lunes, 16 de octubre de 2017

Idea de COLECTIVO, para P Freire

Para Paulo Freire la educación es un acto político, por lo tanto un trabajo colectivo, que reeduca a todos los sujetos y actores involucrados. Implica una postura y una actitud frente al mundo y al hombre, que son diferentes unos de los otros, con sus culturas y creencias. No son las teorías modernas o los conceptos abstractos que educan.

Es la práctica concreta que, al ser pensada a la luz de la teoría, transforma la realidad histórica de cada pueblo. En suma, esta es la pedagogía de Paulo Freire -una praxis transformadora de las estructuras y de las personas, presente en todas sus obras, especialmente en Pedagogía do oprimido, Educação como prática da liberdade, Pedagogia da autonomía y Pedagogia da esperança. É
l siempre afirmó que no era creador de un “método de alfabetización o de concientización”, sino lo que proponía como educador de la liberación de los oprimidos era un conjunto de principios, de valores pedagógicos respaldados por la realidad histórica. No es posible hablar de Paulo Freire sin mirar nuestra práctica educativa, manchada de autoritarismo y de opresión. Y eso duele mucho porque implica descubrir y liberar las prácticas del opresor que impregnamos dentro de nosotros mismos.
La pedagogía de Freire es una pedagogía colectiva, radical, innovadora y liberadora que propone subvertir el orden social vigente en todos sus niveles: personal, micro y macro estructural. No es una didáctica o una táctica política. Incluso si un conjunto de técnicas o de pequeñas acciones como el debate en círculos, la forma de coordinar una planificación, un curso de capacitación, una reunión de padres o de un gremio estudiantil, la distribución colectiva de tareas para profesores, funcionarios y alumnos en la realización de un evento y el estudio de pequeños grupos, hacen parte del ejercicio democrático, del combate al autoritarismo y por lo tanto, de la desconcentración del poder.
El trabajo colectivo ayuda a construir autonomía con responsabilidad. Desafía la superación de los límites personales y valoriza la actuación de cada trabajador/educador que tenga como compromiso la práctica de una pedagogía de la liberación o de la “educación como práctica de la libertad”. En el trabajo colectivo podemos ejercitar su “teoría de la acción dialógica” que presupone dos momentos fundamentales: el reconocimiento de la deshumanización y el compromiso colectivo con un proceso de humanización del hombre, que sólo se puede dar en las actividades colectivas.
Ambos, construidos dialógicamente, en un proceso de problematización que relaciona los hechos de la realidad histórica entre sí, con sus causas y efectos; lo simple y lo complejo; lo local y lo global, lo nuevo y lo viejo. En ese momento se promueve la aproximación entre teoría y práctica, se permite comprender mejor el funcionamiento de la sociedad en la medida que va desnudando la realidad. 98 En sus propias palabras: “No hay utopía verdadera fuera de la tensión entre la denuncia de un presente, que se hace cada vez más intolerable y el anuncio de un futuro a ser creado, construido política, estética y éticamente, por nosotros, mujeres y hombres” .
El paso que se debe dar, en la perspectiva freiriana, presupone riesgos, porque lo nuevo no está listo y acabado, necesita ser construido desde el proyecto hasta la ejecución. Y eso da miedo. Muchas personas prefieren llevar una vida mediocre para no correr riesgos, no salir de lo mismo. Pero la construcción de lo nuevo exige osadía, creatividad, valentía, respeto por lo diferente. Exige romper con prácticas y costumbres enraizadas. Paulo Freire decía que la lucha de clases es uno de los motores que mueve al mundo, pero no es el único. Y él, con mucha sabiduría y experiencia de liberación colectiva, reservó a la capacidad de soñar, la calidad de motor fundamental para la construcción histórica de una nueva sociedad. Para el desarrollo de una pedagogía de la liberación, Paulo Freire no presenta en sus obras categorías puras. Pero podemos destacar algunos valores y principios pedagógicos fundamentales.
