En estos momentos el arrasador embate neoliberal que estamos viviendo, nos obliga a escoger entre comida o salud, vivienda o educación y demás aspectos básicos de la vida que se han precarizado debido a la crisis económica inducida por el Gobierno nacional. En estos momentos vale la pena preguntarse, ¿cómo es que se posibilita y normaliza la desigualdad en todos los , a tal extremo que incluso después de morir una persona, se prioriza el pago de servicios médicos, sobre la necesidad de un entierro digno?
La naturaleza del neoliberalismo
esta orientada a colocar al capital y la producción de ganancia por encima de
los seres humanos y la naturaleza, a cualquier costo con el fin de maximizar el
beneficio de pocos. Uno de los principales problemas derivados de este modelo,
y que hemos venido experimentado estos últimos 3 años y medio es la incesante
ola de privatizaciones sobre las instituciones de los diferentes estados en
donde este ha golpeado con fuerza.
En Argentina, Bolivia, Brasil,
Ecuador y todos los países en donde en los últimos años se ha visto un vuelco
de gobiernos progresistas hacia gobiernos alineados con el imperialismo, se ha
dado un proceso masivo de privatizaciones que abarcan por igual a las
instituciones públicas de: salud, educación, energías, comunicación, hidrocarburos,
financieras, etc.
La educación pública gratuita y
de calidad es un derecho humano indiscutible que debería ser tomado por los
gobiernos como una prioridad del estado. En estos momentos tristemente no es así, por lo que el mismo
Estado, en el caso de Ecuador, ha generado los mecanismos que perjudican
enormemente a la educación pública, su calidad e incluso llegan a poner en
riesgo el mantenimiento del sistema educativo, como lo es la reducción de
recursos, sea por la vida presupuestaria o mediante el despido de trabajadores
de la educación.
La reducción del presupuesto
universitario y para la educación pública, recientemente aprobado, dificulta
aún más las condiciones para que el sistema educativo ecuatoriano sea realmente
dignas y garantice una educación de calidad para jóvenes, niñas y niños.
El fallo recientemente emitido
por la Corte Constitucional, que permite la reducción de alrededor de 98
millones de dólares al presupuesto educativo y la revocatoria de las medidas
cautelares que exigían al ministro de finanzas Richard Martínez abstenerse de
realizar estas modificaciones, son la clara muestra del nulo interés por
mantener la educación pública desde el Gobierno nacional. El debilitamiento de
la educación pública tiene un claro beneficiario, la educación privada y los
diferentes grupos de poder económicos que convierten a la educación en un
servicio privado.
Si nos planteamos defender a la
educación pública, debemos entender que igual de importante es defender a las
instituciones públicas garantes de derechos frente a la arremetida reaccionaria
del Estado. Si queremos luchar contra el neoliberalismo debemos luchar
contra todas sus formas y expresiones, contra el desmantelamiento del
Estado, contra la política anti derechos, etc.
Ya conocemos casi de memoria los
resultados más palpables del neoliberalismo actuando en el país, miles de
desempleados, trabajo precario, falta de salud, educación y cualquier servicio
público, además de oleadas interminables de gases lacrimógenos, persecución
política, detenciones arbitrarias ante cualquier intento legítimo de protesta
social. Pero
parece que es más difícil ver y comprender los mecanismos por los cuales la
derecha neoliberal se ha hecho a la fuerza con el control del Estado y sus
instituciones. Solamente con el control de cortes, jueces y diferentes
instituciones dentro del Estado, medios de comunicación públicos y privados, es
que la derecha puede precarizar la salud, educación y las vidas en general de
la población con total impunidad.
Por supuesto que hay que defender
a la educación en las calles. Las manifestaciones de toda índole son totalmente
válidas y justificadas para exigirle al Estado que cumpla con brindar educación
gratuita y de calidad. Pero, así como es de enorme importancia el defender la educación
en las calles, también es muy importante defender los servicios públicos del
mismo gobierno neoliberal que quiere acabar con ellos. No es pensable
si quiera que la derecha neoliberal pueda permitirse el lujo de manejar a su
antojo al estado, pues con ello le estaremos permitiendo plenamente acabar con
la salud y educación pública.
Por esto, la defensa de la
educación, y en general de todos los servicios públicos, debe darse desde todos
los frentes posibles. Nos guste
o no, si buscamos plantearnos un proyecto opuesto al neoliberalismo, es
necesario plantearse una agenda política concebida desde la izquierda, la lucha
de clases, el feminismo popular. La historia nos pone una tarea por delante en
cada uno de los espacios en que nos encontramos.
Fuente
https://www.revistacrisis.com/debate-critica/la-educacion-publica-se-defiende-desde-todos-los-frentes
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