de la realidad de les estudiantes
¿Qué ha significado el Coronavirus en lo educativo?
¿Consideras que las medidas educativas tomadas en el marco de la pandemia
afectan al derecho a la educación?
El coronavirus ha estremecido al Mundo y la
educación no escapa a ello. Al plan cocinado a fuego lento de sustituir a los
docentes por herramientas tecnológicos y además recortar presupuestos de
educación, el coronavirus le ha llegado como un acelerador. Sin embargo el
sistema educativo de los distintos países no estaba listo ni preparado para
llevar a cabo la virtualización intempestiva impuesta por el coronavirus.
Evidentemente la brecha social, dejará por fuera
del sistema virtual de educación a millones de estudiantes de las clases más
bajas. Los hijos de trabajadores y de los sectores empobrecidos difícilmente
podrán acceder a una virtualización de la educación, además de tener el riesgo
de hegemonizar todo el pensamiento a través de los contenidos totalmente
impersonales que se les brindará a los niños y jóvenes.
Es así como el derecho a la educación quedará
relegado al poder adquisitivo y la prestación de un servicio de internet. Por
mucho que estemos en nuevos tiempos en la cuarta revolución industrial y que la
tecnología ocupe los espacios, actualmente resulta inviable las clases
virtuales por dejar por fuera a millones de estudiantes.
Por otro lado, en el caso de Venezuela, las clases
que se ofrecen por la televisión estatal están contextualizadas en una mera
repetición de contenidos, en una visión de la escuela conductista y
positivista, sino que además se transmiten contenidos falsos y equivocados.
Recientemente se hizo viral la clase que se transmitió desde el canal del
Estado en el que la persona que fungía de docente decía que la Represa
Hidroeléctrica del Guri es la que distribuye el agua a los hogares del país que
una vez llegada a nuestras casas nosotres la convertíamos en potable, lo cual
es absolutamente falso, o contenidos del área de matemática totalmente
equivocados y con serios errores en los conceptos y procedimientos. Esto da
cuenta de la pobreza educativa con la que se mueve el Ministerio de Educación y
de la deficiente y mediocre formación docente en el contexto educativo actual.
¿Cuáles consideras que son las propuestas más
importantes para iniciar un proceso de transformación radical del sistema
educativo?
El primer paso para iniciar una transformación
radical de la educación consiste en crear y facilitar mecanismos de debates y
aportes entre todes les involucrades en el quehacer educativo para generar un
debate profundo al respecto. Una suerte de constituyente democrática y amplia
educativa en la podamos hacer aportes desde todos los sectores de la educación.
Por supuesto, que el primer paso debe ser mejorar sustancialmente las
condiciones materiales de existencia de los docentes, eso requiere de salarios
que como mínimo cubra la canasta básica.
Lo otro es hacerse sentir desde las bases, desde
quienes estamos al día a día en el aula y que los académicos de la educación
muchas veces se olvidan que somos víctimas de la decadencia del sistema, no los
causantes, sino la consecuencia directa de una educación que no está adecuada a
los nuevos tiempos y que deja por fuera a quienes diariamente se ven las caras
con les niñes y jóvenes. Entrar en un gran debate mundial sobre el tema de la
educación en el momento de lo que algunes denominan la cuarta revolución
industrial ¿Qué pensamos? ¿Qué aportamos para la transformación educativa? ¿Qué
enseñanzas nos deja el Covid-19 en el contexto educativo? ¿Para qué educamos?
¿Cómo aportamos desde una perspectiva de clase y anticapitalista a la
transformación radical de la educación? ¿Qué debates atraviesan a les
juventudes actualmente? ¿Qué decimos ante la privatización de la educación?
Pienso que se debe tejer una relación mundial que
comience por interconectar luchas concretas: salarios para les docentes que
cubran las necesidades materiales, intelectuales y sociales de les docentes a
nivel internacional. La creación de un espacio de les docentes que sea
internacional desde una perspectiva de clase y anticapitalista, es un debate
mundial que nos debemos y que tenemos que llevar adelante con resoluciones que
podamos cumplir desde nuestra autonomía, que está seriamente amenazada con la
virtualización. Hacer un gran movimiento pedagógico global es el
desafío que debemos afrontar hoy.
Fuente
Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina entrevistan para
Otras Voces en Educación
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