El más importante de ellos, que está presente en casi todas sus obras, es la dialogicidad, porque para él el diálogo es la matriz de la democracia. El segundo es el trabajo colectivo, junto con el respeto al conocimiento hecho en la experiencia vivida de cada sujeto: “Nadie educa a nadie, nadie se educa solo; las personas se educan entre sí, mediatizadas por el mundo”. Y además podemos agregar: la ética, la tolerancia, la política, la esperanza y la capacidad de indignación y autonomía.
Todos esos principios constituyen los “ladrillos” en la construcción del protagonismo y de la emancipación popular y no pueden ser pensados aisladamente sino de forma integrada, totalizadora. Esos principios nos permiten ver la vida y las potencialidades humanas en todas sus dimensiones.
El capitalismo nos dividió, nos fragmentó. Necesitamos urgentemente reaprender a construirnos completamente. Y para eso es necesario que desarrollemos acciones concretas que sean realizadas colectivamente y un conjunto de actividades que sean puestas a disposición de las nuevas generaciones para que ellas se den cuenta que el camino no es único. Y que no existe un solo camino, sino una nueva forma de caminar, como nos enseña el poeta Tiago Homen de Melo: nuevos caminos se hacen al andar. Y pueden ser mucho más placenteros, pueden dar mucho más sentido a nuestras vidas de lo que ofrece la sociedad actual. Actualmente, en que los medios de comunicación toman cuenta del imaginario popular, vendiendo un modo de vida que solo benefició al mercado; en que la ideología del consumo y el individualismo competitivo se convirtieron en objetos de vida, y el límite del sueño se constituye en aquello que el dinero puede comprar, la pedagogía de Paulo Freire es de una actualidad impresionante. Más que nunca en la historia humana, resulta urgente iniciar un proceso de revelación de la realidad, de desideologización del sentido común y de la práctica cotidiana. Todo eso puede ser construido solo con el trabajo colectivo.



Por: Moacir de Góes
Extraído de
DICCIONARIO Paulo Freire

Danilo R. Streck, Euclides Redin, Jaime José Zitkoski (Orgs.)

domingo, 1 de octubre de 2017

LOS USOS ESPURIOS DE FREIRE O DE LA BANALIZACIÓN DE LA PEDAGOGÍA DE LA LIBERACIÓN.

El “discurso de los derechos humanos” ha sido cooptado, de alguna manera, por los discursos del neoliberalismo, en el marco del capitalismo vigente. Y si tienen pregnancia en el “sentir- sesgado” de sus ocasionales adherentes (y aún más que ocasionales), es porque bajo el signo de la pos ideología o pos verdad se niega el origen de los mismos, la lucha de los pueblos en contra de la explotación, dando pie a discriminaciones excluyentes, “sentir-sesgado” en el que se fundamentan múltiples argumentaciones. Es entonces que, para el no avezado, resulta difícil distinguir entre un discurso liberador y un discurso mercantilista.

Paulo Freire no se ha “salvado” de dicha problemática. Como tendencia, su pedagogía ha quedado despotenciada en los lugares donde el discurso no se sustenta en una práctica liberadora.
Intentaremos bucear en conceptos, prácticas e instituciones que cooptan mercantilmente las significaciones freireanas. Intentaremos desocultar sentidos fraudulentos o pseudo sentidos, en tanto justifican y legitiman, mientras ocultan, las condiciones de opresión de la vida humana. Intentaremos, siempre bajo un signo esperanzador, de involucrarnos en una lucha ideológica, valorizando procesos de interculturalidad liberadora.
Parafraseando libremente al autor de “Pedagogía de la Esperanza”, afirmamos que “sin sueños no hay esperanza, y sin esperanza no hay educación”.
