Miguel Andrés Brenner
Universidad de Buenos Aires
Julio 2020
Esculita Rural, obra de A Berni
Pandemia
es señal de posibilidad de extinción de la humanidad. Todos somos responsables.
¿Todos? Si todos, nadie. ¿Nadie?
La palabra pobre proviene del latín “pauper”,
“pauperis”. Significa "infértil". En su origen etimológico “pauper”
viene de “pau-per-os”, que produce poco, que no es fértil. ¿Podemos
afirmar que el pobre produce poco o es infértil? Seguramente, nadie se
expondría así con su voz, ¿o sí? De la misma familia de palabras son los
términos pobre, desposeído, desheredado. En la actualidad, podemos señalar,
también, la noción de privado, privado-de o despojado, por cuanto las
condiciones tecnológicas permiten la sobreabundancia de bienes necesarios.
El ambiente pedagógico favorece la fertilidad o
la infertilidad, la privación o el exceso de vida productiva. Así, la educación
bancaria se opone a la educación liberadora, en expresión freireana.
Y si hablamos de educación bancaria, ¿acaso no
estamos reafirmando la infertilidad, la privación, un modo de ser desheredado
de la madre tierra? Cuando no se establecen las condiciones de posibilidad para
que el docente pronuncie su propia palabra comunitariamente, cuando no se
establecen las condiciones de posibilidad para que el alumno pronuncie su
propia palabra comunitariamente, cuando no se establecen las condiciones de
posibilidad para que docentes y alumnos – mediando el mismo mundo- pronuncien
su propia palabra, entonces, sí, en la praxis se significaría “infertilidad”.
¿O no?
Cuando a los docentes nos “bajan” palabras, ¿es
que somos infértiles? Cuando a los alumnos les “bajamos” palabras, ¿es que son
infértiles?
Estos interrogantes nos potencian para pensar,
para pensar desde los desposeídos. Lo haremos de aquí en adelante.
Si alguien desde el exterior es presentado como un
académico muy importante, tiene peso en nuestros países del Sur. Si desde el
Sur decimos que uno más uno es igual a dos, no tiene relevancia, pero sí la
tiene en caso de que lo diga alguien del Norte. Entendamos Norte y Sur como
categorías políticas, no geográficas. En este sentido, una pedagogía de los
desposeídos tiene que ver con el Sur, con los de abajo, aunque éstos se
encuentren en un país del denominado primer mundo.
En esta época de pandemia, del Norte sobrevienen
múltiples conversatorios de académicos que bancariamente nos brindan a los
docentes ideas pedagógicas para los avatares que nos suceden en la presente
emergencia, sin padecer el acaecer del docente enseñando y sus angustias, bajo
el peligro de que nosotros tengamos la misma actitud con nuestros alumnos.
Generalmente, los conversatorios durante la
pandemia significan reiteraciones de lo mismo, pero reiteraciones no desde el
suelo de quien vive y convive con los alumnos de nuestra tierra tan maltratada.
Escribir desde la experiencia del Norte, no es lo mismo que hacerlo desde el
Sur. Y lo mismo sucede con quieres escriben desde el Sur geográfico, pero no
desde el Sur político.
A partir del Sur geográfico, en el contexto del
neoliberalismo capitalista, se predicó y predica tanto de la necesidad de
“integrarse al mundo”, que ahora sí estamos un poco más integrados, pero en
tanto sufriendo esta pandemia, que no respeta ni a ricos ni a pobres, aunque
los pobres sufran más por las condiciones de explotación.
Así, los niños ricos, que padecen del
“aislamiento”, pueden alimentarse. Los niños pobres, tienen muchas dificultades
al respecto. Pero, ni en la escuela presencial ni en esta enseñanza remota de
emergencia se les enseña contenidos mediante los que puedan pensar críticamente
el por qué. ¿Por qué ellos sí y nosotros no? ¿Qué es lo que comen ellos y qué
es lo que comemos nosotros? ¿Con cuáles valores nutritivos y el efecto sobre
nuestro organismo vivo y sobre nuestra psiquis? ¿Qué es lo que tendría que pasar
para que no haya tanta injusticia?
A los pobres se les enseña desde el niño del Norte
y no desde su propia existencia en el Sur.
Frecuentemente en los mencionados “conversatorios”
se habla de lo “común”. Preguntamos, ¿qué deseamos, qué soñamos en “común”?
Pero eso que se dice “común”, ¿es tan “común”?
En la práctica o praxis de lo “común”, ¿se encuentran nuestros alumnos y
cómo se encuentran, nuestros chavos (México), nuestros
pibes (Buenos Aires, Argentina), nuestros chinos (Colombia), nuestros cabritos (Chile),
nuestros gurises (Entre Ríos y Misiones, Argentina), nuestros mitãita (mitä'i, guaraní)? ¿Qué es lo que
desean, qué es lo que sueñan, para poder “todos” desear y soñar en común?
