El “discurso de los derechos humanos” ha sido cooptado, de alguna
manera, por los discursos del neoliberalismo, en el marco del capitalismo
vigente. Y si tienen pregnancia en el “sentir- sesgado” de sus ocasionales
adherentes (y aún más que ocasionales), es porque bajo el signo de la pos
ideología o pos verdad se niega el origen de los mismos, la lucha de los
pueblos en contra de la explotación, dando pie a discriminaciones excluyentes,
“sentir-sesgado” en el que se fundamentan múltiples argumentaciones. Es
entonces que, para el no avezado, resulta difícil distinguir entre un discurso
liberador y un discurso mercantilista.
Paulo Freire no se ha “salvado” de dicha problemática. Como tendencia,
su pedagogía ha quedado despotenciada en los lugares donde el discurso no se
sustenta en una práctica liberadora.
Intentaremos bucear en conceptos, prácticas e instituciones que cooptan
mercantilmente las significaciones freireanas. Intentaremos desocultar sentidos
fraudulentos o pseudo sentidos, en tanto justifican y legitiman, mientras
ocultan, las condiciones de opresión de la vida humana. Intentaremos, siempre
bajo un signo esperanzador, de involucrarnos en una lucha ideológica,
valorizando procesos de interculturalidad liberadora.
Parafraseando libremente al autor de “Pedagogía de la Esperanza”,
afirmamos que “sin sueños no hay esperanza, y sin esperanza no hay educación”.
“Nuestra misión: El Grupo del Banco Mundial tiene dos objetivos, poner
fin a la extrema pobreza y promover la prosperidad compartida de manera
sostenible.” http://www.worldbank.org/
“… escucha, diálogo y ejercicio mutuo de aprendizaje, traducción y
comprensión es ineludible en una educación que se pretenda realmente
intercultural y no sea apenas una fachada vacía de la misma.” (Santos, Jorge Alejandro y Piovezana)
¿Apenas una fachada vacía de la
misma? Ni eso. Una “fachada” implica que debajo nada hay. El problema es más
grave aún, en tanto se simulan conceptos similares pero en juegos de lenguaje
diametralmente opuestos. Así, no es lo mismo “pobreza” en boca de Freire que
“pobreza” bajo la escritura del Banco Mundial. Idéntica cuestión acontece
cuando se alude al “diálogo”: no es lo mismo “dialogicidad” en boca de Freire
que “dialogicidad” bajo las redes significativas del mercado. La banalización
de la pedagogía de la liberación consiste en su uso espurio, que se naturaliza
sin ruborizarse.
Veamos el derrotero de nuestra
argumentación.
“La educación no cambia al mundo,
cambia a las personas que van a cambiar el mundo. Cita de Paulo Freire. Alguna
vez alguien me pregunto – maestro ¿tú impartes clases en la FCA verdad? – a lo
que contesté – No… es mucho más. Yo formo a los LÍDERES de las organizaciones
que en algún momento habrán de TRANSFORMAR tu realidad, mi realidad, e
inevitablemente la realidad de todas y todos. AVE Con mucho respeto y estima
para mis alumnas y alumnos de la Facultad de Ciencias de la Administración
Unidad Saltillo de la Universidad Autónoma de Coahuila. México.” Lic. Edgar Aguilar Villarreal[ii]. Conste que dicha frase asignada a
Freire, solamente existe en el campo de la fantasía de alguien que no es
precisamente Freire y que lo tergiversa.
El creador de la pedagogía de la
liberación jamás pretendió “formar líderes”, más bien lograr que las mismas
comunidades de víctimas, mediando un proceso educativo, asumieran la propia
liberación de toda opresión, en pos del “Hombre Nuevo”. Lo que antecede es ya
una muestra de la banalización de su pedagogía.
La ONG Enseña por México señala lo
siguiente: “Los problemas de inseguridad, corrupción e inequidad económica son
originados por la pobre e ineficaz labor educativa que, más que formar
ciudadanos cívicos, reflexivos y responsables, forma sujetos endebles y
proclives a la continuación de las fallas. Paulo Freire apuntó que: ‘La
educación no cambia al mundo; cambia a las personas que van a cambiar al
mundo…’ En un momento como el que actualmente atraviesa México, sumido en una
de las peores crisis sociales de su historia, resulta de vital importancia
revalorizar esta frase no como un mero discurso oportunista sino como una
verdadera opción de cambio.” Es decir, aquí aparece el verdadero contexto
en el que se ubica la afirmación que se pretende como autor a Freire,
culpabilizando a la escuela de los problemas del presente histórico, sacando de
foco al origen del problema: un capitalismo de base financiero especulativo,
neoliberal y globalizado, depredador y colonizador. Es entonces que la ONG
matriz, Teach for America, pone en boca de uno de sus adherentes:
“Also, I read a book called Pedagogy of the Oppressed by Paulo
Freire, and it resonated with me how education is important, and how I wanted
to make a difference in students’ lives.”