“Nuestra misión: El Grupo del Banco Mundial tiene dos objetivos, poner fin a la extrema pobreza y promover la prosperidad compartida de manera sostenible.” http://www.worldbank.org/
“… escucha, diálogo y ejercicio mutuo de aprendizaje, traducción y comprensión es ineludible en una educación que se pretenda realmente intercultural y no sea apenas una fachada vacía de la misma.”  (Santos, Jorge Alejandro y Piovezana)
¿Apenas una fachada vacía de la misma? Ni eso. Una “fachada” implica que debajo nada hay. El problema es más grave aún, en tanto se simulan conceptos similares pero en juegos de lenguaje diametralmente opuestos. Así, no es lo mismo “pobreza” en boca de Freire que “pobreza” bajo la escritura del Banco Mundial. Idéntica cuestión acontece cuando se alude al “diálogo”: no es lo mismo “dialogicidad” en boca de Freire que “dialogicidad” bajo las redes significativas del mercado. La banalización de la pedagogía de la liberación consiste en su uso espurio, que se naturaliza sin ruborizarse.
Veamos el derrotero de nuestra argumentación.
“La educación no cambia al mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo. Cita de Paulo Freire. Alguna vez alguien me pregunto – maestro ¿tú impartes clases en la FCA verdad? – a lo que contesté – No… es mucho más. Yo formo a los LÍDERES de las organizaciones que en algún momento habrán de TRANSFORMAR tu realidad, mi realidad, e inevitablemente la realidad de todas y todos. AVE Con mucho respeto y estima para mis alumnas y alumnos de la Facultad de Ciencias de la Administración Unidad Saltillo de la Universidad Autónoma de Coahuila. México.” Lic. Edgar Aguilar Villarreal[ii]. Conste que dicha frase asignada a Freire, solamente existe en el campo de la fantasía de alguien que no es precisamente Freire y que lo tergiversa.
El creador de la pedagogía de la liberación jamás pretendió “formar líderes”, más bien lograr que las mismas comunidades de víctimas, mediando un proceso educativo, asumieran la propia liberación de toda opresión, en pos del “Hombre Nuevo”. Lo que antecede es ya una muestra de la banalización de su pedagogía.
La ONG Enseña por México señala lo siguiente: “Los problemas de inseguridad, corrupción e inequidad económica son originados por la pobre e ineficaz labor educativa que, más que formar ciudadanos cívicos, reflexivos y responsables, forma sujetos endebles y proclives a la continuación de las fallas. Paulo Freire apuntó que: ‘La educación no cambia al mundo; cambia a las personas que van a cambiar al mundo…’ En un momento como el que actualmente atraviesa México, sumido en una de las peores crisis sociales de su historia, resulta de vital importancia revalorizar esta frase no como un mero discurso oportunista sino como una verdadera opción de cambio.” Es decir, aquí aparece el verdadero contexto en el que se ubica la afirmación que se pretende como autor a Freire, culpabilizando a la escuela de los problemas del presente histórico, sacando de foco al origen del problema: un capitalismo de base financiero especulativo, neoliberal y globalizado, depredador y colonizador. Es entonces que la ONG matriz, Teach for America, pone en boca de uno de sus adherentes: “Also, I read a book called Pedagogy of the Oppressed by Paulo Freire, and it resonated with me how education is important, and how I wanted to make a difference in students’ lives.” 
Nuestro tiempo histórico, neoliberal capitalista, se caracteriza discursivamente por la traducción de los lenguajes liberadores a una semántica de los discursos propios del mercado, careciendo en tal sentido de vergüenza alguna, aunque tampoco desde la academia conocedora de Freire se da batalla teórica contra tal falsedad, y quizá por cuanto su estudio es más una cuestión de erudición que de un espíritu práctico/liberador. “La educación es un acto de amor, por tanto un acto de valor”, es otra de las frases que, con el mismo sentido, se le asigna a Paulo Freire.
