¿Qué roles le corresponden al docente que se desenvuelve en medio de una Didáctica Crítica? ¿Puede ser un docente dogmático y crítico? ¿Cuál es el sentido de “reflexión y vigilancia”? ¿Qué significa “identificarse con el contrario”? ¿Qué se entiende por “Didáctica crítica”?
“Cuanto más investigo
el pensar del pueblo con él, tanto más nos educamos juntos.
Cuanto más nos
educamos, tanto más continuamos investigando” Freire
Desde la perspectiva teórica de la Didáctica Crítica,
se aborda el rol que deben desempeñar las profesoras y profesores. Por una
parte asumiendo un papel científico: la o el docente es un científico del aula,
porque relaciona la teoría con la práctica, analiza el aula desde diversas
posiciones teóricas, que a su vez le permiten una praxis educativa.
La o el docente tiende a desenvolverse dentro de la Didáctica Crítica,
porque hace de la reflexión teórica un instrumento de acción. Es decir,
visualiza la educación como un fenómeno social y por ello entiende que dentro
del salón de clases, debe considerar niveles de análisis que le permitan
entender al aula como una realidad específica, lo social como subconjunto de lo
ambiental y lo escolar como subconjunto de lo institucional. A su vez, comprende
que el proceso de aprendizaje y enseñanza, se encuentra vinculado a aspectos
propios de la docencia como la finalidad, la autoridad, las interacciones y el
currículo. Así como asumen el rol de agentes de transformación. Pansza, Pérez y
Morán, afirman que la educación escolarizada, puede ser vivida como una
instancia enajenante, que nos integra acríticamente a un sistema, o como una
instancia liberadora. Para estos educadores, desde una de las problemáticas de
la didáctica, entendida como una disciplina comprometida y crítica que aborda
el problema de la enseñanza y el aprendizaje, es posible pensar en
transformaciones desde el interior de la práctica educativa. Un tercer rol de
la o el docente que internaliza la Didáctica Crítica, es la resistencia a la educación
bancaria de la que habla Freire, porta conciencia crítica entre las y los
discentes, combate la actitud de quienes aun están sumergidos dentro de la
educación neocolonizada y por último, es parte y arte en la construcción de un
currículo crítico.
Didáctica Crítica
versus educación bancaria
En su libro “La educación como práctica de libertad”, Freire
quiere que el oprimido adquiera una conciencia crítica: parte de una propuesta
dialógica y antiautoritaria. Este pedagogo brasileño, dice que las personas han
nacido para comunicarse entre ellas. Esto es posible mediante una pedagogía
para la libertad. Para
ello, se necesita una sociedad con condiciones favorables, sociales, políticas
y económicas. Se precisa una filosofía de la educación que piense como el
oprimido y no para el oprimido. A través de la alfabetización se concienciará a
las personas, para llegar a la democracia que rompa con los esquemas de la
sociedad hermética. La pedagogía de Freire, podría denominarse como la
pedagogía de la conciencia.
Para Freire, el oprimido tiene que liberarse
psicológicamente para no convertirse en opresor porque ellos tienden a “identificarse con su contrario”.
Como ejemplo concreto, Freire menciona el caso de los
oprimidos que quieren la reforma agraria, “no
para liberarse, sino para poseer tierras y, con éstas, transformarse en
propietarios o, en forma más precisa, en patrones de nuevos empleados”.
Ambos, los opresores y los oprimidos, temen a la libertad, pero por razones
diferentes. “En los oprimidos el miedo a
la libertad es el miedo de asumirla. En los opresores el miedo de perder la
“libertad” de oprimir”.
Debe plantearse una educación que habilite al hombre para la
discusión valiente de su problemática, de su inserción en esta problemática,
que le advierta de los peligros de su tiempo para que, consciente de ellos,
gane la fuerza y el valor para luchar. Educación que lo coloque en diálogo
constante con el otro, que lo predisponga a constantes revisiones, a análisis
críticos de sus descubrimientos, a una cierta rebeldía, en el sentido más
humano de la expresión; que lo identifique, en fin, con métodos y procesos
científicos. Para Rodríguez Rojo la relación entre teoría y práctica de la Didáctica Crítica,
no se reduce a ilustrar la conciencia de lo práctico sobre los límites de la
acción pedagógica, sino que incluye preconceptos de la teoría, modelos y
concepciones fundadas de una praxis diferente, de una escuela y de una
enseñanza más humana y democrática, así como formas de cooperación entre la
praxis y la teoría. Este
educador español define la
Didáctica Crítica de la siguiente manera:
Se entiende por
Didáctica Crítica la ciencia teórico-práctica que orienta la acción formativa,
en un contexto de enseñanza-aprendizaje, mediante procesos tendencialmente simétricos
de comunicación social, desde el horizonte de una racionalidad emancipadora.
