El 5 de octubre, el “día de la educación financiera” (un “día” establecido por la Comisión Nacional del Mercado de Valores y el Banco de España), sale a la venta en León la colección Economía Práctica para niños (las niñas parece que no son aptas todavía), de la Fundación Maria Jesús Soto. Los bancos y financieras en todas partes ofrecen múltiples actividades: desde un “Escape Room financiero” de la Fundación Mapfre (y no es irónico), hasta “La salud financiera de los más vulnerables en tiempos de covid” de la Fundación Nantik Lum (esto sí que suena a irónico en estos tiempos).
Mientras, el gobierno británico exige a las escuelas de Inglaterra
que no usen material anticapitalista en la enseñanza. El Ministerio de
Educación de Gordon Brown califica el anticapitalismo como una «postura
política extrema» y lo equipara con la oposición a la libertad de expresión, el
antisemitismo y el apoyo a las actividades ilegales. No deben utilizarlo de
ninguna forma, advierte la guía del Ministerio, incluso “si el material en sí
no es extremo, ya que el uso del mismo podría implicar el respaldo o apoyo de
la organización”. Exige que no sea utilizado como material educativo aquel que
pretenda “eliminar o derrocar el capitalismo”, en una deriva del actual
gobierno calificado como “creciente autoritarismo conservador extremo” que
censura y persigue cada vez más la libertad de expresión y no quiere una
población con educación crítica. “Es otro paso en la guerra cultural que hará
ilegal referirse a grandes partes de la historia y la política británicas,
incluyendo la historia del socialismo británico, el Partido Laborista y el
sindicalismo, que en diferentes momentos han abogado por la abolición del
capitalismo», declaraba recientemente el exportavoz de Economía de la oposición
laborista, John McDonnell.
La pedagogía neoliberal no es sólo destructora de derechos, pretende ser
también productora de un tipo de subjetividad determinada. Educar en el
emprendimiento y la especulación financiera es mucho más que enseñar
determinadas técnicas y conocimientos…, es aprender a tener muy claras las
reglas del capitalismo para ser ganadores en este juego. La ideología
neoliberal se ha convertido en la “razón instrumental” del capitalismo
contemporáneo que estructura y organiza, no sólo la acción de los gobernantes,
sino que éstos establecen que sea la que dirija también la conducta de los
propios gobernados. Esto explica por qué a pesar de las consecuencias
catastróficas a las que han llevado las políticas neoliberales, desde hace 30
años éstas estén cada vez más activas.
La Junta de Castilla y León quiere también implantar este modelo
neoliberal en la escuela desde hace tiempo promocionando el libro inicial de
esta Fundación, Mi primer libro de Economía. Ahorro e inversión (Fundación
que tiene el nombre de su autora, Maria Jesús Soto). Soto es directora de una
entidad financiera que tiene entre su accionariado a Bankia (entre otros
Rodrigo Rato y otros imputados por falsificación de cuentas, administración
desleal, maquinación para alterar el precio de las cosas y apropiación
indebida, que acaban de ser “absueltos”) o a la multinacional Indra Sistemas
(empresa cuyo 27% de beneficios proviene de las ventas de armas). En la
presentación del libro en la Bolsa de Madrid, manifestó que la finalidad de
este libro era “ir extendiendo una cultura financiera desde edades tempranas”.
Efectivamente, este libro subtitulado ¡ahorro e inversión!, no va a
enseñar a los niños y niñas a desentrañar las causas de esta crisis que pagamos
el 99% de la ciudadanía para que pueda seguir enriqueciéndose ese 1% que se
dedica a las finanzas especulativas. Este manual hecho por quienes han sido
responsables del saqueo actual de la economía, de los millones de parados, de
los suicidios por desahucios, de la pobreza que inunda nuestros barrios, no va
a hablar de los responsables, ni de una economía al servicio del bien común.
Parece que ya desde infantil se quiere enseñar a nuestros hijos e hijas a
especular e invertir. Y para eso quién mejor que la directora de una entidad
financiera especializada en productos de inversión.
Mediante estos libros no sólo explicará la economía desde los intereses
de los banqueros y financieros, sino que tendrá ya futuros “clientes cautivos”
adiestrados en fondos de inversión, rentas variables y aquellos productos que
venden estas entidades de especulación. Aprenderán a conocer a la “prima de
riesgo”, el funcionamiento de la bolsa, el ciclo de la inversión. Normalizarán
así estos magníficos contenidos, estas extraordinarios destrezas, estas
imprescindibles competencias y estos necesarios valores para adentrarse y ser
un futuro tiburón financiero en el mundo de la especulación y el pelotazo
bursátil. Negocio redondo para esta financiera y una gran inversión de futuro.
