lunes, 3 de junio de 2024

FALACIAS DE LA ACTUAL PEDAGOGÍA.

CAPITALISMO NEOLIBERAL EN LA PRÁCTICA DEL AULA ESCOLAR

Miguel Andrés Brenner

IICE. Facultad de Filosofía y Letras. UBA

Junio 2024

La presente práctica pedagógica en el aula escolar no conlleva mejoras

efectivas en los grandes sectores populares de todo el mundo. Sin embargo,

existen durante estos últimos cuarenta años múltiples reformas educativas,

que se “enuncian” con bondades, aunque a través del tiempo no evidencian

una superación del semianalfabetismo de la mayor parte de sus egresados,

tanto de la escuela primaria como de la escuela secundaria. Y la referencia a

dicho semianalfabetismo no excede los parámetros de la era de Gutemberg.

Para ofrecer un pantallazo de la problemática partiremos de nuestro país,

empero, reconociendo que sus interrogantes son mundiales.



En Argentina, para la época del primer peronismo, hay una fuerte presencia

del Estado en el imaginario colectivo, como factor de cohesión social y de las

solidaridades. Es desde el Estado que se diseñan las políticas macro

educativas.

En particular, desde 1989 (globalización), lo público es subsumido, como

tendencia, dentro de los intereses del mercado, en especial del capitalismo

financiero, del dinero que genera más dinero. Se debilita, así, la presencia

del Estado en el imaginario colectivo, como factor de cohesión social y de las

solidaridades. Aparece la categoría “tejido social”, fenómeno lingüístico que

manifiesta el débil sentido de pertenencia a las mismas instituciones del

Estado, pertenencia que solo “pareciera” tender a valorizarse en tanto al

sentido de comunidad que ofrece cada micro escuela. Y señalo que

“pareciera” por cuanto en ocasiones hasta se pone en duda dicha valoración.

Aunque siga existiendo la escuela pública, su privatización no pasa ya por

los carriles del mero incremento de los establecimientos privados, sino

porque el sentido de la misma no parte del Estado, sino del Mercado, en

particular, entre otros, desde los criterios del Banco Mundial y de la OCDE -

Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico de la Unión

Europea-.

La escuela neoliberal capitalista tiende a ser diseñada bajo el perfil

meritocrático de la igualdad de oportunidades, del imperativo individualista

just do it, aún cuando los sociales puntos de partida son injustos.

Veamos cuáles son las capacidades a las que se hace mención en el Diseño

Curricular de la Nueva Escuela Secundaria de CABA (2015: 18-19) 1 que

deben aprender los alumnos.

Así, aparecen diferentes criterios pedagógico/didácticos, a saber:

Aprender a aprender, pero vacío de todo contenido, como una forma sin

contenido. Críticamente afirmamos que un aprendizaje sin contenido es

ciego, no se sabe hacia dónde se dirige, aunque quienes lo diseñan, sí saben

hacia donde se dirige. Es que habilidades sin contenido son ciegas, y

contenidos sin habilidades son vacíos. Precisamente, esas habilidades

adquieren en la actualidad un sentido impuesto por el mercado, perdiéndose

todo tipo de autonomía o soberanía.

Aprendizaje colaborativo instrumental, porque lo que interesa es el cómo

(los procedimientos) y no el qué (los contenidos). En el qué aparecen los

valores, mientras los procedimientos se consideran neutros valorativamente.

Ya nos lo decía la expresión “el medio también es contenido” en la conocida

categoría de Mashall McLuhan, “el medio es el mensaje” de tinte

estrictamente tecnocrático, afirmándolo también como contenido, aunque se

pretenda vaciarlo del mismo en la pedagogía capitalista neoliberal.

Ciertamente, la posición crítica del querido Enrique Dussel hace más que

nada referencia a los contenidos, empero desde Paulo Freire podemos

apreciar que la forma de educar es también contenido ético-político, y de ahí

el título de su primer gran obra teórica “Pedagogía del Oprimido”. Además,

resulta contradictorio un aprendizaje colaborativo dentro de una institución

escolar rígidamente verticalista.