Propedéuticamente, hagamos de cuenta, en el mundo de lo hipotético, que Freire se haya expresado de esa manera. Igualmente, el eterno retorno de lo falso se halla en el tapete. ¿Por qué? Pues se lo descontextualiza.
Paulo Freire, en su Pedagogía del Oprimido, formula un marco teórico desde el que la interpretación tiene valor, y señala entre otros:
“…los trabajos educativos… deben ser organizados con los oprimidos, en el proceso de su organización.”
“Sólo cuando los oprimidos descubren nítidamente al opresor, y se comprometen en la lucha organizada por su liberación, empiezan a creer en sí mismos, superando así su complicidad con el régimen opresor.”
“…contenido programático de la educación… acrecentar la lucha revolucionaria.”
“…no establecemos ninguna dicotomía entre el diálogo y la acción revolucionaria, como si hubiese un tiempo de diálogo y otro, diferente, de revolución. Afirmamos, por el contrario, que el diálogo constituye la “esencia” de la acción revolucionaria.” 
“conceptos como los de unión, organización y lucha, son calificados sin demora como peligrosos. Y realmente lo son, para los opresores, ya que su “puesta en práctica” es un factor indispensable para el desarrollo de una acción liberadora.”
“…unidos y organizados, harán de su debilidad una fuerza transformadora, con la cual podrán recrear el mundo, haciéndolo más humano.”
Vayamos a la expresión señalada más arriba, cuando se pone bajo la pluma del autor del libro “La educación como práctica de la libertad”: “la educación es un acto de amor, por lo tanto un acto de valor”. En realidad, Freire dice otra cosa: “La educación es un acto de amor, por tanto, un acto de coraje. No puede temer el debate. El análisis de la realidad. No puede huir a la discusión creadora, bajo pena de ser una farsa.” Esta proposición le otorga un significado diferente a la expresada en primer lugar, donde se reemplaza “coraje” por “valor”. Coraje es sinónimo de valor. Pero, “valor en sí mismo” ingresa en el mismo abstracto canon interpretativo que el “amor”, dentro de una teoría de los valores, fuera de toda praxis transformadora, revolucionaria, enmarcada en el espíritu de la pedagogía de la liberación. Ciertamente, en el período de la concreción de su obra teórico-práctica, “La educación como práctica de la libertad”, un aire desarrollista aparece en el pensamiento freireano, aunque dentro de una democracia que tiene como soporte la lucha contra las clases dominantes, “absurda e inmoral” (Freire) para aquellas. Es que oponerse a una “auténtica” democracia es “hacerla instrumento de los poderosos contra los débiles” (Freire).
Empero, en su significación más prístina, debemos interpretar al primer Freire ante todo desde su obra “Pedagogía del Oprimido”, donde formula un discurso fuertemente liberador, revolucionario, utópico.
La discursividad falseada tiene sus referentes en nuestro país. Así, v.gr., la vicedirectora del Instituto Nacional de Formación Docente, INFOD, Florencia Mezzadra, quien hace referencia a la “pedagogía dialogante” de Paulo Freire, cuestión que raya en el ridículo, como si se bautizara al Banco Mundial con el nombre de Carlos Marx o al Fondo Monetario Internacional con el nombre de Che Guevara, exabruptos que tenderían a “normalizarse” en el tiempo.
A su vez, la actual Directora del INFOD, Cecilia Veleda, conjuntamente con Axel Rivas y Florencia Mezzadra, afirman que…
“…se ayudará a los futuros docentes a entender los dispositivos de la reproducción social y el rol de la escuela y de sus propias prácticas en este proceso. También es clave que la formación docente rescate concepciones pedagógicas con fuerte tradición en el pensamiento y la acción educativa, como la pedagogía crítica o la educación popular, desarrolladas por autores como Paulo Freire (2006), Michael Apple (1970), Henry Giroux (1999, 1997) y Donaldo Macedo (1994, 2000), entre otros. Estos autores focalizan su preocupación en la enseñanza de los sectores históricamente marginados del sistema educativo y plantean cuestiones fundamentales para la justicia educativa, como la vinculación entre la reflexión y la acción, el sentido ético y político de la educación, el papel del diálogo, la democratización del proceso educativo, la definición participativa del currículum, la multiculturalidad, el empoderamiento del alumnado, entre otras definiciones necesarias para la práctica de la justicia educativa.”