Nuestro tiempo histórico, neoliberal
capitalista, se caracteriza discursivamente por la traducción de los lenguajes
liberadores a una semántica de los discursos propios del mercado, careciendo en
tal sentido de vergüenza alguna, aunque tampoco desde la academia conocedora de
Freire se da batalla teórica contra tal falsedad, y quizá por cuanto su estudio
es más una cuestión de erudición que de un espíritu práctico/liberador. “La
educación es un acto de amor, por tanto un acto de valor”, es otra de las
frases que, con el mismo sentido, se le asigna a Paulo Freire.
Propedéuticamente, hagamos de cuenta,
en el mundo de lo hipotético, que Freire se haya expresado de esa manera.
Igualmente, el eterno retorno de lo falso se halla en el tapete. ¿Por qué? Pues
se lo descontextualiza.
Paulo Freire, en su Pedagogía del
Oprimido, formula un marco teórico desde el que la interpretación tiene valor,
y señala entre otros:
“…los trabajos educativos… deben ser
organizados con los oprimidos, en el proceso de su organización.”
“Sólo cuando los oprimidos descubren
nítidamente al opresor, y se comprometen en la lucha organizada por su
liberación, empiezan a creer en sí mismos, superando así su complicidad con el
régimen opresor.”
“…contenido programático de la
educación… acrecentar la lucha revolucionaria.”
“…no establecemos ninguna dicotomía
entre el diálogo y la acción revolucionaria, como si hubiese un tiempo de
diálogo y otro, diferente, de revolución. Afirmamos, por el contrario, que el
diálogo constituye la “esencia” de la acción revolucionaria.”
“conceptos como los de unión,
organización y lucha, son calificados sin demora como peligrosos. Y realmente
lo son, para los opresores, ya que su “puesta en práctica” es un factor
indispensable para el desarrollo de una acción liberadora.”
“…unidos y organizados, harán de su
debilidad una fuerza transformadora, con la cual podrán recrear el mundo,
haciéndolo más humano.”
Vayamos a la expresión señalada más
arriba, cuando se pone bajo la pluma del autor del libro “La educación como
práctica de la libertad”: “la educación es un acto de amor, por lo tanto un
acto de valor”. En realidad, Freire dice otra cosa: “La educación es un acto de
amor, por tanto, un acto de coraje. No puede temer el debate. El análisis de la
realidad. No puede huir a la discusión creadora, bajo pena de ser una farsa.” Esta
proposición le otorga un significado diferente a la expresada en primer lugar,
donde se reemplaza “coraje” por “valor”. Coraje es sinónimo de valor. Pero,
“valor en sí mismo” ingresa en el mismo abstracto canon interpretativo que el
“amor”, dentro de una teoría de los valores, fuera de toda praxis
transformadora, revolucionaria, enmarcada en el espíritu de la pedagogía de la
liberación. Ciertamente, en el período de la concreción de su obra
teórico-práctica, “La educación como práctica de la libertad”, un aire
desarrollista aparece en el pensamiento freireano, aunque dentro de una
democracia que tiene como soporte la lucha contra las clases dominantes,
“absurda e inmoral” (Freire) para aquellas. Es que oponerse a una “auténtica”
democracia es “hacerla instrumento de los poderosos contra los débiles” (Freire).
Empero, en su significación más
prístina, debemos interpretar al primer Freire ante todo desde su obra
“Pedagogía del Oprimido”, donde formula un discurso fuertemente liberador,
revolucionario, utópico.
La discursividad falseada tiene sus
referentes en nuestro país. Así, v.gr., la vicedirectora del Instituto Nacional
de Formación Docente, INFOD, Florencia Mezzadra, quien hace referencia a la
“pedagogía dialogante” de Paulo Freire, cuestión que raya en el ridículo, como
si se bautizara al Banco Mundial con el nombre de Carlos Marx o
al Fondo Monetario Internacional con el nombre de Che Guevara,
exabruptos que tenderían a “normalizarse” en el tiempo.