Pensamiento crítico, que también es meramente instrumental, ya que ayuda

a discernir críticamente acerca de los medios-para, pero no hace referencia a

los contenidos. Es que, como señalamos, se separan habilidades de

contenidos.

Aprendizaje por proyectos, al que le dedicaremos la última parte del

presente texto. Son fragmentados o segmentados entre sí, cuya racionalidad

es tecnócrata y operativa. La unidad de sentido no está dada por una

decisión del Estado, sino de los intereses de un mercado que requiere de

trabajadores que piensen en el cómo, pero no en el qué y en el para qué.

Todo ello implicaría:

Actuar autónoma. Crítica que formulo. En realidad, el aprendizaje nunca es

de por sí “autónomo”, se parte de la heteronomía hacia la autonomía, en un

lento proceso de crecimiento. Negar la heteronomía es negar al maestro,

negar al docente. Se identifica la autonomía con el individualismo del

emprendedor, que debe gestionar las consecuencias de sus actos.

Actuar activamente, de forma casi autodidacta, donde el protagonista del

aprendizaje sea el alumno. Crítica que formulo. El problema radica en el

paulatino pasaje de la heteronomía hacia la autonomía, con lo que el mero

criterio autodidacta resulta falaz.

Actuar creativamente. Crítica que formulo. Valga resaltar que ese actuar

tiende a ser solamente procedimental y dentro de los límites de quienes

definen lo que creatividad quiere decir, o sea de los intereses del poder

hegemónico.

Actuar de modo significativo. Crítica que formulo. El problema radica en

quiénes definen lo significativo, o sea, quienes ejercen el poder hegemónico.

Actuar según los intereses de los alumnos. Crítica que formulo. Recordemos

que dichos intereses son siempre acotados por el mismo ejercicio del poder,

así Juan Jacobo Rousseau en el Emilio explica que dichos intereses son de

los del niño de linaje, porque la educación no es para los pobres 2 (o sea que

aquí encuentra su base la pedagogía moderna, aunque en la actualidad

desde la Declaración de Jomtien, Tailandia, 1990, se hable de “Educación

para todos”, una inclusión que resultó excluyente).

Actuar potenciando la capacidad de iniciativa, decisión y comunicación.

Crítica que formulo. En las praxis vigentes las normativas ministeriales son

asfixiantes.

Actuar con criterios de autogestión (individual) de las propias emociones,

garantizando un bienestar meramente subjetivo. Crítica que formulo.

Aunque el ambiente político y económico sea distópico, el alumno

“individuo” debe aprender a autogestionar sus propias emociones (para no

deambular en demasiadas explicaciones, veamos el siguiente ejemplo en un

video de youtube 3 ).

Actuar sin aburrirse, porque el docente cuando transmite, aburre (ejemplo

del discurso dado por Chris Morena ante los más importantes empresarios

de Argentina durante el Coloquio Idea 2017 4 ). Crítica que formulo. O sea,

¿las plataformas digitales no transmitirían nada?, ¿los medios de

comunicación no transmitirían nada?, ¿las redes sociales no transmitirían

nada?, ¿los cantantes de cumbia o de reggaetón no transmitirían nada?, ¿los

partidos políticos no transmitirían nada, aunque fuere negativamente?, etc.

Empero, ¿el único que no debiera transmitir es el maestro? Muy sintomática

dicha apreciación, donde el maestro no debiera ser modelo, sino solamente

guía o facilitador de lo que las empresas privadas en tecnología educativa

diseñan. Conste que el maestro es siempre modelo, pudiendo aún serlo de

manera patológica.

Y dentro de este contexto se apela a la acreditación y certificación

internacional, como lo señalan las normas ISO, que “miden” la eficiencia y

eficacia de un producto en el mercado internacional.

