sábado, 24 de febrero de 2018

“CONCIENTIZACIÓN” según P Freire

Concientización es un concepto estructurador de la concepción y de la práctica de la educación liberadora. Debido a que ésta posee una centralidad en la producción teórica de Paulo Freire, muchos le confieren la creación de este término. Sin embargo, en la obra Concientização: Teoria e prática da libertaçãouma introdução pensamento de Paulo Freire,  el autor atribuye el origen del término al equipo de profesores del Instituto Superior de Estudios Brasileños (ISEB) y su difusión a D. Helder Câmara, por traducirlo al inglés y al francés. En la misma obra, resalta la importancia del concepto en la conformación de su propio pensamiento y se refiere a su reacción al oírlo por primera vez: “Entendí inmediatamente la profundidad de su significado, porque estoy absolutamente convencido de que la educación como práctica de la libertad, es un acto de conocimiento, una aproximación crítica de la realidad (p. 25).


La concientización, entendida como proceso que permite la crítica de las relaciones conciencia-mundo, es la condición para asumir el comportamiento humano frente al contexto histórico-social. En el proceso de conocimiento, el hombre o la mujer tienden a comprometerse con la realidad, siendo ésta una posibilidad que está relacionada con la praxis humana. A través de la concientización los sujetos asumen su compromiso histórico en el proceso de hacer y rehacer el mundo, dentro de posibilidades concretas, haciéndose y rehaciéndose también a sí mismos. En la misma obra, el autor aclara que la concientización va más allá de la toma de conciencia,  debido a que “la toma de conciencia no es todavía la concientización, porque ésta consiste en el desarrollo crítico de la toma de conciencia” (p. 26).

La amplitud del concepto también puede ser vista en Pedagogia do oprimido, obra en la que Paulo Freire afirma que la concientización exige el compromiso de la acción transformadora que “no para, estoicamente, en el reconocimiento puro, de carácter subjetivo, de la situación, sino  al contrario, prepara a los hombres en el plano de la acción, para la lucha contra los obstáculos que se presenten a su humanización”  (p. 114). Así, el compromiso no es un acto pasivo. Implica no sólo la conciencia de la realidad, sino también el compromiso en la lucha por transformarla.

Es posible darse cuenta de la existencia de tres momentos distintos del empleo del término concientización en la obra de Paulo Freire. En un  primer momento la concientización es explícitamente asumida como finalidad de la educación. En la ya referida obra, se destaca la afirmación que “la realidad no puede ser modificada, sino cuando el hombre descubre que es modificable y que él puede hacerlo. Por lo tanto, es necesario hacer de esta concientización el primer objetivo de toda la educación: antes de nada provocar una actitud crítica, de reflexión, que comprometa la acción” (p. 40).

En un segundo momento, llama la atención la ausencia del término. Esa fase de la escritura traduce su preocupación acerca de los malos usos del concepto en los años 1970. Al respecto Paulo Freire revela en una entrevista publicada en la obra Educação na cidade: “con excepciones, claro, se hablaba o se escribía sobre concientización como si ella fuera una pastilla mágica a ser aplicada en dosis diferentes para el cambio del mundo” (p. 114).

El autor también aclara que la ausencia se debe a su comprensión de que por un lado, debería dejar de usar la palabra, y por otro, aclarar mejor lo que pretendía con el proceso de concientización. El tercer momento se relaciona con la actualización de su reflexión, expresada claramente en Pedagogia da autonomía, última obra publicada antes de fallecer: “Contra toda la fuerza del discurso fatalista neoliberal, pragmático y reaccionario, ahora insisto, sin desvíos idealistas, en la necesidad de la concientización” (p. 60).

Paulo Freire reitera la concientización como tarea histórica de resistencia crítica al contexto neoliberal y ratifica la naturaleza política de la práctica educativa. Sin embargo, la educación como proceso de concientización, no se acaba en la dimensión política. Al respecto, es relevante consultar Medo e ousadia, obra en la que Paulo Freire revela, en el diálogo con Ira Shor, su comprensión acerca de la complementariedad de las dimensiones política, epistemológica y estética del acto de conocer, al afirmar que “la educación es  simultáneamente, una determinada teoría del conocimiento puesta en práctica, un acto político y un acto estético”  (p. 146).

La dimensión estética es el énfasis de la obra Pedagogia da autonomía, en la que son tematizados la intuición, la emoción, el placer, la amorosidad y la alegría, entre otros saberes necesarios a la práctica educativa. La concientización requiere el desarrollo de la criticidad que, aliada a la curiosidad epistemológica (ver esa ficha), potencializa la creatividad de la acción transformadora ante las situaciones límite (ver ficha). Criticidad, curiosidad y creatividad integran la complejidad de las relaciones que sitúan a la concientización en el campo de las posibilidades y no de las certezas, desafiando la autoría de lo inédito viable (ver esa ficha) en el trabajo de formación de educadores/as. La profundización de esta reflexión se puede encontrar en Pedagogia da concientização: um legado de Paulo Freire à formação de profesores (2001). El estudio del concepto es también realizado por Enrique Dussel, en la obra Ética da libertação: na idade da globalização e da exclussão (2000). El autor analiza los conceptos de concientización, utopía e inédito viable y resalta la contribución de Paulo Freire como “un educador de la conciencia ético-crítica”. Esta es una referencia importante para profundizar la comprensión sobre la concientización como principio ético-crítico.


Por Ana lúcia souza de Freitas
Extraído de
DICCIONARIO Paulo Freire
Danilo R. Streck, Euclides Redin, Jaime José Zitkoski (Orgs.)


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