Aquí se asume el “perfil ético político de la educación”, por lo que la resemantización de dicho término hace que no sea suficiente su uso por quienes rechazan el neoliberalismo, en virtud de un concepto que se traslada sin más de un juego de lenguaje (freireano) a otro juego de lenguaje (mercantilista) diametralmente opuesto. No hacemos, aquí, alusión a la citada “vinculación entre la reflexión y la acción”, puesto que aunque se pretenda de Paulo Freire, no lo es, ya que este autor refiere no a una “vinculación”, sino a la “unidad teoría-práctica”, que es diferente.
Siguiendo en la misma perspectiva crítica, podemos entrever que en la página web de la película “La educación prohibida”, un canto a la privatización de la escuela, se mezclan confusamente corrientes pedagógicas distantes, tales como la del Home Learning y la de Paulo Freire, donde se valoriza la “pedagogía dialógica” afirmada, supuestamente, por el educador brasileño. Conste que dicha película fue financiada y patrocinada por la ONG ASHOKA con fuertes relaciones con el gobierno de los EE.UU., cuyos sostenedores en Argentina son: Acíndar, Banco Hipotecario, Bayer, BMW, Embajada de los Estados Unidos, Diario La Nación, HSBC, Laboratorio Boehringer, Johnson, Universidad de San Andrés, Wal Mart, Wester Union, etc.
Hasta el mismo Banco Mundial es elogioso hacia la obra de Freire, identificándola con un pensar muy fecundo en el “campo de la comunicación para el desarrollo:
“… in particular has greatly influenced the field of communication for development, as it has emerged in recent years: Paulo Freire.” “… en particular influyó mucho en el campo de la comunicación para el desarrollo, tal como ha surgido en los últimos años: Paulo Freire.”
En el mismo sentido, la Fundación Luminis –de fuertes alianzas con instituciones del poder hegemónico, patrocinó el concurso de experiencias innovadoras con el Premio Paulo Freire año 2016.
Continuando con los usos espurios de Freire, recordamos que en el enfoque neoliberal capitalista, uno de los anhelos sería implementar su preciada “perla” en educación, constituida por las “escuelas concesionadas”, en lengua inglesa “charters schools”. Son escuelas donde el Estado subsidia a la demanda (se entregan bonos o vouchers por alumno y, según la cantidad de ellos, es el dinero que cada docente y escuela recibe), se accede y renuevan los cargos por contrato, sean de directivos o docentes, a partir de proyectos que se monitorean y su incumplimiento puede ser motivo de rescisión contractual, mientras que el pago de los salarios es por productividad, y la responsabilidad gerencial es asumida desde alguna organización de la sociedad civil –ONG-, o miembros de la comunidad concordantes con este perfil. Es el modelo de escuelas preferido en los Estados Unidos de América, que implica una descentralización y privatización total del sistema educativo[xvi] con los dineros del erario público. Este modelo de mercado, insólita y engañosamente, puede funcionar bajo el nombre de la pedagogía liberadora de Paulo Freire, por ej., “The Paulo Freire Charter High School” en el Estado de Nueva Jersey de los EE.UU., que se justifica con un modelo pedagógico que incluye…
…la pregunta, la investigación, la reflexión y acción mediante el aprendizaje de una efectiva participación ciudadana a fin del mejoramiento de la comunidad, en función de la “justicia social” en educación