En síntesis, desde las TICs - tecnologías de la información y la

comunicación-, se pretenden adquirir habilidades para saber navegar. Pero,

hay un problema no resuelto: la mayor parte de los niños y adolescentes de

nuestro planeta egresan del sistema escuela sin el dominio básico de los

códigos de la lengua cuyo aprendizaje se le exige, sin aprender a leer

comunitaria y críticamente sus propias condiciones de vida, sin pronunciar

dialógicamente su propia palabra.

Entonces, se nos dice que la escuela actual NO SIRVE, culpabilizando al

maestro. Pero, hete aquí que la mayor parte de los niños y adolescentes del

mundo se encuentran dentro de una “basura” desechable, puesto que la

escuela NO SIRVE. Y, entonces, se nos afirma desde un posicionamiento

tecnocrático que “la escuela es del siglo XIX, los docentes del siglo XX, los

alumnos del siglo XXI”.

Señalemos que algunas de las cualidades pedagógicas podrían ser válidas,

aunque dentro de otra escuela, con sentido liberador.

Mientras los movimientos sociales populares se debiliten, y aún las calles

sean ganadas por movimientos sociales, difícilmente haya una salida

liberadora. Esos movimientos sociales populares actúan fragmentadamente

dentro de un capitalismo globalizado. Así, difícilmente haya una salida

liberadora, pues la tragedia de nuestra época, al decir de Boaventura de

Sousa Santos, es que mientras la dominación está unida, la resistencia se

encuentra fragmentada. 5

Dediquemos, ahora, en el espacio que sigue, un breve párrafo al tan

mentado “aprendizaje basado en proyectos”, dentro de este capitalismo

neoliberal.

Desde fines del siglo XIX hasta la actualidad son varios los teóricos que

referencian al aprendizaje basado en proyectos o al trabajo basado en

proyectos, empero con diferente sentido interpretativo.

John Dewey vio el aprendizaje basado en proyectos como una forma de

preparar a los estudiantes para la participación activa en la democracia

desde las propias formas prácticas de vida y en sus propios intereses.

Comprendía la educación como “crecimiento”, no con el sentido de un

futuro incierto, sino a fin de resolver los problemas del presente. Creía que

este enfoque podía ayudar a desarrollar las habilidades de pensamiento

crítico, resolución de problemas y colaboración que son esenciales para los

ciudadanos responsables. William Kilpatrick fue su discípulo, que

perfeccionó la idea de Dewey 6 .

Hacia fines del siglo XIX, la noción de proyecto adquiere un significado

totalmente diferente a la de la noción de proyecto hacia las postrimerías del

siglo XX en adelante. Es por ello que no se la debe subsumir en aquella

pasada, aunque es lo que usualmente se hace, y con lo que se comete un gran

error, por cuanto ambos conceptos son, en términos de la lógica aristotélica,

equívocos.

Así, trabajemos brevemente las teorías de Jeremy Rifkin, Peter Drucker y

Claus Offe.

Jeremy Rifkin, norteamericano que nace en 1945. En su libro “El fin del

trabajo” (1995) argumenta que la tecnología tiene dos caras: por un lado,

aumenta la productividad y la eficiencia, pero, por otro lado, también

reduce la necesidad de mano de obra humana. El autor predice que la

automatización y la robótica continuarán reemplazando trabajos

tradicionales. Sostiene que la automatización y la tecnología están

eliminando empleos en sectores como la agricultura, la industria y los

servicios. La sobreproducción globalizada e incontrolable está generando

un desempleo estructural. Propone una reducción de la jornada

laboral como mecanismo para el reparto del trabajo. Sugiere un nuevo

contrato social y la potenciación del tercer sector para abordar los desafíos

de la economía posmercado. Los sindicatos, que históricamente han

luchado por los derechos de los trabajadores, podrían enfrentar desafíos

en este nuevo contexto. En lugar de empleos tradicionales a largo plazo,

Rifkin sugiere que las empresas adopten contratos basados en proyectos.