La docente y el docente científico, como profesionales
interpretantes de los datos emanados del salón de clases buscan explicaciones
y/o soluciones a los sucesos del aula. Es decir, la o el docente científico,
construye objetos como producto del trabajo intelectual vinculado a la
actividad docente y por ello, comprende que el aula es un espacio social que le
permitirá crear productos teóricos hallando explicaciones y/o soluciones
emanadas de los cuestionamientos críticos que la maestra o el maestro realice.
Por lo tanto, la
Didáctica Crítica plantea la conversión del docente
dogmático, por una o un profesional de la educación fuertemente interesada o
interesado por cuestionar el proceso de aprendizaje y enseñanza y en pos de
lograr conciencia crítica de su acción docente al someter su ejercicio a
continua reflexión y vigilancia, con el fin de construir lo científico en la
educación.
La o el docente con interés por la Didáctica Crítica,
entiende y realiza su práctica educativa interrrelacionando la teoría, la
investigación y la práctica bajo la perspectiva indisoluble que le permita
abordar el salón de clases analizando e interpretando el contexto, la
institución y el aula con el fin de construir estrategias didácticas coherentes
y propiciadoras del desarrollo integral de la propia maestra, del propio
maestro, de sus colegas y de las alumnas y alumnos.
La profesora o el profesor que se dirija desde la Didáctica Crítica
entiende que no se puede seguir actuando en el aula promoviendo el dogmatismo,
con ausencia de conciencia histórica y social y pensar en los contenidos como
desconectados unos de otros como productos impersonales, ahistóricos y
descontextualizados. La o el docente que busca explicaciones y/o soluciones a
los hechos del salón de clases, capta la posibilidad de transformar los roles y
vínculos dentro del aula. Por ejemplo, visualiza que el mundo actual requiere
de personas críticas y creadoras de alternativas nuevas, que dan solución a los
problemas del mundo actual, por ello replantea la posibilidad de cambiar los
vínculos de pasividad que se da en muchos estudiantes, por vínculos de
cooperación e igualdad que conlleven a una forma de asimilar la información con
la disyuntiva de construir con ella conocimientos que habiliten al alumno en el
saber hacer y en saber ser.
A su vez, para Rodríguez Ebrard (2008), la o el docente
cuestiona el ejercicio de su autoridad, con el fin de descubrir cómo impacta
ésta el proceso de aprendizaje y enseñanza, es decir, hay que preguntar si por
medio del ejercicio de la autoridad se promueve vínculos de dependencia, los
cuales a su vez conducen a una educación bancaria4 donde el alumno conciderado
como el depositario de los conocimientos de la profesora o profesor.
La y el maestro crítico, cuestionan y reflexionan sobre su
manera y el modo en que otras y otros perciben la educación, el aprendizaje, la
ciencia, la didáctica, la investigación y muchos otros conceptos que determinan
la forma de actuar. Son muchos los obstáculos; nuestra propia concepción de la
investigación y las actitudes resultantes respecto de ésta; las concepciones y
actitudes de las alumnas y los alumnos; nuestras formas anquilosadas de
acercarnos a la realidad; nuestra ceguera para ver más allá de lo que nuestros
ojos ven; nuestra carencia de habilidad para analizar, sintetizar, interpretar,
relacionar, anticipar, etc. Sólo nuestra praxis pedagógica, nuestro quehacer
teórico-práctico (reflexión crítica y retorno a la acción) puede ayudarnos a
salvar lenta pero seguramente, estos obstáculos. Sin embargo, la tarea por
realizar de profesoras, profesores, alumnas y alumnos sigue y seguirá siendo
investigar para conocer, para hacer ciencia, para transformar a sí mismos y a
su realidad.
Desde esta postura, se concibe, a la didáctica como un
pensar y actuar científico que reelabora y cuestiona a la luz de los datos
surgidos de la propia investigación, por ello, el profesor internaliza el reto
de hacer ciencia porque problematiza y soluciona los desafíos supone su acción
docente. Rodríguez Marcos dice “este flujo bidireccional
teoría-práctica, este intercambio crítico-reflexivo- constructivo de la acción
docente-discente, es la base del objeto específico de la didáctica como ciencia
y arte de la enseñanza”.
Extraído de
La Didáctica Crítica, critica la crítica educación bancaria
Alí Ramón Rojas Olaya
Departamento de Matemática y Física
Instituto Pedagógico de Caracas
Universidad Pedagógica Experimental Libertador
En Revista de Investigación Educativa
Integra Educativa 4
Tema: Pedagogía y Didáctica Crítica