Ya no tan lejos, se encuentra nuestro país tamaña dislocación con las denominadas “comunidades de aprendizaje. En el decir de la ONG Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento, CIPPEC, “Las Comunidades de Aprendizaje están basadas en la pedagogía del educador y pedagogo brasileño Paulo Freire, en la interacción y sobre todo en la transformación del contexto. El objetivo es que a partir de la transformación de la escuela se pueda llegar a la transformación de la comunidad” , donde se auspician las denominadas “actuaciones de éxito”, y que se proponen a partir del año 2015 como experiencia piloto, bajo el apoyo de la misma CIPPEC, la fundación de la empresa Natura y la Universidad de Barcelona, en los establecimientos de nivel primario Nº 77 “Pedro Goyena”, Nº 1254 “Tomás Espora”, Nº 1314 “Victoria Olga Cossettini” de Rosario y la escuela Nº 153 “Gral. Las Heras” de Alvear, con una participación de más de 2.000 personas entre alumnos, docentes, directivos, asistentes escolares y familiares, donde los padres no pagan ningún arancel, por lo que para ellos la educación es gratuita, aunque bajo la alianza entre el sector privado, una universidad española y el gobierno de la provincia de Santa Fe. También, durante el año 2015, se crean en la capital de la provincia de Salta la escuela primaria de modalidad intercultural bilingüe nº 4100 de la localidad de Yacuy, la escuela primaria nº 4647 Dr. Mariano Boedo y el bachillerato salteño para adultos nº 7169. En este tipo de escuela, por definición de la misma, con la supuesta finalidad de ayudar a enseñar, ingresan en el aula escolar familiares, amigos y amigas, vecinos y vecinas del barrio, miembros de asociaciones y organizaciones vecinales y locales, personas voluntarias, a partir de lo que se daría el ingreso a las ONGs., así, por ejemplo, como ocurre con los pasantes de la ONG “Enseñá por Argentina”  en algunas escuelas estatales de la Ciudad de Buenos Aires, a pesar de la crítica del sector gremial Ademys. La idea es que ingresen miembros de la “sociedad civil”, lenta pero firmemente, valga otro caso, el Proyecto REMA (recuperación de materias) del 2016 en la Ciudad de Buenos Aires, impulsado por la Subsecretaría de Coordinación Pedagógica y Equidad Educativa, que fomenta el ingreso de personas fuera del Estatuto del Docente para “fortalecer” los aprendizajes de los alumnos que lo requieran.
Concluyendo. Bajo el manto de un pregonado Paulo Freire absolutamente distorsionado, vaciado o “lavado”, los discursos del neoliberalismo asumen sus conceptos, dentro de un plexo más amplio, como lo son las categorías de los “derechos humanos”. Así, aludiendo al pedagogo brasileño, la ultra neoliberal ONG Mexicanos Primero afirma: “Paulo Freire decía que necesitan tanto de formación técnica, científica y profesional como de sueños y utopía”, y también “Paulo Freire insistía en que los educadores tenemos la obligación de nunca perder la esperanza, de ser optimistas para conquistar un futuro mejor. La propuesta pedagógica contiene elementos que alimentan el optimismo, /sin perder/ el ojo crítico.” Conste que dicha ONG, cuyo fundador Claudio X. González también CEO del Grupo Televisa, fue la primera y principal propulsora de la precarización laboral de los docentes mexicanos en los últimos años.
Gracias a un Paulo Freire prístino, no falseado ni lavado, sí revolucionario, podemos decir que el soñar es la condición de la esperanza, esperanza que se traduce en lucha justa, esperanza activa desde una comunidad de víctimas que se asuma como tal, que vea, juzgue y transforme animada por el espíritu de la utopía. La educación que propone Freire es praxis revolucionaria. Se manifiesta en la organización de los oprimidos y su lucha por la liberación. Su meta es el Hombre Nuevo. Dicha pedagogía se potencia en el plexo de una interculturalidad liberadora.


Por: Miguel Andrés Brenner
Extraído de http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/246619
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