Por: Miguel Andrés Brenner
Facultad de
Filosofía y Letras, UBA
2023
A MODO DE
INICIO
En los
últimos años ha habido un notable aumento de los movimientos políticos de
derecha en varias partes del mundo. Obvio, el crecimiento de las derechas políticas puede diferir
según el país y el contexto específico. Es por ello que en este trabajo
presentaré algunas tendencias generales y posibles explicaciones. Algunas
pueden girar por las siguientes:
Quienes hayan experimentado una sensación de
desplazamiento económico y cultural, pueden haber sido condicionados a un
aumento en el apoyo a los movimientos de derecha. También, quienes pueden
sentirse perjudicados por la falta de oportunidades económicas, la precariedad
laboral y la creciente brecha entre ricos y pobres. El desplazamiento de seres
humanos que brindan la sensación de la pérdida de identidad e integridad. El
desencanto con los partidos políticos establecidos y la percepción de
corrupción y falta de representación que han llevado a una mayor polarización
política en muchos países. El uso de plataformas de redes sociales y la
concomitante difusión de noticias falsas.
Éste es un brevísimo e incompleto panorama en el que
desarrollaré mi exposición, pero ante todo como docente.
PROBLEMA
Nos hallamos mundialmente inmersos en zonas de
vulnerabilidad dentro de la incertidumbre provocada por la crisis global, en
principio de base financiera. Desde aquí, también fuertemente climática,
social, alimentaria, crisis de inmigración y de refugiados, crisis de las
identidades, crisis de salud global, crisis producto de la pobreza, crisis de
seguridad social e individual, crisis de seguridad cibernética, crisis
energética y del agua, crisis de inseguridad bioquímica/nuclear, crisis de
inseguridad nuclear ante el conflicto
OTAN-Rusia en el que Ucrania se encuentra entrampada, crisis educativa global,
crisis en la “creencia” de los partidos políticos en quienes se sostiene la
democracia liberal. De ahí que en los discursos de nuestro presente sea lugar
común un término tal como “tejido social”, provocativo y seductor, aunque
indicativo de las condiciones de fragilidad de nuestras existencias como
pueblo.
Más aún, en los discursos mediáticos hasta se niega
la categoría de pueblo, al denominarse a las multitudes que festejan el triunfo
en el campeonato mundial de fútbol con la metáfora “marea humana”, como “multitud, masa de gente que invade un
lugar” (Real Academia Española). El mismo pueblo sería invasor del
espacio público, al que solo sería una “comunidad imaginada”[1],
pero nada más que imaginada. Hasta, en el lenguaje popular y cotidiano ni se
habla de ciudadano, por cuanto el ciudadano depende de los derechos jurídicos,
y éstos ingresaron en una crisis jurídico global en la que no nos sentimos
amparados, y el desamparo hace a la inseguridad de cada uno de nosotros.
ENTRE CERTEZAS E INCERTEZAS.
Mientras tanto, en el mundo los mercados financieros
se pretenden certezas, aunque sean aquellos quienes establecen las condiciones
para la incertidumbre. Por ende, en condiciones de inseguridad, en todo sentido,
se establece la fragilidad social. Y desde la perspectiva, no ya de alguna
comunidad, sino cada individuo, hasta cada uno, solo, debiera ser su propio
policía o custodio, lo que se manifiesta en la expresión aparentemente muy
afectuosa del “cuidate” o del “be careful”, pero que manifiesta la presente
inseguridad global. Y así, aparece un nuevo sujeto social, la “gente”, la gente
como uno y no como otros, pues esos otros serían materia de exclusión social, y
si fuera posible, fuera de nuestra mirada; o bien de “vecino”, poque hay
quienes estando en el mismo espacio no lo sería.