A su vez, la actual Directora del
INFOD, Cecilia Veleda, conjuntamente con Axel Rivas y Florencia Mezzadra,
afirman que…
“…se ayudará a los futuros docentes a
entender los dispositivos de la reproducción social y el rol de la escuela y de
sus propias prácticas en este proceso. También es clave que la formación
docente rescate concepciones pedagógicas con fuerte tradición en el pensamiento
y la acción educativa, como la pedagogía crítica o la educación popular,
desarrolladas por autores como Paulo Freire (2006), Michael Apple (1970), Henry
Giroux (1999, 1997) y Donaldo Macedo (1994, 2000), entre otros. Estos autores
focalizan su preocupación en la enseñanza de los sectores históricamente
marginados del sistema educativo y plantean cuestiones fundamentales para la
justicia educativa, como la vinculación entre la reflexión y la acción, el sentido
ético y político de la educación, el papel del diálogo, la democratización del
proceso educativo, la definición participativa del currículum, la
multiculturalidad, el empoderamiento del alumnado, entre otras definiciones
necesarias para la práctica de la justicia educativa.”
Aquí se asume el “perfil ético
político de la educación”, por lo que la resemantización de dicho término hace
que no sea suficiente su uso por quienes rechazan el neoliberalismo, en virtud
de un concepto que se traslada sin más de un juego de lenguaje (freireano) a
otro juego de lenguaje (mercantilista) diametralmente opuesto. No hacemos,
aquí, alusión a la citada “vinculación entre la reflexión y la acción”, puesto
que aunque se pretenda de Paulo Freire, no lo es, ya que este autor refiere no
a una “vinculación”, sino a la “unidad teoría-práctica”, que es diferente.
Siguiendo en la misma perspectiva
crítica, podemos entrever que en la página web de la película “La educación
prohibida”, un canto a la privatización de la escuela, se mezclan confusamente
corrientes pedagógicas distantes, tales como la del Home Learning y la de Paulo
Freire, donde se valoriza la “pedagogía dialógica” afirmada, supuestamente, por
el educador brasileño. Conste que dicha película fue financiada y patrocinada
por la ONG ASHOKA con fuertes relaciones con el gobierno de los EE.UU., cuyos
sostenedores en Argentina son: Acíndar, Banco Hipotecario, Bayer, BMW, Embajada
de los Estados Unidos, Diario La Nación, HSBC, Laboratorio Boehringer, Johnson,
Universidad de San Andrés, Wal Mart, Wester Union, etc.
Hasta el mismo Banco Mundial es
elogioso hacia la obra de Freire, identificándola con un pensar muy fecundo en
el “campo de la comunicación para el desarrollo”:
“… in particular has greatly
influenced the field of communication for development, as it has emerged in
recent years: Paulo Freire.” “… en particular influyó mucho
en el campo de la comunicación para el desarrollo, tal como ha surgido en los
últimos años: Paulo Freire.”
En el mismo sentido, la Fundación
Luminis –de fuertes alianzas con instituciones del poder hegemónico, patrocinó
el concurso de experiencias innovadoras con el Premio Paulo Freire año 2016.
