Está claro, la Pandemia profundizó los problemas de la educación que traíamos de arrastre. Llevamos un par de décadas viendo que la obligatoriedad de la educación, sin presupuesto, termina agregando presión en una escuela cada vez más contenedora.
Desde
lo pedagógico vemos que la presión de los organismos que “orientan” las
políticas educativas a nivel mundial – y de eso dependen muchos créditos,
subsidios e inversiones – ha logrado su objetivo, gobierne quien gobierne. El
consejo que bajan es claro, para la educación pública de los hijos e hijas de
lxs trabajadorxs: menos contenidos es mejor (Menos es más), con la formación
para un trabajo flexibilizado alcanza. Esto ha ido vaciando la escuela pública
de los contenidos necesarios para construir un pensamiento complejo que pueda
enfrentar los serios problemas de un sistema y una sociedad que hace agua por
todos lados.
El
resultado está a la vista de todes: Existe una educación privada para lxs hijxs
de la élite que se propone para dirigir los destinos del país y otra pública,
abandonada a su suerte, sólo sostenida con mucho esfuerzo todos los días por
los y las docentes. Aunque la crisis está aumentando la matrícula de la escuela
pública ya que una gran cantidad de familias no pueden sostener las cuotas en medio
de la Pandemia, las diferencias subsisten.
Muchos
de los problemas, paradójicamente, se hicieron visibles cuando dejamos de
vernos docentes y alumnxs. Las cuarentenas extendidas y flexibilizadas dejaron
al descubierto la desigualdad social, teniendo a la escuela como una caja de
resonancia de los problemas socio-económicos. De la emergencia sanitaria
pasamos a la devastación social en muchas de las casas de nuestrxs alumnxs.
Pero, ¿Cómo mantener y sostener algo de educación a distancia, algo de continuidad
pedagógica, algo de contención sin presencialidad?
Tener
o no tener wifi, esa es la cuestión
Después
de meses de poner el cuerpo y las cabezas (¡y nuestros bolsillos!) para
sostener algún vínculo humano y pedagógico con nuestrxs alumnxs, la dura
realidad nos va golpeando a todos y todas. Cada vez participan menos chicxs en
las reuniones de zoom; reuniones con cuatro o cinco profes y sólo 3 alumnxs;
menos visitas en el Classroom y menos actividades o tareas respondidas. La
realidad es que más de la mitad de lxs alumnxs de la escuela pública, se
quedaron en el camino.
¿De
quién es la responsabilidad?
Hay
muchxs docentes que después de darlo todo, y ante la presión de algunos equipos
directivos, sienten una gran frustración: “Ya no sé más que hacer”. Como si la
culpa de la desconexión fuera de ellxs.
Es
que la campaña sistemática de responsabilizar al docente de los problemas que
arrastra la educación terminan surgiendo efecto. Por eso en el centro del
banquillo de los acusados, no están las constantes reformas inútiles
aconsejadas por el Banco Mundial y sucedáneos (y nunca consultados con lxs
propios docentes) ni los constantes lobbies privados que pujan por quedarse con
una parte de la educación pública. Mirada como un negocio, se despoja de una
educación laica, científica y gratuita a lxs hijxs de las familias trabajadoras
de bajos recursos.
Y
tampoco figura la responsabilidad del gobierno nacional y los gobiernos
provinciales. Un gobierno que dijo de entrada, que su preocupación central era
lxs más pobres, lxs más necesitadxs.
Mención
especial al hablar de responsabilidades, la tiene la complicidad de los
sindicatos oficialistas, más preocupados en no hacer olas que en defender los
intereses de la comunidad educativa.
Los
sindicatos docentes opositores a la conducción nacional y provincial, venimos
denunciando y luchando desde las primeras semanas de la pandemia para que se
garanticen los instrumentos y la conectividad de docentes, alumnos y
estudiantes para garantizar la continuidad educativa.
Desde
un primer momento, caracterizábamos que la situación socio-económica que ya era
mala, después de una década de recesión económica y endeudamiento externo, se
iba a agravar.
En
el ámbito docente eso impactó en salarios congelados, pero sobre todo en una
gran cantidad de cargos sin cubrir, por la ausencia de actos públicos. Esto
profundizó la pauperización de una parte muy importante de docentes.
En
las barriadas populares, muchxs trabajadorxs, incluso docentes, manda a sus
hijxs a escuelas privadas. Allí encuentran a lxs mismos docentes de la escuela
pública, pero con la mayoría de lxs alumnxs con conectividad, netbooks o PC en
sus casas, clases por zoom casi diarias, posiblemente un acompañamiento mayor
de un miembro de la familia y por ende otras respuestas a las actividades
enviadas. Todo lo que no puede tener una casa que está por debajo de la línea
de pobreza o ya en la indigencia. Esto no es una crítica a las familias que
recurren a la escuela privada, sólo es la constatación de una realidad. Tampoco
quiere decir que exista acto educativo en las privadas. Sin ida y vuelta, sin
relación dialógica lo único que podremos hacer es mantener el “piloto prendido”
para que no haya abandono.
El
Estado, con sus subvenciones y convenios, pagando los sueldos de los docentes
de escuela privada, sostiene la continuidad pedagógica de un sector de la
población. Si el Estado quiere, pone plata para sostener la continuidad
educativa. Cuando quiere, puede.
Nuestro
reclamo de celulares con chip educativos con crédito, netbooks y wifi liberado
para todes los integrantes de la comunidad educativa, son de vital importancia.
La educación se muere si no hay fondos para garantizarla. De ahí, la
insistencia de nuestro reclamo.
En
tiempos de educación a distancia, la diferencia la hace el tener o no tener los
medios para estar conectados.
Eso
el gobierno lo sabe. Que estén los fondos o no, depende de una decisión política.
Y el gobierno ya decidió que los fondos vayan a pagar la deuda externa con los
especuladores financieros tenedores de bonos y la del FMI.
¡Basta
de hipocresía! ¡La deuda es con el pueblo!
Si
de verdad les preocupa, ¡fondos para la educación!
¡Ningún
docente sin trabajo, ningún estudiante sin docente! (Creación y cobertura de
más cargos para que cada docente pueda atender un número reducido de
estudiantes)
¡Datos
y conectividad gratuita para docentes y estudiantes!
Por: Contrahegemoniaweb
Fuente:
https://contrahegemoniaweb.com.ar
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