GRIETA EPISTEMOLÓGICA
En ese fenómeno complejo, nuestra época es la de las
Fake News[2]
(noticias falsas). Sin embargo, en la praxis del aula de nuestras escuelas se
continúan enseñando “verdades”, como si la época de la “posverdad” no
existiera, como si la “opresión de los algoritmos” a partir de la inteligencia
artificial fuese ausente. Es que sus patrones de conducta predeterminados son orientados
considerando la colonialidad del poder, del saber, cuya discriminación étnica,
social, racial, feminista, constituyen una especie de “leitmotiv”[3],
donde la identidad de los pueblos ya no cabría (y menos las crisis de
identidades donde las hubiere), pues aquella es reemplazada por la categoría
“perfil” con un sentido manipulador. La noción de perfil permite al algoritmo,
a los programadores y analistas, sustituir al sujeto real con el registro de la
actividad online del sujeto, o de gubernamentalidad algorítmica, donde se
pretende redefinir la experiencia social a partir del acopio y modelado de
datos de los usuarios. Cuando ponemos un “me gusta” a publicaciones
de otros en Redes Sociales/Digitales o escribimos en las publicaciones de otros
en dichas Redes -viendo y compartiendo videos, memes, flyers-, cuando
usamos aplicaciones al modo Tik Tok, cuando en alguna plataforma virtual
fruncimos el ceño, etc, tengamos en cuenta que cada una de estas interacciones
están siendo grabadas y monitoreadas en tiempo real. A ello hay que considerar
el geolocalizador de movimiento desde el que hasta nuestros mínimos pasos son
detectados.
Tan grave es la
situación que me animo a mencionar una ruptura particular, una “grieta
epistemológica”. Pareciera ya no interesar la verdad. La grieta se sustentaría
en el “giro emocional” de base neuronal con su supuesto de universalidad no
situada, pues el cerebro[4] y las neuronas serían unos
y únicos, en tanto que las emociones señalan al otro con una fuerte carga
agresiva, y sus consecuentes políticas de discriminación y de miedo al otro. O
sea, la grieta parte de la emoción de odio o rechazo al otro, odio que se
genera a partir del debilitamiento de la cohesión social, y el individuo tiende
a quedarse solo. Aparece así el fenómeno de la inseguridad. El futuro se torna
incierto. El miedo al otro hace que cada uno se encierre en sí mismo, perdiendo
el sentido de solidaridad. La existencia vista desde el peligro, al que tanto
hacen hincapié los medios sociales de difusión, construye el deseo de represión,
es el alimento de las derechas y la ruptura de todo diálogo. El sentido de
utopía (el mejor de los mundos posibles) es reemplazado por el de distopía (el
peor de los mundos, ya no posibles, sino real).
Sabemos que las Fake News son más
virales que otro tipo de comunicaciones, se viralizan más rápido y que las
emociones juegan un rol clave. ¿Son mentiras, entonces? No: son frases que
no se evalúan por su contenido racional sino por su contenido emocional; es
decir: no proponen que algo sea verdadero o falso, sino que expresan una
emoción[5].
En cada acto de comunicación ponemos en juego
un componente racional e informativo, con otro que es emocional. Las “noticias
falsas” se alimentan, sobre todo, de ese segundo componente.
¿Qué
son las Fake News? El término tiene variadas aristas y, aunque
pensamos que sabemos a qué nos referimos, puede usarse para referirse a fenómenos
diferentes. Veamos algunas de ellos. Por un lado, puede
referirse a un tipo de noticias que difunden
contenidos que describen hechos falsos o engañosos, o una estrategia
engañosa diseñada para distribuir contenido que se sabe que es falso o
engañoso. Por otro lado, puede usarse con la finalidad de desacreditar
determinado contenido, no porque sea falso sino porque no me gusta o me conviene.
La
verdad es que siempre se divulgó información falsa para obtener un
beneficio a través de los medios disponibles en una época. La gran
diferencia es que en Internet el impacto de este tipo de contenido es mucho
mayor.
Las emociones
juegan un rol clave en la difusión de estos contenidos. Sin embargo, ¿cualquier
emoción? En particular el miedo o el odio, que nos lleva a una lectura
sesgada de las Fake News, y las interpretamos según nuestra
ideología sin chequear su contenido. Cuando nos invade el miedo o estamos
enojados, tenemos una lectura menos crítica de lo que nos llega.
JESÚS CRUCIFICADO, EL PUEBLO
CRUCIFICADO
Las Fake News se oponen
tanto a la verdad como a la vida. Esto lo entendemos así, como vida que crea
vida, criterio de verdad de cualquier tipo de relación o producción humana. Esa
verdad se identifica con la fuerza creativa o רוּחַ rúaj
(hebreo), por lo que se materializa la identidad entre historia, verdad y vida,
al decir del Evangelio según San Juan[6].
Un modo de ser es más verdadero cuanto más potencie la vida.