Los trabajadores se involucrarían en proyectos específicos y luego

pasarían a otros proyectos según las necesidades de la empresa 7 .

Peter Drucker, quien nació en Viena en 1909, en su libro “La sociedad

poscapitalista” (1995) propone algo parecido. Imaginó un futuro en el que

el conocimiento, la descentralización y la armonía entre los actores fueran

fundamentales para el éxito en la sociedad poscapitalista. Drucker sostiene

que estamos en medio de un proceso de transformación que podría

completarse en algún momento entre 2010 y 2020. Algunos de los cambios

principales que identifica incluyen: Desaparición de la historia

“occidental”. Drucker argumenta que ya no existe una historia o

civilización “occidental”. En cambio, solo hay historia mundial y

civilización mundial, aunque con influencias occidentales. Valga considerar

la sociedad del saber. Drucker observa la creciente importancia del

conocimiento y la educación en la sociedad. La sociedad poscapitalista se

caracteriza por la primacía del saber y la capacidad de aprender y

adaptarse constantemente. Además, valga considerar la transformación

tecnológica. La adopción de nuevas tecnologías, como la informática y las

comunicaciones, están remodelando la sociedad. Drucker anticipa que esta

tendencia continuará en el futuro 8 .

Claus Offe nació en Berlín en el año 1940. En la entrevista a Claus Offe, uno

de los más reputados analistas de las sociedades capitalistas, se aborda el

tema del futuro del trabajo y del Estado del bienestar. Offe discute las

trampas de la reducción de la jornada laboral y la falsa promesa de libertad

en los contratos de trabajo. A continuación, algunos puntos clave de la

entrevista: Sociedad del Trabajo. Max Weber señaló que en la modernidad

la sociedad valorizó el trabajo como actividad humana básica. Sin embargo,

esto condujo a que la sociedad en su conjunto se convirtiera en una

“sociedad del trabajo”. En la actualidad, se considera culturalmente

evidente que las personas plenamente funcionales son aquellas con

ocupación remunerada. Esto implica una actividad laboral de por vida y sin

alternativa, dentro del marco de los contratos de trabajo. Sin embargo, no

todos tienen la oportunidad de obtener empleo remunerado de manera

fiable y segura. Las circunstancias coyunturales y secundarias hacen que

cada vez sea más dudoso que se pueda trabajar por dinero. Devaluación del

Trabajo no Remunerado: Fuera de la esfera del empleo remunerado, el

trabajo se devalúa. Aquellos que no realizan un trabajo remunerado en el

capitalismo avanzado se consideran inferiores en sentido literal. Estas

personas no pueden participar en pie de igualdad en la producción social y a

menudo dependen de otros miembros de la familia. Offe también discute las

contradicciones inherentes al trabajo capitalista y la relación ambivalente

entre el capitalismo y el Estado del bienestar. En resumen, la entrevista

ofrece una visión crítica sobre el futuro de la sociedad del trabajo y

cuestiona la supuesta libertad que se encuentra en los contratos laborales 9 . 

Concluyendo. La tendencia es que el trabajo del futuro sea a partir de la

relación individual entre el profesional, con alto perfil tecnológico, y la

empresa. Esta última aceptará el “proyecto” convenido con el profesional, el

que culminado, deberá renovarse. No habría más otro tipo de dependencia

entre empresa y trabajador. No existirían más ni sindicatos ni derechos

laborales. Obviamente, el perfil del trabajador sería de alta competencia y

desempeño. Y para la gran camada de trabajadores precarizados, con un

bajo perfil profesional, aparecerían las enormes empresas tecnológicas de

servicios, también con enormes ganancias y sin empleados, al modo de la

uberización del trabajo. O sea, en última instancia, todos serían

monotributistas. Desde este lugar debiéramos comprender en la actualidad

la noción “proyecto”, en vez que desde la perspectiva de John Dewey.