A los pobres se les enseña desde el niño del Norte,
no desde su propia existencia en el Sur. ¿Se los mira desde su ser otro, su
otredad? ¿Se los escucha desde su ser otro, su otredad?
La
mirada es un servicio esencial. La escucha es un servicio esencial. La palabra
atenta en la escucha es un servicio esencial.
Cuando aparece la contingencia de emergencia pedagógica,
pero se la simula como continuidad pedagógica, se pierde la oportunidad de una
crítica/propositiva del sistema educativo, en su concreción del aula escolar.
En este caso, ¿es crítica la mirada, es crítica la escucha, es crítica la
predisposición a la escucha?
¿Por qué no se escuchan a los alumnos? Existen múltiples
conversatorios que bancariamente hablan de la escuela, de los docentes, de los
alumnos, pero sin los docentes, sin los alumnos. En el presente texto aludimos
a estos últimos.
¿Desde cuáles preguntas podemos, entre otras, escuchar a
nuestros alumnos, para evitar el alumnicidio en época de pandemia? Obviamente,
hay que adaptarlas a las edades y circunstancias de los alumnos.
·
¿Qué sentís en esta época de pandemia?
·
¿Cómo te gustaría que te enseñen?
·
¿Para qué te gustaría que te enseñen y para qué no?
·
¿Qué te gustaría que te enseñen tus maestros y que aún no
te enseñan?
·
¿Por qué creés, si no tenés los medios para las clases a
distancia, que los que sí los tienen pueden aprender y vos no podés?
·
¿Alguien te preguntó qué dificultades tenés para
aprender? ¿Qué le dirías a tu maestro y a quienes te pregunten?
·
¿Por qué creés que vos no tenés conectividad y hay chicos
de otros barrios que sí la tienen? ¿Qué tendría que ocurrir para que vos
también tengas conectividad?
·
¿Por qué creés que hay chicos que no tienen que salir a
trabajar para comer y vos sí, tenés que salir a trabajar?
·
¿Qué es lo que falta en tu hogar para que puedas aprender
mejor? ¿Qué le dirías a quienes tienen muchísimo dinero? ¿Cómo te parece que
hicieron ellos para tener tanto, pero tanto, pero tanto dinero, mientras tu
familia nada tiene?
·
¿Qué es lo que falta en tu hogar para que puedas aprender
mejor? ¿Qué le dirías a los que nos gobiernan para que nada falte en tu hogar
de lo necesario?
·
¿Hay algo que no te gusta del maestro que te enseña en
esta época?
·
¿Te gustaría ayudar a otros niños como vos? ¿Cómo te
gustaría ayudar a otros niños como vos?
·
¿Te invitaron a dibujar o a pintar lo que sentís en esta
época de pandemia? ¿Te invitaron a pensar cómo poder jugar a ayudar a otros
niños como vos?
·
¿Qué creés que comen los niños que no tienen alimentos
suficientes? ¿Qué valores nutritivos tienen los alimentos que a vos te dan en
la escuela? ¿Por qué otros niños pueden comer bien y vos no? ¿Qué tendría que
pasar para que todos puedan comer lo que necesitan para estar sanos? ¿Por qué
“siempre” tienen que asistirte para que te alimentes, como si vos y tu familia
fueran unos inválidos, o sea, que no pueden valerse por sí mismos?
·
¿Qué tendría que haber pasado en tu país y en el mundo
para que no apareciera esta pandemia? ¿Por qué creés que pasó lo que pasó y que
pasa lo que pasa? ¿Y qué tendría que
pasar para que no pase esto?
·
¿Estoy
a salvo en esta pandemia? ¿Qué pensás de
lo que respondiste?
·
¿Están
ustedes, las personas que cuidan de mí, a salvo? ¿Qué pensás de lo que
respondiste?
- ¿Cómo esta situación afecta a mi
vida diaria?
·
Si
hay una ciudad tan rica como la Ciudad de Buenos Aires -Capital Federal-,
habiendo tanta falta de empleo por el Coronavirus, ¿por qué creés que el
Gobierno de la Ciudad no da subsidios a quienes se ocupan de alimentar en los
comedores a quienes padecen de hambre? ¿O por qué creés que se hacen obras
monumentales, como por ejemplo el “Paseo del bajo” y no dotan de agua potable a
los barrios más pobres?
·
¿Sabías que una próxima crisis mundial puede ser una
crisis climática? Preguntale a tu abuelo cómo era el clima cuando él tenía tu
edad. (*)
·
¿Por qué me piden trabajo colaborativo en mi aprendizaje
cuando los grandes laboratorios, investigando sobre el coronavirus-19, no
colaboran entre sí?