En tal sentido, liberación es liberación de la praxis globalizadora: es
vida que crea vida[7].
Aclaremos un poco más.
Generalmente no se diferencia entre emancipación y liberación. Emancipado
es el adulto. Emancipar (en latín emancipare) significa libertar de la potestad
paterna, de la tutela o de la servidumbre, compuesto de ex ‘fuera’, manus ‘mano’
o ‘potestad’ y capere ‘coger’[8].
En latín adultus quiere decir
‘crecido’. La referencia, entonces, es a la mayoría
de edad. Y se es mayor para considerarse a sí mismo como autor de los
propios actos. Kant afirma en ¿Qué es la
Ilustración?[9] que la salida del hombre de la minoría de edad requiere de la libertad
de hacer uso público de la razón, lo que producirá el tránsito hacia la
madurez, la emancipación de la humanidad. Uno mismo es culpable de la minoría
de edad “debido a la pereza y la
cobardía”, y en ello incurre la mayoría de los hombres. Es la razón de los
doctos de la Europa[10]
moderna y colonialista. Nos dice el filósofo: Entiendo por uso público de la propia razón el que alguien hace de
ella, en cuanto docto, y ante la totalidad del público del mundo de lectores.” Es
la razón europea, blanca, masculina, adulta, docta, colonial, que actualmente
nos vende la denominada “posmodernidad”
conservadora, que reconocería múltiples racionalidades, diferencias, verdades débiles al decir de Gianni
Vattimo, pero sin reconocer la forma del colonialismo del poder a través de la
supuestamente incuestionable “única
razón” del capitalismo neoliberal globalizado de base financiera, sin
perfil ético[11]
alguno, y los valores culturales que refuerzan su legitimidad.
Desde aquí
podemos preguntarnos si en la actualidad vale la posibilidad de mencionar una
“emancipación”.
El término emancipación de la América española[12] o el de emancipación latinoamericana, en última instancia, es ideológico.
¿Por qué? Oculta. ¿Qué? El logro del estado de adultez señala más que nada derechos,
liberación necesita ante todo de luchas[13].
La emancipación implica rituales que significan el ingreso a un estado de
derecho, ámbito de lo formal. La liberación supone combate, proceso en función
de logros a conseguir, cuyo valor se encuentra en la finalidad o meta del
accionar, ámbito de la praxis, y es esto último lo que se revela como punto de
partida de la interpretación.
Liberación,
¿cómo explicarla en función de una interpretación amplia? Es una noción cara al
Evangelio de Jesucristo. Me llama fuertemente la atención cuando aparece la
identificación, en Cristo, del hacer historia con la verdad y la vida. Yo
soy el camino, la verdad y la vida, nos dice San Juan[14].
Hay identidad entre verdad y vida. Y
la verdad en tanto αλήθεια,
descubrir, sacar el velo, poner a la luz, dinámica a la manera de un parto.
Vida que potencia la propia vida, vida en comunidad. Es desafío, no
dejarnos chupar[15],
ser parteros de la historia. Pero,
conste que la liberación será posible mientras el deseo de comunidad y la
comunidad de deseo potencien múltiples comunidades que, sin perder lo propio,
se interrelacionen, en el plexo de las diferencias, incrementando sentido y
praxis de vida comunitaria. Mientras la opresión sea global, la lucha por la
liberación radica no en “bajadas de línea”, sino en la lucha de los pueblos,
porque al decir de Ignacio Ellacuría, “Jesús crucificado” es el “pueblo
crucificado” [16].
Pero,
cual aguijón que molesta, dejamos abierta una pregunta compleja: ¿nos hallamos
hoy ante una fatalidad global? ¿Y cuál es el rol de la educación? ¿Será el rol
de la educación el seguir negando, de hecho, esta problemática? ¿Será el rol de la educación, ante una
supuesta indiferencia respecto la posibilidad de la tragedia, dejar subsumir
los espíritus en una especie de depresión, en el mejor de los casos con algún tipo
de mero placebo?
[1] Anderson,
Benedict (1993: 46-47). “Comunidades imaginadas.” México, Editorial del Fondo
de Cultura Económica.