1 https://buenosaires.gob.ar/areas/educacion/nes/pdf/2015/NES-Co-formacion-general_w.pdf

2 Rousseau afirma en “El Emilio” que…

“El pobre no tiene necesidad de educación; la de su estado es forzada y él no sabría alcanzar otra...”

“Escojamos, pues, a un rico; estaremos seguros al menos de haber hecho un hombre más, en lugar

de que un pobre pueda llegar a ser hombre.” “...no me pesa que Emilio tenga linaje.” Rousseau,

Juan Jacobo (2003: 54). El Emilio. Madrid, Biblioteca EDAF. Reconozco que en mis clases, sin

endiosar a uno y diabolizar al otro, panfletariamente digo “viva Comenio, muera Rousseau”, ese

Rousseau que se deshizo de sus cinco hijos.

3 Valga como ejemplo de la educación emocional el siguiente video:

https://www.youtube.com/watch?v=60vxQjYO-Sg&t=243s (consulta: 2/06/2024)

4 https://www.youtube.com/watch?v=cyiN13dtX30&t=406s (consulta: 2/06/2024)

5 https://www.gaceta.unam.mx/tragedia-actual-la-dominacion-esta-unida-y-la-resistencia-

fragmentada/ (consulta: 2/06/2024)

6 Veamos dos textos de John Dewey: “Experiencia y educación”. El otro es “Democracia y

educación”.


https://convivenciajt.weebly.com/uploads/2/6/7/3/26732425/dewey_1945_cap_2._necesidad_de_una_

teora_de_la_experiencia_y_cap_3._criterios_de_la_experiencia.pdf y

https://circulosemiotico.wordpress.com/wp-content/uploads/2012/10/dewey-john-democracia-y-

educacion.pdf

7 Rifkin, Jeremy. “El fin del trabajo.” https://colegiodehistoria.wordpress.com/wp-

content/uploads/2017/07/jeremy-rifkin-el-fin-del-trabajo-1.pdf

8 Drucker, Peter. “La sociedad poscapitalista.”

https://archive.org/details/lasociedadpostca0000druc/page/n1/mode/2up

8 Offe, Claus (2023). “¿Tiene futuro la sociedad del trabajo? Entrevista a Claus Offe”

https://www.sinpermiso.info/textos/tiene-futuro-la-sociedad-del-trabajo-entrevista-a-claus-offe

jueves, 25 de enero de 2024

POLÍTICAS EDUCATIVAS. MILEI: EL CASO LA LIBERTAD AVANZA

Por: Miguel Andrés Brenner

Facultad de Filosofía y Letras

Universidad de Buenos Aires

2024


“Llegué a Chile de cuerpo entero. Pasión, nostalgia, tristeza, esperanza, deseos, sueños rotos, pero no deshechos, ofensas, saberes acumulados, en las innúmeras tramas vividas, disponibilidad para la vida, temores, recelos, dudas, voluntad de vivir y de amar Esperanza, sobre todo.” Freire, Paulo (1992: 53)

“¿Qué clase de educador sería si no me sintiera movido por el impulso que me hace buscar, sin mentir, argumentos convincentes en defensa de los sueños por los que lucho? En la defensa de la razón de ser de la esperanza con que actúo como educador.” Freire, Paulo (1992: 108)


No voy a mencionar todas las modificaciones que pretende Javier Milei en materia educativa, puesto que, en otros de mis textos, aún antes de la “explosión de La Libertad Avanza”, ya los he trabajado desde una perspectiva crítica al capitalismo neoliberal. Solamente algunas cuestiones práxicas e ideológicas.