·
¿Por qué me piden que me lave las manos con jabón cuando
en mi barrio no hay agua potable y el jabón es caro? Lo mismo ocurre con el
alcohol.
·
¿Conocés el nombre de algún empresario cuya industria
contamina el medio ambiente, la tierra donde vos vivís? ¿Por qué creés que ese
señor la contamina? ¿Por qué no conocés su nombre? Si no sabés, preguntale a
tus papis.
·
¿Te lo dicen en algún medio de comunicación o en las
redes sociales? ¿Por qué creés que no te lo dicen?
·
¿Sabías
que en Argentina hay lugares, al igual que en China, donde puede haber virus
provocado por el afán de ganancias de empresarios a quienes solamente les
interesan el dinero? Hay lugares en nuestro país con vacas encerradas y
caminando sobre su propia caca, orín, con una invasión de moscas y ratas. De
ahí viene lo que comemos. Algo parecido ocurre con los pollos y cerdos. A su
vez, para cultivar soja se destruyen bosques, pastizales y humedales, entre
otras cuestiones. La pandemia que hoy sufrimos proviene de este modelo. ¿Si no
lo sabías, por qué creé que no lo sabías? ¿Si nadie te lo dijo, por qué creés
que nadie te lo dijo? Pero, ¿no es que los medios de comunicación están para
informar?
Estos
interrogantes, amén de otros del mismo estilo, pueden ser materia de diferentes
áreas curriculares, como las de comunicación, arte, ciencias sociales, ciencias
naturales, matemática, etc. Tienen que ver con un curricular vivo, más allá de
uno meramente instrumental, impregnado del currículum “nulo”, que niega la
mismísima humanidad de la cual se finge promover el espíritu crítico, aunque
sin reconocer dicha falsedad.
La más
hermosa palabra que nuestros oídos escuchan es la que tiene que ver con la
vida, con la vida comunitaria, con la vida que potencia la misma vida. Si
creemos en nuestros alumnos, potenciamos su fertilidad. Si esperamos de
nuestros alumnos, potenciamos su fertilidad. Si amamos a nuestros alumnos,
potenciamos su fertilidad.
Chavos, pibes, chinos, cabritos, gurises, mitãita: tienen la
palabra, ¿la tienen? ¿O es que una especie de “tapaboca de hierro” actúa a
consecuencia del miedo? ¿Y miedo a qué? ¿Miedo a quién? ¿Miedo por qué? ¿Miedo
como ganancia de quiénes? ¿Habrán múltiples presiones en contra de la palabra
comunitaria? ¿Será el miedo fundamento político del currículo en la praxis del
aula de la escuela pública? ¿Será el bíblico “Leviatán”, monstruo marino (**),
retomado por Thomas Hobbes (+ 1679) en su obra homónima, aludiendo al Estado
Absoluto? ¿Quién será?
(*)
El aumento de las temperaturas es la causa directa de la degradación ambiental.
Aparecen un conjunto de fenómenos como los desastres naturales, la
deforestación, la eliminación de la biodiversidad, las condiciones
meteorológicas extremas, la inseguridad alimentaria e hídrica, la disrupción
económica, el hacinamiento de animales a quienes para engordarlos se les
inyectan antibióticos (sea ganado vacuno, cerdos, aves, salmones) lo que está
facilitando el surgimiento de microorganismos (bacterias, virus, hongos, etc.)
cada vez más resistentes. Sube el nivel del mar, se derrite el Ártico, mueren
los arrecifes de coral, se acidifican los océanos y arden los bosques.
(**)
Antiguo Testamento, Libro de Job (40, 25)
NOTA DE LOS AUTORES
NOTA DE LOS AUTORES
HACIA UNA PEDAGOGÍA DE LOS DESPOSEÍDOS
GESTAR UN CURRÍCULO
VIVO QUE NO SE INMOLE
EN EL ALTAR DE LA
NORMATIVA
Autores: Brenner, Miguel Andrés y Pranich, Gabriel
Presentamos
dos escrituras, un mismo sentido: somos deseo de reconocimiento
porque comprendemos existencialmente nuestro potencial creativo. Necesitamos
sentir el hedor de nuestro suelo, al decir de Kusch. Necesitamos sufrir con
quienes padecen, gozar con quienes gozan, en un entramado de sentires
diferentes, pero con la convicción de un “estar” siendo “desposeídos” y, desde
ahí, gestar una clase, gestar un currículo vivo que no se inmole en el altar de
la normativa.
Es
por ello que dos escrituras, con diferentes estilos, alimentan el siguiente texto,
bajo las consignas:
·
¿Es
la pandemia contenido de aprendizaje en las escuelas?
·
Acercamiento
a una clase del Sur. (acceder a esta en:https://www.reproduccionsocial.edusanluis.com.ar/2020/08/acercamiento-una-clase-del-sur.html )
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