[2] También existen los deepfakes. Son
videos generados sintéticamente con tecnología basada en inteligencia
artificial con el objetivo de crear secuencias falsas pero realistas. Se busca
modificar la apariencia física e incluso la voz de las personas y hacerles
decir o hacer algo que nunca dijeron o hicieron. Un video ralentizado o editado
para sugerir un contenido distinto del original no es un deepfake, sino un video manipulado. https://chequeado.com/el-explicador/que-es-un-deepfake-y-en-que-se-diferencia-de-un-video-manipulado/ (consulta: 8 julio 2023)
[3] Motivo central o asunto que se repite, especialmente en una obra
literaria o cinematográfica.
[4] Es usual en
ciertos ámbitos escuchar que “el cerebro piensa”, cuando el cerebro no piensa,
quien piensa se encuentra atravesado por múltiples variables epocales, histórico
temporales, y el mismo pensar no es al modo del “pienso soy” cartesiano, sino
que se encuentra dentro de un microcosmos humano, por lo que hasta se dice de
un “sentipensar”. La
expresión "sentipensar" fue acuñada por la filósofa y feminista
española María Lugones. María Lugones es conocida por sus contribuciones en el
campo de la filosofía política, la teoría feminista y los estudios
poscoloniales. El término "sentipensar" es utilizado por Lugones para
describir una forma de conocimiento que integra tanto la razón como las
emociones, reconociendo la interconexión entre los aspectos cognitivos y
afectivos de la experiencia humana.
[5] La emoción aparece de
forma espontánea, sin controlarla. Las emociones son temporales, suceden en respuesta a una
situación concreta. Los sentimientos son
un proceso de interpretación de estas emociones, por ello, somos completamente conscientes de ello y
respondemos a partir de ello. Los sentimientos tienden a tener un grado de
mayor permanencia. https://ieeducacion.com/diferencia-entre-emocion-y-sentimiento/#:~:text=La%20emoci%C3%B3n%20aparece%20de%20forma,respuesta%20a%20una%20situaci%C3%B3n%20concreta. (consulta:
2 julio 2023) Precisando, tanto emociones como sentimientos son aspectos de la
afectividad, y así como las emociones, por ejemplo de odio, son pasajeras, ese
odio como sentimiento, se convierte en permanente.
[6] Jo. 14, 6.
[7] Marx, Karl. Manuscritos económico-filosóficos de 1844.
Biblioteca Virtual Espartaco. 2001. p 62 https://pensaryhacer.files.wordpress.com/2008/06/manuscritos-filosoficos-y-economicos-1844karl-marx.pdf
[8] Corominas
Joan, Breve Diccionario Etimológico de
[9] Immanuel Kant,
¿Qué es la ilustración? <www.biblioteca.net>
(consulta: 2 de abril de 2008)
[10] “Jamás hay que olvidar que la ‘Aufklärung’ es un evento o un conjunto
de eventos y de procesos históricos complejos, que se ubican en un cierto
momento del desarrollo de las sociedades europeas.” Michel Foucault, ¿Qué es la ilustración? < www.biblioteca.net> (consulta:
2 de abril de 2008) El
periódico alemán Berlinische Monatschrift
publicó, en noviembre de 1784, el escrito de Kant ¿Was ist Aufklärung? Foucault, con el mismo nombre, hace un
análisis del mismo.
[11] Repulsa a los
economistas del establishment
relacionar ética con economía.
[12] Ministerio de
Educación, Gobierno de España, Contenidos
de historia de 2º bachillerato
< www.educacion.es >
(consulta: 28 de febrero de 2010)
[13] Formulo esta
apreciación, aunque se hablare de luchas por la emancipación, pues esta última
lograda hace a un estado de derecho, mientras que la liberación es un proceso
histórico, nunca acabado, que siempre requiere de nuevos avatares, en distintos
tiempos, en diferentes contextos.
[14] Evangelio según San
Juan, Jo 14, 6.
[15] Utilizo dicho término
en el sentido perverso del terrorismo de Estado, como opuesto a la vida.
[16] Ignacio Ellacuría, junto con otros cinco jesuitas españoles y dos
mujeres salvadoreñas, fue asesinado el 16 de noviembre de 1989 en la
Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas" (UCA) en San
Salvador, El Salvador. Fueron víctimas de un brutal ataque llevado a cabo por
un destacamento del ejército salvadoreño conocido como la Atlacatl, que era una
unidad de élite entrenada por los Estados Unidos.
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