Es interesante el fenómeno libertario en Argentina. A saber, logró 37 diputados, sobre un total de 257. También 8 senadores, sobre un total de 72. Y en el ballottage se impuso por 55,69% o sea por un 11,53% más sobre su contendiente, quien obtuvo un 44, 23% de los electores. En las elecciones jurisdiccionales no triunfó, mas bien lo hicieron los caudillos locales, más allá del perfil de cada uno de ellos. A partir de aquí, arriesgo la siguiente interpretación.

Como extrema derecha, La Libertad Avanza, liderada por Javier Milei, en la primera vuelta, según la preferencia de los electores sufrió una fuerte derrota, revertida sustancialmente en la segunda vuelta electoral. ¿Por qué? No por la idoneidad política o moral de los candidatos electos, empero sí por el rechazo a la línea política que se presentaba como contendiente en la segunda vuelta, manifestada en la expresión “hay que probar algo diferente” y en contra de la “casta política”, sin otro aditamento valorativo o ideológico. Tampoco como partido político enraizado o movimiento social, sino como un “individuo que salva”. Así, se da una fragmentación política, que se sustenta en una fuerte fragmentación social. Pero, la fragmentación política resulta “in extremis”, como si casi “uno solo” pudiera resolver los problemas estructurales de nuestro país, ya que no obtuvo la gobernación de ninguna provincia como tampoco la jefatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Obvio, como no se puede gobernar solo, aunque se haya denigrado a lo que Milei denomina “casta”, a partir de aquí requiere una serie de alianzas que nada tienen que ver con el estamento denominado “casta”, optando por una radicalísima opción capitalista neoliberal.

Ello quiere decir que el sostén de Milei tiene que ver con voluntades individuales, tan frágiles como su apoyo, sustentado en una suma de esperanzas individuales, amén de corporaciones mediáticas interesadas y algoritmos digitales de las correspondientes redes sociales. No son aquí los partidos políticos ni las clases sociales quienes entran en juego; aquellos pretenden ser marginados, aunque no se les pueda negar plenamente ningún rol. Las mencionadas voluntades individuales son cooptadas por las noticias falsas, amén de la negación del compromiso cara-a-cara en sus relaciones, con lo que podemos afirmar que la “banalidad del mal” explicada por Hannah Arendt tiende a ser reemplazada por la misma negación del mal, puesto que se promueve un discurso de odio y violencia ante todo en las redes desde una perspectiva individualista/hedonista donde el “miedo” es horizonte de acción y decisión que, en última instancia, es “miedo al otro”, es decir, negación de todo tipo de vida comunitaria, con las fuertes secuelas de inseguridad a causa del debilitamiento de la cohesión social y de las identidades, donde la tendencia es a que cada uno, solo, se someta  a un mercado crecientemente menos acogedor. Y dicha negación del mal hace a la negación del genocidio socioeconómico, del genocidio ambiental, del genocidio racial, la xenofobia y el resentimiento, entre otros. Valgan como ejemplos las afirmaciones cargadas de sadismo, con tono provocador que apela a las emociones y no a la racionalidad, tanto del brasileño Jair Bolsonaro como del argentino Javier Milei. En este sentido, la pretendida negación del Estado por cuanto uno sería dueño de su propia vida individual, de su propio cuerpo, de su ámbito privado, y ese Estado no tendría por qué entrometerse, como si el Mercado no manejara las fibras más íntimas de la más profunda intimidad. Es una rebeldía que aparenta un fuerte rechazo a lo establecido.

