miércoles, 28 de octubre de 2020

El "Discurso" para Paulo Freire


DISCURSO

En la concepción freiriana, la educación dialógica, en especial en la Educación como Práctica de la Libertad que se transforma en la Pedagogia del oprimido, el discurso está en el ámbito opuesto de su propuesta de decir la palabra, de comunicación, de diálogo, pues se encuentra situado en el objetivo de la alienación, de la opresión, de la manipulación. Afirma que los educadores y políticos profesionales, en su mayoría populistas, al discutir, muchas veces hablan y no son entendidos, pues sus lenguajes no están sintonizados con las situaciones concretas de los seres humanos a los cuales van dirigidos los discursos. Freire (1970) interpreta los discursos como verbalización del tipo bla, bla, bla inoperantes, ubicados en el ámbito de la abstracción, como algo situado en el campo alienado y alienante. Sin embargo, en Ação cultural para a liberdade , aborda el discurso como sinónimo de habla significativa, posible, necesario e indispensable, susceptible de ser transformado en textos de lectura, codificado para ser decodificado, a través de grabaciones de audio, por ejemplo, de las discusiones de los círculos de cultura.


Se trata de algo que necesita ser recogido, investigado, sistematizado para realizar un estudio problematizador en un momento posterior. En esa perspectiva afirma que, analizando la realidad, se puede aprehender el discurso de los seres humanos y sus niveles de percepción de sí mismos en sus relaciones con la objetividad. Habla de esta riqueza discursiva en el ámbito de la codificación-decodificación de la realidad por los educandos-educadores, con potencial para desvelar  los condicionamientos ideológicos a que pueden estar sometidos en su experiencia existencial y concreta en la “cultura del silencio”. Por lo tanto, cabe a los investigadores y educadores, analizar ese discurso durante la investigación temática, en un proceso inicial de decodificación, con el propósito de comprenderlos en los más diferentes ángulos. Pues, comprender ese discurso de los educandos es un paso decisivo para la superación de la percepción estrecha de los problemas de la realidad, o sea, sus situaciones límite concretas. Solo así podremos reconocer una serie de preocupaciones de las comunidades escolares que, en último análisis, revelan una temática a ser tratada de forma interdisciplinaria, y en la cual se podría basar la organización del contenido programático para ser posteriormente tematizada y vivida hasta los límites. En otras palabras, conocer el discurso para reconocer saberes necesarios e indispensables a la práctica educacional dialógica.

En el ámbito del aprendizaje, tan obstaculizado por la codificación científico- tecnológica, incluso en la actualidad con la mediación de las Tecnologías de la Información y Comunicación, al estudiar su propio texto o de compañeros de otra realidad concreta, los educandos-educadores estarían estudiando el discurso que brotó de la decodificación de una temática. Gnoseológicamente, al dialogar y no solamente leer el discurso anterior, harían la crítica de éste, con uno nuevo, que será también registrado en el proceso. El discurso sobre el discurso anterior, que implica el conocimiento del conocimiento anterior, daría lugar a un nuevo libro, un segundo libro de lectura, cada vez más rico, más crítico, más plural en su temática. De esta forma se estaría intentado hacer un esfuerzo serio en el sentido de desarrollar la expresividad de los educandos-educadores que irían, cada vez más, insertándose en la realidad concreta de forma crítica, reelaborando así sus discursos tematizados. Inserción crítica, por medio de la cual irían ganando más rápidamente la comprensión de que a la nueva estructura de lo real vivido, corresponde un nuevo pensamiento-lenguaje .

De esta forma, los propios educandos, al estudiar sus discursos, harían crítica de este, lo que implicaría un aprendizaje diferente do lo que harían con frases hechas y discursos de los otros. Al final, desde este punto de vista educacional, el discurso es una codificación a ser decodificada. Con todo, la coherencia entre el discurso y la práctica es esencial. O sea, ser el mismo al hablar y al actuar. Por otro lado, como educadores-educandos necesitamos insistir en que es la práctica la que evalúa el discurso y no al contrario (FREIRE, 1982). Pues, el discurso incoherente con la práctica, se convierte en pura palabrería manipuladora, discurso populista fuera del propósito de la praxis. Finalmente, queremos alertar que, mientras focalicemos nuestro trabajo educacional dialógico solamente a la frase, quedándonos así en la periferia, probablemente no haremos otra cosa, al hablar sobre el tema que ella comprende, sino en un “discurso de frases hechas” . El análisis discursivo en la perspectiva dialógica, es esencial para producir praxis liberadora cotidiana en la educación.



Autor Fábio da Purificação de Bastos

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