Continuando con los usos espurios de
Freire, recordamos que en el enfoque neoliberal capitalista, uno de los anhelos
sería implementar su preciada “perla” en educación, constituida por las
“escuelas concesionadas”, en lengua inglesa “charters schools”. Son
escuelas donde el Estado subsidia a la demanda (se entregan bonos o vouchers por
alumno y, según la cantidad de ellos, es el dinero que cada docente y escuela
recibe), se accede y renuevan los cargos por contrato, sean de directivos o
docentes, a partir de proyectos que se monitorean y su incumplimiento puede ser
motivo de rescisión contractual, mientras que el pago de los salarios es por
productividad, y la responsabilidad gerencial es asumida desde alguna
organización de la sociedad civil –ONG-, o miembros de la comunidad
concordantes con este perfil. Es el modelo de escuelas preferido en los Estados
Unidos de América, que implica una descentralización y privatización total del
sistema educativo[xvi] con los dineros del erario
público. Este modelo de mercado, insólita y engañosamente, puede funcionar bajo
el nombre de la pedagogía liberadora de Paulo Freire, por ej., “The
Paulo Freire Charter High School” en el Estado de Nueva Jersey de los
EE.UU., que se justifica con un modelo pedagógico que incluye…
…la pregunta, la investigación, la
reflexión y acción mediante el aprendizaje de una efectiva participación
ciudadana a fin del mejoramiento de la comunidad, en función de la “justicia
social” en educación
Ya no tan lejos, se encuentra nuestro
país tamaña dislocación con las denominadas “comunidades de
aprendizaje. En el decir de la ONG Centro de Implementación de
Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento, CIPPEC, “Las
Comunidades de Aprendizaje están basadas en la pedagogía del educador y
pedagogo brasileño Paulo Freire, en la interacción y sobre todo en la
transformación del contexto. El objetivo es que a partir de la transformación
de la escuela se pueda llegar a la transformación de la comunidad” ,
donde se auspician las denominadas “actuaciones de éxito”, y que se
proponen a partir del año 2015 como experiencia piloto, bajo el apoyo de la
misma CIPPEC, la fundación de la empresa Natura y la Universidad de Barcelona,
en los establecimientos de nivel primario Nº 77 “Pedro Goyena”, Nº 1254 “Tomás
Espora”, Nº 1314 “Victoria Olga Cossettini” de Rosario y la escuela Nº 153
“Gral. Las Heras” de Alvear, con una participación de más de 2.000 personas
entre alumnos, docentes, directivos, asistentes escolares y familiares, donde
los padres no pagan ningún arancel, por lo que para ellos la educación es
gratuita, aunque bajo la alianza entre el sector privado, una universidad
española y el gobierno de la provincia de Santa Fe. También, durante el año
2015, se crean en la capital de la provincia de Salta la escuela primaria de
modalidad intercultural bilingüe nº 4100 de la localidad de Yacuy, la escuela
primaria nº 4647 Dr. Mariano Boedo y el bachillerato salteño para adultos nº
7169. En este tipo de escuela, por definición de la misma, con la supuesta
finalidad de ayudar a enseñar, ingresan en el aula escolar familiares, amigos y
amigas, vecinos y vecinas del barrio, miembros de asociaciones y organizaciones
vecinales y locales, personas voluntarias, a partir de lo que se daría el
ingreso a las ONGs., así, por ejemplo, como ocurre con los pasantes de la ONG
“Enseñá por Argentina” en algunas escuelas estatales de la Ciudad de Buenos Aires, a
pesar de la crítica del sector gremial Ademys. La idea es que ingresen miembros
de la “sociedad civil”, lenta pero firmemente, valga otro caso, el Proyecto
REMA (recuperación de materias) del 2016 en la Ciudad de Buenos Aires,
impulsado por la Subsecretaría de Coordinación Pedagógica y Equidad Educativa,
que fomenta el ingreso de personas fuera del Estatuto del Docente para
“fortalecer” los aprendizajes de los alumnos que lo requieran.
Concluyendo. Bajo el manto de un
pregonado Paulo Freire absolutamente distorsionado, vaciado o “lavado”, los
discursos del neoliberalismo asumen sus conceptos, dentro de un plexo más
amplio, como lo son las categorías de los “derechos humanos”. Así, aludiendo al
pedagogo brasileño, la ultra neoliberal ONG Mexicanos Primero afirma: “Paulo
Freire decía que necesitan tanto de formación técnica, científica y profesional
como de sueños y utopía”, y también “Paulo Freire insistía en que
los educadores tenemos la obligación de nunca perder la esperanza, de ser
optimistas para conquistar un futuro mejor. La propuesta pedagógica contiene
elementos que alimentan el optimismo, /sin perder/ el ojo
crítico.” Conste que dicha ONG, cuyo fundador Claudio X. González también
CEO del Grupo Televisa, fue la primera y principal propulsora de la
precarización laboral de los docentes mexicanos en los últimos años.
Gracias a un Paulo Freire prístino, no falseado ni lavado, sí
revolucionario, podemos decir que el soñar es la condición de la esperanza,
esperanza que se traduce en lucha justa, esperanza activa desde una comunidad
de víctimas que se asuma como tal, que vea, juzgue y transforme animada por el
espíritu de la utopía. La educación que propone Freire es praxis
revolucionaria. Se manifiesta en la organización de los oprimidos y su lucha
por la liberación. Su meta es el Hombre Nuevo. Dicha pedagogía
se potencia en el plexo de una interculturalidad liberadora.
Por: Miguel Andrés Brenner
Extraído de http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/246619