La misma expresión “comunidad imaginada” acuñada por Benedict Anderson, que en este momento no discutiremos, comienza a “hacer agua”. Es un capitalismo neoliberal, bajo la apoteosis del mercado y la consideración de lo humano desde el punto de vista del capital. La teoría del capital humano fue desarrollada por primera vez desde Gary Becker en la década de 1960. Becker argumentaba que los individuos, al igual que los empresarios, toman decisiones racionales sobre la inversión en capital humano. Estas decisiones se basan en el cálculo de los beneficios esperados de la inversión, que se traducen en mayores ingresos, mejores oportunidades de empleo y una mayor satisfacción personal. La teoría del capital humano ha sido criticada por varios motivos. Una de las críticas más comunes es que no tiene en cuenta los efectos no pecuniarios de la educación, como el desarrollo personal y social. Otra crítica es que no tiene en cuenta las injusticias en el acceso a la educación y su desempeño. Algo similar sostiene la posición de Theodore Schultz, quien obtuvo el Premio Knobel de economía en 1979. Y de ahí que el gobierno de Javier Milei instituye el Ministerio de Capital Humano, que concentra bajo su égida las siguientes secretarías: de educación, de trabajo, de desarrollo social, de niñez y familia. Esto significa que tanto educación, como trabajo, como desarrollo social, como minoridad y familia tienen una mirada desde la productividad y el lucro.  Las teorías de Becker y de Schultz son similares, con alguna diferencia. Teoría de Becker: Los individuos son racionales y toman decisiones sobre la inversión en capital humano en función de los beneficios esperados. Teoría de Schultz: Los individuos pueden estar influenciados ante todo por factores económicos, aunque también puedan incidir algunos no económicos, como las preferencias culturales o las desigualdades en el acceso a la educación. Mas, ante todo, se reduce al ser humano a una variable de cálculo. 

Hay una aparente desconexión entre la teoría del capital humano y la necesidad de nación que se entrevé fuertemente en el festejo del campeonato mundial de fútbol logrado por el equipo argentino en diciembre de 2022. Es que dicha teoría en su praxis en la Argentina actual es debido a una imposición político formal sustentada en algoritmos que se recrean en las redes digitales o sociales, mientras que la apoteosis del triunfo se encuadra en un sentir de nación.

Y en cuanto al último concepto mencionado, ¿qué problemática apreciamos? La noción de comunidad imaginada de Benedict Anderson es un concepto que describe a las naciones como comunidades construidas socialmente, es decir, imaginadas por las personas que se perciben a sí mismas como parte de este grupo. Anderson desarrolla este concepto en su libro “Comunidades imaginadas”.

Según Anderson, las naciones son comunidades porque comparten una serie de elementos comunes, como una lengua, una historia, una cultura y un territorio. Sin embargo, estas comunidades son también imaginadas porque sus miembros no se conocen personalmente y, a menudo, viven en lugares muy distantes.

La noción de comunidad imaginada de Benedict Anderson puede favorecer el progreso de una nación de varias maneras.

En primer lugar, el sentido de identidad nacional puede proporcionar a las personas un sentido de propósito y pertenencia. Esto puede motivar a las personas a trabajar juntas para alcanzar objetivos comunes, como el desarrollo económico, la educación y la protección del medio ambiente. Obvio que esto es cuestionable en la actualidad en nuestros países.

En segundo lugar, el sentido de identidad nacional puede ayudar a crear un clima de cooperación y tolerancia. Cuando las personas se sienten parte de una misma comunidad, son más propensas a respetar las diferencias y a trabajar juntas para resolver problemas. También esto resulta cuestionable.

En tercer lugar, el sentido de identidad nacional puede ayudar a promover la paz y la estabilidad. Cuando las personas se sienten parte de una misma nación, son menos propensas a recurrir a la violencia para resolver sus diferencias. Valga la misma crítica, amén de que puede conducir a la exclusión social de quienes no se identifican con la comunidad imaginada.

Y lo más grave de la presente interpretación es que en realidad las personas se reducen a meros individuos como fragmentos sociales, imposible de armar como si fueran un juego de rompecabezas.

Hablar, entonces, de “comunidad” pareciera ser como un artilugio idealista. Cuando Enrique Dussel refiere a la “comunidad de víctimas” no hace referencia a una comunidad imaginada desde los cánones del ejercicio del poder, sino desde la praxis de la opresión, su resistencia y la liberación. Más aún, la misma noción de pueblo tiende a ser negada, como la praxis de las clases sociales en su sentido dialéctico. Dentro de este panorama de represión capitalista neoliberal, Anderson publica su conocido libro.