Porque, como explica la propia autora: “No existe ningún libro de estas
características enfocado para niños, que llegue hasta el final del ciclo de la
inversión”. Se expresa sin complejos: el objetivo no es otro que acercar la cultura
financiera para que sea accesible a niños de entre cinco y ocho años de edad.
Busca formar con una base sólida a los futuros consumidores y ahorradores. El
subtítulo del libro es expresivo: Aprende a ser un inversor responsable,
descifrando los enigmas de las finanzas. Por eso, el consejero de Educación de
la Junta de Castilla y León ha destacado este libro como una “excelente forma
de introducir la economía en los más jovencitos”. “Es una gran idea y vengo a
apoyarla”.
Esto se está haciendo en muchas comunidades autónomas. De esta forma los
bancos, con largos historiales de fraude y denunciadas por malas prácticas, han
empezado a impartir lecciones de educación financiera en los centros
educativos. Las principales bancas españolas (BBVA, Santander, La Caixa,
principalmente) están empeñadas en dar en las escuelas clases de educación
financiera gratuitamente y… “por generosidad”. En ayudar a los estudiantes, que
sacaron tan mala nota en el examen PISA de educación financiera de la OCDE (que
con tanta insistencia el BBVA ayudó a financiar y a realizar). La banca,
preocupada por el “analfabetismo financiero” en la educación, pretende que la
ciudadanía crezca aprendiendo a conocer el mundo de sus productos financieros,
no sea que les entre la tentación de volver a engañarles con acciones
preferentes y con productos tóxicos, especialidades a las que se dedicaron
durante tantos años. Estas entidades que abusaron de la población, que no les
han devuelto el dinero de las cláusulas suelo y les obligan a acudir a la vía
judicial para recuperar su dinero, es la que educa a nuestros hijos e hijas.
Está claro: con esta nueva cultura emprendedora con la que gobiernos
conservadores y la banca quiere impregnar a las futuras generaciones desde la
educación infantil hasta la universidad, llegaremos a la excelencia de la
especulación. Los contenidos transversales que deben impregnar todas las
asignaturas ya no son educación para la igualdad, o educación para la paz, o
educación intercultural, no, ¿para qué? Ahora el contenido educativo estrella,
para el que se destinan cientos de miles de euros en programas para
desarrollarlo, en las comunidades autónomas gobernadas por gobiernos
conservadores, es la introducción del espíritu empresarial y bursátil en
nuestro sistema educativo. El consejero de Educación del PP de Murcia presentó
con orgullo hace un tiempo un estudio según el cual la mitad del alumnado de la
comunidad autónoma de la región de Murcia quisiera ser de mayor “empresario”.
La educación pública, pagada por todos y todas, tiene la obligación de
dar una formación integral y promover valores ciudadanos y capacidad crítica.
No se puede transmitir a los niños y niñas una visión falsa de cómo funciona la
sociedad. ¿Qué sociedad pensamos construir si lo que enseñamos es el individualismo
y la competitividad? ¿Quién defenderá los derechos de los trabajadores y
trabajadoras si todo el mundo tiene que tener “mentalidad de empresario”? ¿No
es esto un “adoctrinamiento” neoliberal en el sentido más literal de la
palabra?
La enseñanza tiene que dar una visión global de los conocimientos, de la
historia, de la ciencia y también de la economía, pero no un punto de vista
sesgado desde una sola perspectiva financiera, individualista y competitiva. Lo
más necesario es dar herramientas a nuestro alumnado, para que puedan
defenderse como trabajadores y trabajadoras (que es el que serán la gran
mayoría) ante los abusos de algunas patronales y ante la precariedad
sistemática que está instaurando el capitalismo.
La escuela no puede estar “al servicio de los bancos y las empresas” y
mucho menos los bancos y las empresas tienen que dictar lo que se tiene que
hacer en las escuelas. Es muy peligroso que se implanten objetivos y valores
tan descaradamente al servicio de la ideología más neoliberal que es,
precisamente, la que nos ha llevado a la actual crisis. Deberíamos volver a
enseñar a los niños y niñas la economía real y analizar con ellos y explicarles
cómo en esa economía un uno por ciento de la población explota al noventa y
nueve por ciento restante. Esto, deberíamos aclarárselo, se llama capitalismo.
Y su única solución, les tendríamos que explicar, es salir de él. Incluso
podríamos enseñarles, de nuevo, que esto ya lo dijo un filósofo hace muchos
años: se llamaba Carlos Marx.
Enrique
Díez
Fuente
https://eldiariodelaeducacion.com/2020/10/05/ensenar-a-especular-y-erradicar-el-anticapitalismo-la-nueva-pedagogia-neoliberal-extrema/
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