Además, hay otra cuestión gravísima dentro de las consideraciones que estamos realizando, y es la siguiente: considerar a la nación a modo de una comunidad imaginada no tiene en cuenta que la misma nación ni imaginada es una mera entelequia, puesto que así misma vista, niega de hecho que su trama se encuentra dentro de variadas praxis políticas donde se conjugan tanto entramados colonizadores como descolonizadores a nivel global y con fuerza en el presente auge de las extremas derechas.

En el caso concreto de Argentina, el Ministerio de Capital Humano sería un pivote que vendría a solucionar uno de sus problemas macro. Pero, tengamos en cuenta que los países de la región carecen de la inflación como problema similar al nuestro de este ámbito del sur, la deuda externa no se hace tan acuciante, aunque tienen todos cierto déficit fiscal, y aún hay países en los que éste es mayor que el de Argentina, empero nuestro país tiene al respecto serios problemas, es que no puede continuar endeudándose constantemente. Y, hay algo muy interesante, los cientos de miles de millones de dólares que adeuda nuestro país, a partir de 1976, no es materia de investigación de La Libertad Avanza en cuanto a quienes fueron y quienes son los actuales tenedores de sus activos, es que “un ladrón no se va a investigar a sí mismo”. Igualmente, más allá del fenómeno macro de la economía de cada país, la situación socioestructural de sus poblaciones sigue permaneciendo en zonas de aguda injusticia, por lo que lo macro, si funciona según los cánones del presente capitalismo no es condición suficiente para mejorar el “bien estar” de sus pueblos.

Y el “bien estar” aludido implica de base procesos históricos espaciales de lucha. La libertad personal es comunitaria, no mero segmento individual. En tal sentido la libertad es consecuencia de la justicia, y no a la inversa, como proclama la extrema derecha.

Desmond Mpilo Tutu (Premio Nobel de la Paz 1984, por su constante lucha contra el apartheid), define así este concepto:

“Una persona con ubuntu es abierta y está disponible para los demás, respalda a los demás, no se siente amenazado cuando otros son capaces y son buenos en algo, porque está seguro de sí mismo ya que sabe que pertenece a una gran totalidad, que decrece cuando otras personas son humilladas o menospreciadas, cuando otros son torturados u oprimidos.”Desmond Mpilo Tutu fue un arzobispo anglicano sudafricano, teólogo y activista de los derechos humanos que desempeñó un papel fundamental en la lucha contra el apartheid. Fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1984 por sus esfuerzos para poner fin a la segregación racial y la discriminación en Sudáfrica. Desmond Mpilo Tutu afirmó: "Yo solo soy si tú también eres". Esta afirmación es una expresión del concepto africano de Ubuntu, que significa "yo soy porque tú eres". Ubuntu es una filosofía que enfatiza la interconexión y la interdependencia de todos los seres humanos. Se basa en la creencia de que todos somos parte de una comunidad y que nuestra humanidad está ligada a la humanidad de los demás.

La riqueza de las naciones proclamada en el siglo XVII por Adam Smith se resolvería a futuro, a un futuro incierto, siempre y cuando la no intervención del Estado permitiera funcionar a las leyes del mercado, como una especie de determinismo histórico, época en que aún no se daba la vigencia de la concentración mercantil a modo de monopolios o similares. Por supuesto, “ese” futuro nunca llegaba a futuro. Es que la justicia siempre es social, y la libertad personal es una consecuencia de aquella. Esta última, considerada individualmente, parte de átomos que, como dijimos anteriormente, son incapaces de rearmar un rompecabezas existente solamente en un imaginario, el de quienes justifican el “mal estar” de los pueblos. La libertad personal es consecuencia de la justicia social, y no a la inversa, pues los individuos o el individuo carece de existencia, salvo en el artilugio de una “falsa conciencia”.







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